Enero 15, 2021
Una puerta se ha abierto sin que nadie la tocase en un castillo alguna vez lleno de vida, hoy solo un despojo arquitectónico de pasadas figuras aristocráticas, que cuentan los aldeanos, se daban a la vanidad con tal facilidad que nunca depararon en que sus bacanales degenerados serían objeto de burlona atención por parte de fuerzas espirituales retorcidas y nefastas.
El castillo, cuya ubicación en un antiguo bosque del gélido norte de esta tierra olvidada de dios, fue alguna vez (previo a su construcción), lugar de danzas paganas, de terrores indescriptibles en donde estos, perdieron su ser inmortal devorado por grotescas bestias metafísicas más allá de su entendimiento.
Un inquietante silencio se posesiona sobre estas latitudes, como un puño que se place en lento cerrar durante la agonía de la víctima, como a la espera de que una pesadilla desfile convocando poderes innombrables deseados y temidos por los aldeanos cercanos. Las criptas parecen prontas a conceder la libertad a sus inquilinos. Quizá aquella alguna vez amada, retornará a este mundo como un obsceno ser desprovisto de belleza. La que alguna vez inspiró amor y dulzuras, será terrible como la ola violenta que rompe contra un acantilado, hoy y siempre brutal.
El brillo enigmático en las pupilas de los nocturnos animales, parece adelantarse a que algo terrible y espantoso sucederá.
Quizá haber recitado esos antiguos manuscritos olvidados, ha abierto el camino para que la corrupción del ser humano, rey o plebeyo, reina o doncella, sea total.
La noche y el tiempo parecen conspirar silentes.
¡Dios mío entidades descarnadas entran en este mundo trayendo con sí el infierno!
Las rosas serán apenas un indefinido sueño en el recuerdo de los torturados. No hay salvación, no hay cielo que asista con sus fuerzas al rescate, el mundo no ha muerto, en su lugar, se ha convertido en una tierra inmunda y maldita donde vagarán por siempre los condenados, el dolor será lo único que existirá inexorable, eterno.
El anterior, es un texto personal en el cual resumo algunos de los temas claves del género gótico que nace a partir del romántico de finales de siglo XVII.
El Castillo de Otranto de Horace Walpole (que por cierto realmente existe con el nombre de Castello Aragonese en Otranto Italia), es el punto de inicio. Escrito en 1764 primero bajo un seudónimo y presentado como “un escrito real redactado en inglés medieval” aparecido en Nápoles en 1529 sin que pudiese ser encontrado su autor y origen, no fue otra cosa que un modo creativo y sugerente de Walpole para desvincularse de su obra por temor al rechazo del ambiente literario de la época.
Sin embargo, El castillo de Otranto tuvo un recibimiento positivo, así que, en la segunda edición de la novela su nombre ya figura como autor.
Su influenza como él mismo lo comenta en la introducción a la segunda edición fue Shakespeare. Esto resulta muy claro ya que los elementos shakesperianos de amor, realeza, intriga, comedia locura y muerte están presentes durante todo el desarrollo de la misma.
Walpole escribió: “¿Si la comedia es un asunto serio, podrá la tragedia de cuando en cuando permitirse sobriamente una sonrisa?”
No faltaron quienes hicieran comparaciones con comedias italianas, eso sí, con un tono oscuro. La trama gira entorno a Manfred, amo y señor del castillo de Otranto (aunque su dueño real parece haber muerto quizá en las cruzadas). La tragedia se presenta cuando Conrad, hijo de Manfred, muere aplastado por nada más y nada menos, que por un casco gigante caído desde cielo en el patio del castillo, justo antes de su boda con la princesa Isabela.
Manfred toma la espectacular muerte de Conrad como el canto de una profecía en la que se vaticina la extinción de su linaje, así que decide casarse con Isabela, sin embargo, esta escapa aterrorizada del castillo. A partir de aquí aparecerán personajes variados, todos elementos de intriga, deseo y asesinato.
He de confesar que lo más interesante de la trama para mí, es cuando se hacen ciertos descubrimientos a lo interno del castillo que son algo así como una amalgama de pesadilla surrealista ¿quizá inspiración para Castlevania: Symphony of the night?...
En síntesis, si bien hoy El castillo de Otranto resulta una obra algo ingenua, algo anticuada, con elementos más surrealistas que terroríficos, se trata de una obra para amantes del teatro, de las historias de caballería y del gótico que tengan la curiosidad de leer algo que es pilar de las temáticas que influenciaron a autores posteriores.
El terror cambia de acuerdo al entorno en el cual el lector desarrolla su vida inmediata.
Es gracias a Alianza Editorial que este libro se puede conseguir fácilmente en su serie Biblioteca de Fantasía y Terror. La cual, por cierto, siempre es muy recomendable.
