Reseña: M, el vampiro de Düsseldorf 1931 (Sin Spoilers) ►Horror Hazard◄

22/6/2020

De sádicos asesinos seriales: M, el vampiro de Düsseldorf

El expresionismo fue una tendencia en el arte que surgió a inicios del siglo XX en Europa. Su objetivo siempre fue manifestar, a través de la estética de la pintura y el cine, la realidad política y social de la Alemania de principios del siglo pasado y articular su discordancia con ella. Claramente su contexto era negativo pues procuró ensayar en cada una de sus obras un lado pesimista de la sociedad histórica de ese momento y la inquietud que los ciudadanos experimentaron.


Su influencia en los años subsiguientes en mucha de la cinematografía mundial, fue muy evidente y repercute hasta nuestros días. Por ejemplo Orson Welles con su magistral “Dama de Shanghai” o inclusive Luis Buñuel con el “Diario de una Camarera”, constituyen obras cinematográficas inspiradas en los grandes directores expresionistas germanos. 

M, el vampiro de Düsseldorf, es una muestra de uno de los grandes maestros y directores de cine expresionistas: Fritz Lang y fue además su primera cinta sonora.  
 

Con el fin de invitarles a verla, esta es la sinopsis sin spoilers:

La obra se instala en la Alemania de la República de Weimar de finales de los años veinte, posterior a la Primera Guerra Mundial.  Tenemos a un personaje que es un psicópata asesino que actúa en la ciudad de Dusseldorf. Como dato macabro, ha matado de forma tortuosa a siete niñas. En escena aparece la policía que de forma proactiva busca dar con la pista del asesino pero sin suerte. Al mismo tiempo, sale a relucir el tercer personaje de la trama, que es la delincuencia organizada de dicha ciudad teutona, quienes se quejan de ser afectados por las constantes redadas policíacas y toman la ley por sus propias manos, a fin de ser ellos, quienes den con la captura del vampiro de Dusseldorf y hagan justicia de una vez por todas.

El reparto es conformado por Gustav Gründgens, Peter Lorre, Ellen Windmann, Otto Wernicke, Theodor Loos y Theo Lingen. Es una película alemana de 1931, dura aproximadamente dos horas, es del género del terror expresionista, fue filmada en blanco y negro. El guión es de Karl Vosh, Fritz Lang, Thea von Harbou y su magnífica fotografía se le debe a Fritz Arno Wagner y a Gustav Rathje.

 

Para todos aquellos amantes de las películas de psycho-killers, esta es una recomendación esencial, que estoy seguro apreciarán cuantas veces tengan oportunidad de ver.  Su trama compleja y original, su sonido (prestar atención a los silbidos) así como el poder de sus efigies, es sello de garantía de una posición privilegiada que tiene en la historia del cine. De hecho, se encuentra en el lugar 56 entre las mejores cien películas de todos los tiempos que incluyen a todos los géneros, conforme al ranking más elaborado y respetado que existe en el mundo, labrado por la revista inglesa de cine de autor Sight&Sound.

La actuación aterradora de Peter Lorre le abrió las puertas al cine americano donde hizo una carrera en grandes obras de film noir como Casablanca o el Halcón Maltes.

Como un dato sobresaliente, la película pasó un calvario de censuras en su país pues el régimen nazi la mutiló y prohibió. En España, con el régimen de Franco, también atravesó muchas trabas para su libre exhibición. Y a pesar de ello, no la pudieron derrotar en su encumbramiento hacia un filme trascendente. Mucho se le debe a la filmoteca de Munich pues reconstruyó toda su estructura original y logró exhibir a la cinematografía mundial, una película entera conforme a los deseos de su creador. 
 

El argumento es de su propio director Fritz Lang y de su pareja de aquel momento Thea von Harbou. Ambos reconstruyen una historia de un mero asesino en serie hacia la evolución de un personaje aterrador, pedófilo y homicida de niñas en distritos pobres de Düsseldorf. La relación de este macabro protagonista con la policía y los vándalos que le quieren batir es emblemática pues desnuda con clara intención, la impasible reyerta entre aquellos que mantienen el orden público social a raya y la aporreada ciudadanía donde cualquiera que sea el desenlace, aflorará la amargura.

Como dato curioso, Gründgens, uno de los actores principales, fue acusado de colaboracionista con el nazismo. Con la caída del tercer Reich se recluyó en Filipinas donde murió olvidado. 

Esta película es una lírica perniciosa y siniestra que se quedó estampada en la mente de todos los amantes del séptimo arte, gracias no solo a las interpretaciones apasionadas de los intérpretes sino también al encanto de la luz ideada por Fritz Arno Wagner, modelo del expresionismo alemán. 
 

La música pertenece a la obra Peer Gynt del compositor de nacionalidad noruega Edvard Grieg interpretada por el propio Fritz Lang, que resonó el tema en la sonorización de la película. 

Con una consumación desoladora, esta película nos hace recapacitar sobre el auténtico sentido del término justicia. 



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