Enero 19, 2022
Reparto:
Clive Owen como John Farrow
Daniel Brühl como Padre Antonio
Ella Purnell como Mia Farrow
Izan Corchero como Juan
Estreno: 7/10/2011
Realizador: Juan Carlos Fresnadillo
País:España, Estados Unidos, Reino Unido
Sinopsis:
El pequeño Juan, de siete años, es víctima de los terribles ataques de un hombre sin rostro presente en todas sus pesadillas, sin que su madre pueda hacer nada para remediarlo.
“Carahueca despertó, porque alguien había dicho su nombre; tras muchos, muchos años, era libre. No era joven ni viejo, ni feo ni guapo; no tenía forma, ni siquiera tenía… cara. Se acordaba de un niño con una cara parecida a la suya; Carahueca tenía que encontrarle”. Así arranca esta historia dirigida por Juan Carlos Fresnadillo, quien con anterioridad ya había probado las mieles del género de terror, pero con la temática zombie, en “28 Weeks Later”. Esta vez, presentaba una historia paranormal con mucho misterio.
Intruders nos presenta el personaje de Hollowface (Carahueca), un ente que busca robar el rostro de cierto niño para tomar su identidad, algo así como el famoso “coco” de los cuentos de miedo infantiles. A pesar de ser una premisa bastante sencilla, la presentación de Hollowface funciona muy bien en la pantalla, al menos al comienzo. La película juega mucho con la sensación de ser vigilado, de saber que alguien está dentro de tu casa y no puedes hacer nada al respecto.
Tocando los temas técnicos en un comienzo, es más que evidente que el reparto tiene calidad, con talentos como el de Daniel Brühl. En lo personal, actores como Clive Owen me cuesta verlos interpretar personajes con demasiado dramatismo, pero no lo hace del todo mal. También hay que destacar que no sobresatura el conflicto padre-hija y madre-hijo, aunque en el caso del segundo no termina de ser del todo congruente. Si hay algo que si se lleva un punto negativo es la excesiva cantidad de CGI; es bastante incómoda de ver y en muchas ocasiones los movimientos de Hollowface lejos de dar miedo provocan risa.
Pasando al desarrollo de la historia en sí, no diría que es un mal guión, pero sí que no alcanza el listón que el comienzo de la película propone. Siguiendo la línea argumental, es obvio que hay que darles una salida a los personajes, pero el desenlace final… está bien, pero no excelente.
La historia sigue a dos niños, Juan y Mia, ambos acosados por la presencia de Hollowface pero en lugares distintos. Obviamente en algún momento ambas historias se conectan, pero es bastante fácil de predecir, y por tanto no funciona de cara al público. Llegados hasta cierto punto la cinta se vuelve un poco lente y avanza a ráfagas; y es extraño porque, repito, el guión está bastante decente, o al menos no deja demasiadas brechas, pero se vuelve cotidiano y repetitivo.
La sorpresa la da Hollowface y lo que representa. Es como la manifestación pura del miedo; al punto que su propia historia cuenta que: “Carahueca despertó, porque alguien había dicho su nombre”. Y precisamente por ello, es un villano al que el espectador puede llegar a temerle, porque Hollowface podría ser su temor más profundo. Además, el hecho de que busque apropiarse de los rostros de los niños para tomar su identidad es una clara metáfora a una de las sensaciones más básicas del ser humano: el miedo.
En resumen, Intruders se lleva una nota media, ni muy buena, ni muy mala. La combinación entre la composición del reparto y la idea base sobre la que se levanta, es suficiente para tapar los agujeros de la historia que podrían llamarse decepcionantes. En lo personal la encontré entretenida y muy apetecible para más de una secuela, porque Hollowface es un personaje con muchísimo juego y que puede traernos películas interesantes.
