The Prestige (conocida como “El Truco Final” en España y “El Gran Truco” en Hispanoamérica) es una película británica-estadounidense de drama, misterio y ciencia ficción que se estrenó en las salas de cine el 20 de octubre de 2006.
Dirigida por Christopher Nolan y protagonizada por Hugh Jackman, Christian Bale, Scarlett Johansson y Michael Caine, la película, basada en la novela homónima de 1995, relata la historia de obsesión y rivalidad entre dos magos por construir el mejor acto de ilusión.
A primera vista, parece tratarse más de una película dramática, pero el misterio y el suspenso son sutiles y van en crecimiento conforme se van desarrollando los acontecimientos de la película. En otras palabras, yo diría que la película en sí es un truco de magia. Según nos lo explica el personaje de Michael Caine, todo truco de magia tiene tres partes: la promesa, la transformación y el prestigio. Durante la primera fase, el mago nos presenta algo aparentemente normal, luego hace algo poco usual con ello, pero no es hasta la tercera fase que el público realmente se sorprende debido al extraño y desconocido desenlace.
La película comienza con lo que parece ser el final: la muerte de uno de los dos magos. A partir de ese acontecimiento, la película hace varias regresiones en el tiempo para contarnos a cabalidad la historia de estos dos personajes, pero ya tenemos un precedente: uno aparentemente provocó la muerte del otro. No obstante, a medida que avanza el segundo acto de la película, nos damos cuenta de que hay piezas que no encajan, el misterio y el suspenso comienzan a elevarse y, finalmente, llegamos al tercer acto. Es aquí cuando Nolan nos hace realmente abrir los ojos: no todo es lo que parece.
A mi parecer, todo el discurso de la película se apoya principalmente en el personaje de Michael Caine, pero hay una línea que repiten los magos (¿Estás prestando atención?) que me parece que es como el lazo que termina de envolver todo. Para poder comprender bien un truco de magia, hay que estar extremadamente concentrados y prestar mucha atención a las acciones del mago, la escenografía, los y las ayudantes… Pero, nosotros como espectadores de la película, realmente necesitamos prestar mucha atención para poder entender este excelente truco de magia lleno de misterio elaborado por el mago Christopher Nolan.
La temática principal de la película gira en torno a la obsesión de estos dos magos por arruinar los trucos del otro e intentar hacerse con los secretos del otro también. De esta manera, vemos un desdoblamiento de la figura del ser humano completamente distorsionado y corrompido por un impulso casi animal de ser el mejor en lo que se hace. Debido a esta ceguera que estos magos producen sobre sí mismos, ambos dañan sus vidas y las de aquellas personas a su alrededor de maneras impensables. Lo más increíble de todo es que, aún dándose cuenta del daño que le producen a los demás, nada los detiene en su batalla obsesiva.
En cuanto al talento involucrado, está de más decir que Christopher Nolan nos sorprende positivamente con cada una de sus películas y esta no es la excepción. Su visión dramática que transita casi invisiblemente entre líneas de misterio, suspenso, ciencia ficción y fantasía es increíble y digna de admiración. Por su parte, el elenco está en su mejor forma, pero por supuesto liderado por los genios de la actuación Hugh Jackman y Christian Bale. Debo admitir que Bale no me impactó tanto como Jackman, pero también tiene que ver un poco con la concepción del personaje y todos los secretos que esconde. En cuanto al reparto femenino, es completamente secundario, pero los destaques principales son Scarlett Johansson y Rebecca Hall, quienes brindan dos caras de la femineidad del siglo XIX que, lamentablemente, siguen existiendo al día de hoy.
En conclusión, The Prestige es una gran película de drama y misterio que, más allá de tratar sobre una batalla de obsesiones entre dos magos, nos envuelve en un truco de magia cinematográfico con el cual somos capaces de reflexionar sobre las consecuencias que pueden tener nuestras ambiciones, nuestro ego, nuestra testarudez y el ensuciarnos las manos en nosotros mismos y en aquellos cercanos a nosotros.
“Nunca se lo digas a nadie. Te suplicarán que les cuentes el secreto, pero en cuanto lo descubran, se acabó todo ¿entiendes? Te ignorarán. El secreto no impresiona a nadie. El engaño que has empleado lo es todo.”
Michael Caine (Cutter) – The Prestige
