A ponerse la mascarilla: Reseña sin spoilers de Eye of the Storm (2023)


Calificación: ★★★½

Eye of the Storm (疫起 en taiwanés y Foco de contagio en español) es una película taiwanesa de drama y suspenso que se estrenó en abril de 2023 en cines taiwaneses y el 15 de agosto del mismo año en el resto del mundo a través de Netflix. La película, dirigida por Chun-Yang Lin y protagonizada por Po-Chieh Wang, Jing-Hua Tseng, Hsueh Shih-ling y Chloe Xiang, se centra en un hospital de Taiwán en el que se encuentran los primeros casos de un nuevo virus, por lo que deben entrar en cuarentena para proteger al resto del país, encerrando así tanto a los pacientes como a los profesionales en salud.


Amantes del terror, en esta ocasión les presento la reseña de una película que, aunque no es de terror, la podríamos sentir como un horror vivido hace no mucho tiempo. Esta película, inspirada en eventos reales, nos ubica en un escenario pandémico. No es como esas películas apocalípticas en las que todos se enferman y fallecen, sino más bien acaba siendo un escenario mucho más realista y, aunque guarda muchísimas diferencias, también se puede asemejar un poco a lo vivido con el COVID-19.

Todos vivimos la pandemia de formas muy diferentes y, aunque la película no se basa precisamente en el susodicho virus, sí podemos encontrar puntos de unión. No obstante, aquí el virus parece sí haberse contenido a un solo hospital. El punto de vista de la película, al posicionarnos desde los pacientes y los médicos, nos presenta un difícil escenario que muy poco se conversó durante lo vivido hace unos tres años. Estoy seguro de que nadie quiere enfermarse, pero los médicos son los que están constantemente en la primera fila para ayudarnos, poniéndose también en riesgo.



En términos actorales, la película está muy bien. Todos los actores, principales y secundarios, realizan una impecable labor dándole vida a este hospital. Los principales destaques en mi opinión son Po-Chieh Wang y Jing-Hua Tseng. Sus personajes no interactúan mucho, pero ambos llevan el peso de la película sobre sus hombros. Me pareció muy curioso que sus personajes cruzan líneas solamente en lo necesario, pero es que llevan historias muy diferentes.

Po-Chieh es el centro de la película, se podría decir. Su personaje es interesante en el sentido de que se nos presenta como un padre de familia interesado en salir del hospital por ir a compartir con su hija en su cumpleaños, pero también podemos cuestionarlo y juzgarlo como workaholic, ya que este hombre tiene un grave problema al establecer las prioridades en su vida. Por otro lado, Jing-Hua interpreta al joven profesional con grandes y altos sueños que anhela cumplir en un futuro próximo, pero el destino primero tiene unas cuantas lecciones que enseñarle.



Aunque el guion nos presenta a los médicos que trabajan durante esta crisis sanitaria como héroes, también da pequeños guiños a otros subtemas. Por ejemplo, me parece muy interesante cómo hay una especie de revolución entre las enfermeras, así como también alguno que otro médico se esconde de su deber por el miedo o por el no querer atender la emergencia por la falta de condiciones para la salud de ellos mismos.

Como espectador completamente lejano al sector de la salud, es un tema que me parece bastante complejo de abordar. Los profesionales en salud hacen un juramento para ayudar en lo que se pueda y dentro de lo posible, pero no son robots. Son seres humanos que necesitan cuidarse a sí mismos para poder cuidar a otros. Al final de todo, este es el eje central de la película.



Hay un par de escenas que parecen salidas de una película de terror. Más allá de la temática oscura sobre un virus que atenta contra la salud a diestra y siniestra, un par de escenas son capaces de ponernos los pelos de punta. No les diré exactamente qué pasa, pero tienen que ver con el ala más afectada del hospital. Estas escenas también nos recuerdan lo difícil que es ayudarnos los unos a los otros cuando, aun en los momentos más complicados, insistimos en encontrar diferencias y etiquetas para dividirnos y discriminarnos.

En general, me parece que Eye of the Storm es una de esas películas que definitivamente pudo haber sido un poco más corta, pero que utiliza cada segundo de su duración para hacernos concientizar sobre la salud y cómo esta no es un compromiso de los médicos para nosotros, sino también de nosotros hacia ellos. También, la película nos invita a reflexionar sobre el orden de las prioridades en nuestras vidas, a la vez que nos enseña cómo la ambición de querer ser más y llegar más arriba puede jugarnos una mala pasada.


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