Viene el Anticristo: Reseña sin spoilers de The First Omen (2024)

Calificación: ★★½

The First Omen (en español, La primera profecía) es una película británica-estadounidense-italiana de terror que se estrena en cines el 5 de abril de 2024. Dirigida por Arkasha Stevenson y protagonizada por Nell Tiger Free, la película sigue a una joven que es enviada a Roma para profundizar su relación con el catolicismo, pero descubre una conspiración oscura que pondrá su vida en peligro.



Esta película funciona como una precuela de The Omen (1976), una de aquellas historias que han aterrorizado generaciones año tras año. Crear una historia, ya sea paralela o que se conecte directamente (como este caso), es un gran riesgo porque podría no quedársele bien a los fans de la original. Yo vi la película de 1976 hace ya bastante tiempo, pero basándome en lo que recuerdo, The First Omen sí logra conectarse exitosamente, pero eso no significa que funcione de la mejor manera.

Se podría decir que comete los mismos errores y tiene las mismas oportunidades de mejora que otras películas de terror que tocan temáticas religiosas. Su principal pecado, por decirlo de alguna manera, es no ir más allá. La película juega muy sutilmente con temas e íconos muy oscuros como el 666, el Anticristo, el mismísimo Satanás y muchos otros, pero nada es lo suficientemente arriesgado como para provocar algo nuevo en sus espectadores.



Sin revelar detalles importantes, puedo decir que la película se centra en cómo nada es lo que parece y cómo lo más sagrado puede confundir y traicionar también. No piensen que la película profundiza mucho en esto porque en realidad la mayor parte del tiempo se ubica en el establecimiento de personajes planos y una atmósfera incompleta.

Al desarrollarse en la Roma de los años 70 y dentro de un orfanato que no está en su mejor estado, la producción de la película no se esforzó verdaderamente en generar miedo a partir de la construcción de una atmósfera que fuera mucho más allá de lo que la arquitectura ya les brindaba. De la misma forma, excepto tal vez por el personaje principal, el resto de personajes son bastante planos, sin motivaciones claras hasta el tercer acto. En ese momento, muchas cosas se aclaran, pero entonces el establecimiento de estos entes desde el principio no está formulado de la mejor manera. En vez de proponernos como espectadores el intentar averiguar qué sucede en este lugar y con estas personas, parece que nadie está interesado realmente, ni ellos mismos.



Ahora bien, comprendemos a Margaret, el personaje principal, pero no por las razones correctas. Quiero decir que esta mujer no es particularmente interesante. Cumple todos los estereotipos de lo que no hay que hacer en una película de terror. La única razón por la que es el personaje más desarrollado no es porque esté bien escrito, sino más bien porque es al único (más o menos) al que le pasan cosas en escena.

Nicole Sorace interpreta a quien podría considerarse el segundo personaje más importante. Es introducida como una chica problemática y rara, aunque con solo verla una vez todos sabemos que no es algo a la ligera. En realidad, a esta chica le pasan cosas muy fuertes, pero todo ocurre fuera de cámara.



Los efectos visuales no están en su mejor forma, pero dos aspectos técnicos que sí destaco de The First Omen son la música y la edición de sonido. Algo muy característico de la película original es su banda sonora, la cual fue nominada y ganó el Oscar en 1977, algo muy anormal al ser una historia de terror. Esta banda sonora no está al mismo nivel, pero sí es bastante cautivadora y eriza la piel en los momentos adecuados. La edición de sonido de la película original también es usada como inspiración en esta precuela, ya que hay bastantes sonidos altos que aturden a los personajes a la vez que a los espectadores. También, hay movimientos de cámara bastante rápidos e irregulares que se utilizaban en la original y que son rescatados en esta cinta.

En general, me parece que The First Omen es una entretenida película si son fans de la franquicia de The Omen, pero no necesariamente es la precuela que hubiéramos deseado. Con el uso de dispositivos de terror religioso fuerte pero de una manera muy sutil, actuaciones aceptables y una atmósfera que queda a medias, la película logra crearnos interés en lo que sigue, pero no se sostiene por sí sola como una aterradora velada en el cine. No es que le hagan falta jumpscares, pero sí hace falta tomar más riesgo para terminar de atrapar al público y retorcerlo mentalmente como casi se logra en el tercer acto, pero ya era demasiado tarde para arreglarlo todo.


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