Terror japonés (1): Los primeros embrujos de Oriente

Historias de fantasmas, espíritus vengativos, incluso el debut cinematográfico de Gōjira y un thriller místico, se encuentran entre los filmes que hicieron despegar el cine nipón del género.


El boom de las películas de miedo japonesas comenzó a finales de la década de 1990 y marcó tendencia durante la primera del 2000, siendo "Ring" (Hideo Nakata, 1998) y "Ju-On: The Grudge" (Takashi Shimizu, 2002) las cintas insignia del llamado J-Horror. Pero el cine de terror nipón tiene sus raíces inmersas en el misticismo, así como una variedad de subgéneros y estilos.

"Kohada Koheiji" (1925)

Antes de la Segunda Guerra Mundial muchas películas niponas del género como "Kohada Koheiji" (Nobuo Aoyagi, 1925) se perdieron por negligencia, desastre natural o en combate. La mayoría fueron inspiradas por historias de fantasmas escritas durante el periodo Edo, entre los años 1600 y 1800.
Después del conflicto bélico llegaron los filmes de monstruos, y en los 60 surgieron cintas transgresoras, sangrientas e impactantes que derivaron en títulos como la saga "Guinea Pig" (1985-1990).

Tráiler original (Subtitulado en inglés)
"Ugetsu" (Cuentos de la luna pálida de agosto)

FANTASMAS Y MONSTRUOS RADIACTIVOS

"Ugetsu" (1953) ayudó a popularizar el cine japonés en Occidente junto con "Rashomon" (1950) de Akira Kurosawa. Es una historia de fantasmas que no tiene el miedo de las cintas modernas, pero es considerada de las mejores en su género.

Tráiler original japonés
"Gōjira" (Godzilla, 1954)

Un año después el verdadero terror no lo hizo sentir un espíritu seductor como el de "Ugetzu", sino un monstruo radiactivo llamado "Gōjira" (1954). La cinta de Ishirō Honda es un relato horrible por sus situaciones desgarradoras, además de sus claras alusiones a los bombardeos atómicos de 1945 en Hiroshima y Nagazaki.


El monstruo resurgió en "Shin Gōjira" (2016, Hideaki Anno y Shinji Higuchi) para recordar las tragedias nucleares de Fukushima y satirizar las acciones e ineptitud del gobierno ante el desastre.

Tráiler original japonés
"Jigoku" (Nobuo Nakagawa, 1960)

MISTICISMO FOLCLÓRICO
Mientras que Alfred Hitchcock conmocionaba a las audiencias con "Psycho" en 1960, ese mismo año lo hacía en Japón "Jigoku" ("Hell" o "The Sinners of Hell"), dirigida por Nobuo Nakagawa. Luego de un accidente en el cual atropellan a un integrante de los yakuza, Shiro y Tamura huyen solo para conocer el Infierno. Shiro, el más inocente, quiere confesar el percance, pero el malicioso Tamuro lo impide. En una noche irreal, los amigos son devorados por el abismo, por lo que en la segunda mitad de este verdadero clásico del cine de horror se detalla su descenso al infierno budista.


"Onibaba" ("El mito del sexo", Kaneto Shindō, 1963) es un thriller desarrollado en la campiña durante una guerra civil. Profundiza en el folclor japonés de los demonios al contar la historia de dos mujeres que para sobrevivir matan y asaltan soldados, aunque la llegada de un hombre altera su rutina desatando roces entre ellas. Su giro místico (más que sobrenatural) da varias capas a la historia, y el manejo de la iluminación y fotografía la vuelven un deleite visual.

"Kuroneko" (1968).

Un kaibyo es un gato fantasma que figura en las leyendas japonesas y su mitología es la base de "Kuroneko" ("Gato negro", Kaneto Shindo, 1968), obra que es esencial para todo amante del cine japonés. Tiene un amargo sabor a tragedia al centrarse en dos mujeres que son asesinadas y regresan como estos espíritus para dar muerte a los hombres.

Tráiler (Subtitulado en inglés)
"House" (1977)

CASA DE LOCURA
La psicodelia de los 70 se hace presente en "Hausu" ("House", Nobuhiko Obayashi, 1977), un extraño y surrealista clásico de culto donde luego de llegar a una misteriosa casa, un grupo de amigas comienza a desaparecer una a una. Su estilo caricaturesco y hasta inocente (por no decir tonto) esconde un trasfondo con temas sobre la pertenencia, la familia y la pérdida; muchos la subestiman por su estilo visual burdo y extravagante, pero merece ser apreciada.

Tráiler original
Tetsuo: The Iron Man

ESTE NO ES TONY STARK
"Tetsuo: The Iron Man" (Shinya Tsukamoto, 1989) no aborda ni de broma temas sobrenaturales, pero definió la subcultura cyberpunk y hasta puede decirse revolucionó el horror corporal. Sus efectos en animación stop motion dan vida a una de las películas de terror y ciencia ficción más extrañas: su trama no tiene demasiada coherencia y tratar de dársela es perderse de toda esa increíble estética torcida.


Básicamente trata de un hombre cuyo cuerpo empieza a transformarse en una monstruosidad de metal hambrienta de sangre y sexo, que debe combatir a un ser similar a él. También hay que destacar el soundtrack, que con su ritmo frenético contribuyó al desarrollo de la música industrial.

Con estos antecedentes, la mesa estaba puesta para que durante la segunda parte de la década de los 90, detonara una bomba llamada J-Horror.

Continuará...



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