Con una peculiar narrativa y las escenas más difíciles de ver para cualquier espectador, "Irreversible" es uno los golpes más demoledores del llamado Nuevo Extremismo Francés.
FICHA TÉCNICA
"Irréversible" (Irreversible, Francia, 2002).
ESCRITA Y DIRIGIDA POR Gaspar Noé.
FECHA DE ESTRENO: 22 de mayo de 2002.
PROTAGONISTAS: Monica Bellucci, Vincent Cassel, Albert Dupontel, Jo Prestia.
CALIFICACIÓN: ★★★★☆
Contiene spoilers importantes de "Irreversible".
Vivimos siendo esclavos de ese tirano llamado tiempo, que nos vuelve dependientes de una secuencia numérica en la que basamos nuestra vida: "Te veo a las 7", "Se entrega a las 4", "Partió hace 5 minutos".
Tan preciado que una décima de segundo marca la diferencia, el tiempo no puede retrocederse ni adelantarse... y en consecuencia tampoco la vida. Al final sólo queda la frialdad de los hechos, actos irreparables e inamovibles a los que algunos les gusta llamar Historia.
Cuando recordamos un momento que nos cambió para bien nos sentimos afortunados, pero si no fue así lamentamos lo sucedido y en la memoria se contemplan los fragmentos rotos de vida, como si fueran un aparato que ya no se puede arreglar.
Clip "'El Carnicero' y el tiempo"
DE ATRÁS PARA ADELANTE
"Te voy a decir algo: El tiempo lo arruina todo". Con esta frase inicia (¿O termina?) "Irreversible", la segunda película del realizador argentino arraigado en Francia, Gaspar Noé; cuando en 2002 fue proyectada en el Festival de Cannes fue abucheada por su violencia física y sexual explícita. Qué curioso es el tiempo que, lo que una ocasión fue denigrado adquiere valor (o viceversa), ya que la cinta es uno de los pilares del Nuevo Extremismo Francés.
Clip "El fin es el principio" (Títulos)
Desde su inicio nos damos cuenta que no estamos ante una cinta convencional. Lo primero que aparece en pantalla son los créditos finales; después se suceden 14 escenas montadas en orden cronológico inverso, es decir, la narrativa empieza por el final y termina en su inicio.
"Irreversible" es angustiante, cruda, difícil de digerir, una experiencia que no es lo mismo nos la cuenten que presenciarla. El espectador arma la historia conforme se suceden las escenas, convirtiéndose en testigo de los cruentos acontecimientos y hasta cómplice de ellos. La trama pudo contarse de manera lineal con su inicio, conflicto, desarrollo, clímax y desenlace de manera convencional, pero el resultado e impacto no sería el mismo.
La cámara se encuentra en constante movimiento mostrando planos secuencia o inclinados, o ángulos que le dan un punto de vista subjetivo pero al mismo tiempo en tercera persona, como obligando a ver al espectador (sobre todo en la infame escena de la que hablaremos más adelante), mientras que la cálida paleta de colores nos lleva del infierno en el que se convierte un club nocturno al ambiente íntimo, pasional y cálido de las últimas escenas.
Clip "Un taxi al 'Recto'"
El filme pudiera dividirse en tres partes, las dos primeras difíciles de ver; me atrevo a decir que la gente sensible y fácil de impresionar no podrán soportarlas, o quizá una, pero no ambas.
Parte 1: Más ebrios de venganza que a causa del alcohol, Marcus (Vincent Cassell) y Pierre (Albert Dupontel) buscan al hombre que violó y golpeó brutalmente a Alex (Mónica Bellucci), pareja del primero y exnovia del segundo. Durante su búsqueda, a Marcus le rompen el brazo y Pierre asesina despiadadamente (en una de las escenas más sádicas que se hayan filmado) a quien cree fue el monstruo que dejó a Alex irreconocible, violada y al borde de la muerte; la cámara nos permite ver la saña de la paliza y hasta nos hace partícipes de ella, pero resulta inútil porque resulta que la víctima no es el agresor de Alex.
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Parte 2: involucra una de las secuenchias que, a título personal más me ha costado ver en pantalla: la violación de Alex. No importa que sea actuada, son casi 10 minutos de dolor, impotencia, rabia y coraje. En un tenebroso pasillo rojo vemos el despiadado acto, que cinematográficamente debe aplaudirse por no caer en el sensacionalismo apesar de mostrarse inhumano y bestial. Es una escena cuya brutalidad compite con la de "Last Tango In Paris" (1972), aunque a esta última le rodean graves acusaciones tanto a su actor, Marlon Brando (RIP), como a su realizador, Bernardo Bertolucci.
Clip "El último baile"
Luego del shock emocional, Noé baja las revoluciones para mostrar un retrato íntimo de la relación entre Alex y Marcus, a quienes vemos horas antes de los fatídicos acontecimientos desnudos en la cama, bromeando y hablando sobre la posibilidad de tener un hijo. Con sutileza y un poco de buen ojo, Gaspar Noé deja un par de detalles devastadores que giran alrededor de Alex: primero recuerda haber soñado caminar por un solitario túnel rojo, un fatídico augurio que cobra más sentido cuando vemos en sus manos el libro "Un experimento sobre el tiempo" del filósofo británico J. W. Dunne y que trata sobre los sueños precognitivos.
Clip "Destino"
En otras palabras, Alex tuvo una visión incompleta sobre su destino que le pudo salvar la vida y que no terminó de ver simplemente porque tuvo el infortunio de despertarse. Momentos después le dice a Marcus que está embarazada y ahí tenemos el afiche de "2001: A Space Odissey" mostrando la simbólica imagen del bebé superhombre que tiene todo el futuro por delante... Pero considerando todo lo visto previamente, es una cruel ironía que se levanta burlona ante el espectador, quien a esas alturas sabe que el prometedor porvenir con el que sueñó Alex nunca sucedió. Conclusión:
El individuo, la Humanidad, son una mera marioneta de carne y sangre en las manos del tiempo, el cual Gaspar Noé vuelve a recordarnos "Destruye todo" con a una psicodélica secuencia de imágenes. Para el espectador saber el destino debería ser una bendición, no una maldicion, y sin embargo saberlo es una sensación demoledora ¿Por qué tuvo que suceder? Tristemente la vida no ofrece esa clase de respuestas.
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"Irreversible" es una película que a muchos se les hará difícil, si no insoportable. Es violenta y cruel pero al mismo tiempo honesta porque nos reta y confronta; parece quiere hacernos ver que la vida es una sucesión de eventos con los cuales forman el dibujo de nuestras experiencias pero con la trampa que no hay goma para borrar los errores y dejarlas perfectas. Es una experiencia de la cual nadie puede salir inmune; es de esas cintas que siempre quedarán en la memoria y aunque algunos consideren que no se puede ver por su violencia y crueldad, tiene una profundidad que la han convertido en objeto de culto.
Ni el tiempo ni la vida regresan, y cuando nos damos cuenta ya no se pueden hacer otra cosa más que lamentarse. Tomar conciencia de ello es tan irremediable como... irreversible.
