6/2/2019
Se
hacían cerca de las 23hrs, los chicos se dormían y las calles quedaban
solitarias por el resto de la noche a excepción de los borrachos y las
mujerzuelas que quedaban en su trabajo nocturno. No había mucho que hacer en
esas zonas más que buscar el peligro inminente de la noche.
Ese día un grupo de
amigos y yo decidimos andar por la cuidad, teníamos una afinidad por buscar
secretos en lugares pocos visitados o abandonados donde nadie se atrevería a
entrar tan tarde. Recuerdo bien que habíamos quedado en vernos cerca del parque
de la cuidad e iríamos al primer lugar que se viera tenebroso. Ya a las 23:45
estábamos todos, caminamos un rato por la cuidad, sin más que hacer, no había
nada que llamara nuestra atención más que casas apagadas y locales comerciales
cerrado. Se me ocurrió ir a visitar el cementerio de la localidad el cual
tenía un fácil acceso del lado trasero, pero uno de los chicos comentó que ni
loco entraría de noche ya que según le habían contado había mucha actividad en
esa zona y que ya varios habían desaparecido por andar buscando lo que no se
les había perdido, sin embargo yo seguía con la idea de visitar aquel lugar que
sobrevaloraban tanto.
Tomamos rumbo por las calles hasta llegar al frente del
cementerio, era una oscuridad contundente más allá de la puerta de entrada, no
puedo negar que tenía el miedo hasta en la punta del pelo pero podía
arrepentirme. En esos momentos le dimos vuelta al panteón y entramos por unas
mallas desgastadas que tenía en la parte trasera. Ya dentro fuimos leyendo
nombres de la gente que yacía dentro de aquel agujero cubierto de tierra y nos
preguntábamos que les habría pasado,.
Al llegar al centro del cementerio vimos
de frente un mausoleo que resaltaba más que las demás tumbas, sin embargo no
tenía nombre, ni flores como todas las demás tumbas, su pintura estaba casi desecha,
sus puertas tenían cadenas y crucifijos por todo alrededor, se sentía como si
algo malo quisiera salir de aquella tumba. Comente que tal vez había sido
asesinado o que no tenia familia que reconociera al difunto, sin embargo no
les pareció chistoso mi comentario.
Empezamos a tomar fotografías de aquél
mausoleo para irnos del lugar ya que parecía que nada iba a pasar y todo eran
cuentos de la gente para mantener a los curiosos lejos del lugar. Luego de las
fotografías cuando nos disponíamos a marchar se escuchó claramente una voz que
decía….
Continuará...
De Kendall Fernández para Horror Hazard.
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