6/12/2020
Reparto:
Karlheinz "Carl" Boehm como Mark Lewis
Anna Massey como Helen Stephens
Moira Shearer como Vivian
Maxine Audley como Mrs. Stephens
Brenda Bruce como Dora
Estreno: 7/4/1960
Director:
Michael Powell
País: Inglaterra.
Sinopsis:
Hay un nuevo terror caminando por Londres, y sus intenciones son letales. La policía no tiene pista del mismo pero su mejor disfraz es que se comporta como un hombre normal con una pasión demoníaca.
Finalizando un dúo de películas de 1960 quiero, a manera de prólogo, agradecer de nuevo a una amistad que me recomendó el filme y que, al igual que Eyes without a face, fue determinante para reafirmar mi amor por el séptimo arte. Este filme fue dirigido por Michael Powell, un hombre cuya carrera se vio destruida por el mismo, pero no porque la misma haya sido un adefesio de película, sino que, todo lo contrario. Es un filme que está muy adelantado a la época y cuya audiencia no supo apreciar su brillantez. Por fortuna, con el correr de los años el mismo ha vuelto a tomar relevancia y cineastas como Scorsese la mencionan entre sus películas favoritas. Entremos en materia.
El filme se desarrolla de manera sencilla, pero con un arranque fantástico con una toma que muy pocos esperarían. No por el enmarque de la misma sino por otra característica que no revelaré por acá. La introducción de los personajes se hace de manera orgánica y el filme nos revela mucho del mismo de manera anticipada, eso sí, es el viaje acá lo que cuenta y no el destino. No tengo palabras para describir a Boehm como Mark Lewis. Powell en su dirección trató de evitar el melodrama que aun plaga a veces a muchos villanos y psicópatas del cine actual. Es un personaje que, hasta cierto punto, brinda cierto tipo de simpatía por parte de la audiencia y esto es el algo que solo se puede encontrar en una visión compleja de un personaje como un ser humano. Varias aristas que se alejan del estereotipo.
El uso del claro oscuro, de tomas aéreas, y de películas caseras le da al filme una tonalidad que va encausada dentro de un término: el voyerismo. El desarrollo del personaje principal es perfecto, el uso de una exposición sin necesidad de narración expositiva es sólido, y el uso de la imaginación en los momentos viscerales del filme dan rienda libre a nuestra imaginación. La progresión hacia el desdoblamiento de la psiquis de Mark es llevada a cabo con precisión y elegancia. Los efectos especiales son apropiados para la época. La música refleja de manera perfecta la era en la cual el filme se hizo y nos da un contraste entre el mundo del personaje y el mundo exterior.
Peeping Tom finaliza lo que es una trilogía de filmes maravillosos de 1960 junto con Psycho y Eyes without a face. Cada una de ellas aportó algo al cine en general y también al de terror. Su uso del tema de la intrusión de la privacidad hecha por la cámara es algo que hasta nosotros como audiencia somos culpables. Y en ocasiones, esta obsesión por ver la vida de los demás puede llevar a finales nefastos. El villano que es humanizado por la complejidad que requiere cualquier ser humano, lo hace más peligroso aún ya que puede mezclarse perfectamente en el mundo en que vivimos e inclusive puede tener actitudes positivas y benéficas cuando uno sólo lo desea. Peeping Tom nos lleva por ese camino del villano de Psycho, pero no en una región aislada y con una introversión marcada. Al contrario, Powell nos muestra a un personaje integrado a la sociedad y en cuyo interior se debaten fuerzas opuestas. Esta es otra joya del cine de suspenso y terror que no puedes perderte. Nuevamente, nuestro presente y futuro se puede comprender si sabemos de dónde venimos y hacia dónde vamos. Magistral.
