La fe y creencias religiosas nos hacen mejores, pero de acuerdo al cine de horror también pueden convertirnos en monstruos.
Cuando una pelÃcula de horror nos asusta o impresiona lo primero que solemos hacer es, además de proferir alguna palabrota, evocar a nuestro Poder Superior.
La religión está implÃcita en el cine de terror porque es nuestro apoyo ante lo desconocido; muchas cintas del género se han visto beneficiadas por la ideologÃa que encierran varios textos religiosos al retomar conceptos como el castigo y la condenación eterna, asà como lo sobrenatural y entidades demonÃacas que solo buscan la perdición del individuo.
Clip de The Unholy
(Evan Spiliotopoulos, 2021)
"El trabajo del Diablo"
La fe es el instrumento de nuestra salvación fÃsica y espiritual ¿Pero qué sucede cuando se usa para infundir miedo tanto en sus personajes como al espectador?
En eso radica la esencia del horror religioso, en convertir el sistema de creencias de un individuo en un arma que puede usarse contra él, aunque también queda implÃcito combate la entidad que amenaza adueñarse de su alma.
"The Amityville Horror"
FE DISTORSIONADA
Tal parece que la cinematografÃa adopta esos miedos culturales y espirituales para convertirlos en historias que se vuelven fórmulas efectivas. "El exorcista" (The Exorcist, William Friedkin, 1973) y "Terror en Amityville" (The Amityville Horror, Stuart Rosenberg, 1979) muestran que la religión es el medio para derrotar al mal. ¿Por qué la pelÃcula donde el demonio posee a una inocente niña de 13 años es considerada la más aterradora de la historia? Porque proyectamos en ella nuestros temores: "¿Qué harÃa si le sucede a mi hija, a mi padre... a mi?"
Clip de The Exorcist
"Terror total"
Pero el horror religioso va más allá de confrontar nuestras creencias con entidades que no pertenecen a esta realidad; consiste en tomar esa fe y retorcerla de modo que el personaje es llevado (en ocasiones gustoso) a creer ciegamente en ella o de lo contrario enfrentará la condenación.
Tráiler
"Saint Maud" (Rose Glass, 2019)
"Saint Maud" usa ese recurso de manera efectiva: una enfermera que ha abrazado obsesivamente la religión está empeñada en salvar el alma de su paciente, una exbailarina que, con todo y su padecimiento, lleva una vida de vicio y perdición moral; Maud hará lo que sea para que alcance la gloria eterna. Motivada por la fe su mente le hace ver cosas ¿O en realidad puede escuchar a Dios?
Clip de Saint Maud
"El mensaje del Señor"
Lo que no se puede ver, llámese fantasmas o demonios, comunistas o terroristas, provoca paranoia y esta pavor a lo desconocido; lo que no se entiende ni concibe genera incertidumbre, que a su vez infunde miedo. Asà es el circulo vicioso en el que cae el individuo, que hasta puede dañar a su semejante o a sà mismo.
Tráiler
"Se7en" (David Fincher, 1995)
EL EJEMPLO DE LOS PECADOS
En algunas de sus novelas, Stephen King trata a la religión como una enemiga al emplear personajes como la señora Carmody en "La niebla" o Margaret White, la madre de Carrie, quienes viven en el fanatismo y la locura. Pero tal vez no haya cinta donde la religión infunda tanto horror como "Los siete pecados capitales" (Se7en, 1995) de David Fincher.
Clip de Se7en
"VÃctima de la pereza"
Oscura, deprimente y poseedora de un horror realista, la pelÃcula no solo acercó el cine noir a las audiencias jóvenes con su lluvia interminable, estética de "Blade Runner" (Ridley Scott, 1982) e historia de crimen; innovó al mostrar un asesino serial cuyos objetivos no eran al azar o simples niñeras en Halloween.
Clip de Se7en
"Estoy poniendo el ejemplo"
John Doe (un formidable Kevin Spacey años antes del escándalo que le hiciera caer de la gracia) no solo mata por placer, sus vÃctimas son castigadas de manera grotesca de acuerdo al pecado con el que se les asocia y más importante: forman parte de su plan, en el que se encuentran los detectives Summerset (Morgan Freeman), Mills (Brad Pitt) y la esposa de este (Gwyneth Paltrow). La religión es la guÃa en el esquema de John Doe, un medio para concretar su "obra maestra" con ese desenlace épico pero horroroso, increÃble, cuyos diálogos nos dejan pensando en lo mal y enfermizo que puede llegar a ser el mundo.
Clip de The Believers
"El poder de la magia"
LUCHA DE CREENCIAS
No es secreto que el Cristianismo tenga impacto en la forma como está construido el horror clásico.
Cruces, artefactos religiosos y hasta sacerdotes son las armas empuñadas en la lucha contra el mal ¡Y siempre son efectivos! Esto ha creado, consciente o no, un prejuicio cultural al dar la idea que el Cristianismo es LA religión, la única que puede vencer las fuerzas del mal y salvar nuestro espÃritu, mientras que las otras están equivocadas o peor aún, son creencias aberrantes.
Clip de The Serpent And The Rainbow
"Enterrado en sangre"
"El Bebé de Rosemary" (Rosemary's Baby, Roman Polanski, 1968) ciertamente le da una mala reputación a la Iglesia de Satanás y sus seguidores. "La serpiente y el arcoiris" (The Serpent And The Rainbow, Wes Craven, 1988) y "Los creyentes" (The Believers, John Schlesinger, 1987) muestran que el vudú y la santerÃa son degeneraciones por sacrificar animales (como si no lo hicieran en la Biblia) y en las que el individuo está a merced de fuerzas y seres intangibles que pueden eliminarlo con solo un muñeco de cera y alfileres.
Clip de The Wicker Man
"Escuela de corrupción"
Caso curioso el de "The Wicker Man" (Robin Hardy, 1973), cinta donde vemos un catolicismo conservador representado en un policÃa (Edward Woodward) quien con incredulidad observa las costumbres paganas los habitantes de Isla Summerisle; la intolerancia religiosa del oficial contra la barbarie de los isleños que terminan dándolo como ofrenda a un dios pagano ¿Qué es más aterrador?
Para rematar, en "Hereditary" (2018) y "Midsommar" (2019), su director Ari Aster advierte los peligros de los cultos.
Aunque las últimas cinco pelÃculas pertenecen al horror folclórico por centrarse en costumbres y ritos propios, el terror religioso está presente en ellas.
"The Devils" (1971)
Cuesta trabajo derrotar a un enemigo si no se tiene fe y sà muchas dudas espirituales, pero cuando es precisamente la fe la que nubla el juicio se convierte en aquello que trata de destruir, se corrompe. El cine y la Historia nos han mostrado que el peor enemigo del hombre es su prójimo, quien con base en un sistema de creencias (religiosas o no) puede alcanzar niveles insospechados de maldad y locura.
La fe puede salvar nuestra alma, pero también puede hacer que perdamos la razón.