Noviembre 24, 2021
"Ghostbusters: Afterlife" (Estados Unidos, 2021), dirigida por Jason Rietman.
QUISIERON PONERLE: "¿A quién vas a llamar... Otra vez?".
PERO ACABARON PONIÉNDOLE: "Ghostbusters: el legado".
CALIFICACIÓN: 8 (⭐⭐⭐).
PROTAGONISTAS: Mckenna Grace, Finn Wolfhard, Paul Rudd, Carrie Coon, Logan Kim, Celeste O'Connor.
Ir al cine a ver "Los Cazafantasmas" en el verano de 1984 fue mi primer gran suceso cinematográfico porque hice fila varias horas junto con Mamá, Papá y mi hermana para poder entrar. Tenía 11 años (por favor no hagan matemáticas para sacar mi edad 😉), y cuando parecía que no íbamos a alcanzar función mi padre se vistió de héroe al obtener los boletos, cosa que se antojaba imposible por la multitud reunida; muy probablemente le pidió a alguien formado más adelante que nosotros (muchísimo más adelante) que comprara nuestras entradas, convenciéndolo con ayuda de un billete de por medio. Como haya sido se lo agradezco tanto a Papá, porque ver a cuatro hombres persiguiendo fantasmas en Nueva York e impedir la destrucción del mundo a manos de un gigantesco muñeco de malvavisco fue una de las experiencias más increíbles de mi vida junto con "Star Wars" y "Close Encounters Of The Third Kind", las cintas que hicieron enamorarme del cine a temprana edad.
Pero si estamos aquí, yo escribiendo esto y ustedes leyéndome (¡Gracias!) es para hablar de la más reciente aventura titulada "Ghostbusters: Afterlife", solo que esta película destila tanta nostalgia que me es imposible no compartir mis recuerdos. Precisamente "Nostalgia" es la palabra que se menciona en la mayoría de las reseñas de la cinta dirigida por Jason Rietman, hijo de Ivan Rietman, realizador de la "Ghostbusters" original. Poniendo un breve contexto, la tercera entrega de la saga siempre estuvo planeada para entregar el manto de los Cazafantasmas a una nueva generación, solo que por infinidad de motivos su producción se fue retrasando. En ese sentido la historia de "Afterlife" cumple porque en medio del famoso fan service que ha chocado a muchos hay un drama familiar con corazón.
Callie (Carrie Coon) junto con sus hijos Phoebie y Trevor (Mckenna Grace y Finn Wolfhard) se muda a la vieja granja que pertenecía a su misterioso padre, quien la abandonó cuando era niña. Phoebie es una amante de la ciencia que descubre la conexión de su familia con los Cazafantasmas originales y ayudada por su hermano, su excéntrico profesor (Paul Rudd) y sus amigos Podcast y Lucky (los debutantes Logan Kim y Celeste O'Connor) debe detener una amenaza sobrenatural que quiere destruir al mundo.
No es fácil sacar la continuación de una historia estrenada hace 37 años, principalmente porque siempre estará a la sombra de la cinta original. Esta secuela/reboot de la franquicia (Bendito Dios que ignora la versión de 2016) se apoya en las múltiples referencias a la "Ghostbusters" de 1984 para contar su trama; ¿Que su uso es exagerado? Sí. ¿Que detrimenta la historia? ¡También! Pero ¿Hay algo de malo en usarlas? A muchos les fascinará descubrirlas y otros (como su servidor) terminarán fastidiados de ellas por no dejar que a la cinta tenga su propia identidad, pero si vamos al cine a ver este tipo de filmes es precisamente para rememorar épocas pasadas.
Su joven reparto cumple a secas y al final le perdonamos a algunos personajes su falta de desarrollo; eso sí, la quinceañera Mckenna Grace aprovecha con creces la oportunidad de destacar en su primer protagónico importante, algo que no puede decirse de Finn Wolfhard, cuya etiqueta de ser "uno de los chicos de 'Stranger Things'" sigue vigente y es más un comparsa desangelado que no aporta mucho a la trama; bien pudo ser otro chico que Phoebie conoce llegando al pueblo o de plano, si no existiera su personaje ni se le extrañaría. Algo semejante pasa con Paul Rudd, pero su participación se rescata gracias a la química con Mckeena Grace y su función de ser el alivio cómico es efectiva, aunque no siempre. La cinta está dirigida hacia una audiencia joven cambiando el tono de la original, que estaba orientada hacia un público joven-adulto; es ahí donde "Ghostbusters: Afterlife" se tambalea porque no está bien identificada ni en su público meta ni en su trama, que por momentos tiene aires a cintas "spielbergianas" como "E.T. The Extraterrestrial" (1982), "The Goonies" (1985), "Super 8" (2011) o la ya citada serie "Stranger Things".
Al llegar el tercer acto es cuando en realidad sentimos que estamos viendo una historia sobre los Cazafantasmas, no solo por la avalancha de referencias o ver en acción sus gadgets y al icónico Ecto-1, sino por el emotivo desenlace que sacará lágrimas a varios. Esa es la magia de "Ghostbusters: Afterlife", que no es perfecta pero sí muy sincera y con un corazón del tamaño de Texas; como mencioné, la historia tiene de trasfondo un drama familiar que se desborda en su resolución, dejándonos un final satisfactorio y unas escenas a mitad de créditos imposibles de perderse... Pero también nos deja la expectación si la franquicia tiene el potencial para otra entrega.
"Afterlife" no es grandiosa pero hace honor a su título en español al respetar el legado de la original "Ghostbusters", algo que no hizo la versión de 2016 y cuyo fracaso no se debió a su reparto femenino, sino a que su historia es un insulso remedo de la cinta de 1984. Y en cuanto al dichoso fan service, por lo menos no se siente tan forzado a diferencia de la desvergonzada y hueca pirateada de menciones que es "Star Wars - Episode VII: The Force Awakens".
El problema es que estos Cazafantasmas nos dicen "¡Mira! Yo sí tengo lo que no tiene 'Ghostbusters' 2016", lo cual le quita su propia personalidad y hace que la trama transcurra a tropezones. Pero aun con sus fallas "Ghostbusters: Afterlife" deja una agradable sensación, como si se hubiera visto a un viejo amigo del que teníamos años sin saber. Como espectador puedo decir que tenía miedo de ver un desastre, pero terminé con una sonrisa. Disfruten del fan service aunque les fastidie, gocen viendo al Ecto-1 persiguiendo un fantasma, lloren si quieren en la parte final... y si vieron la película original en cine lleven a su familia, así podrán compartir su dosis de nostalgia.
Si llegaron hasta aquí, gracias por leer.
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