La nueva generación de madres aterradoras

"Psycho" y "Rosemary's Baby" aportaron tétricas visiones sobre la maternidad. Ahora la temática se aborda desde una perspectiva más acorde con los tiempos modernos.


La maternidad no es como la pintan, al menos eso nos dicen las películas de terror.

Convertirse en madre o padre revoluciona la vida; como todo tiene sus puntos buenos y malos, y sin que nos demos cuenta ambos roles encierran connotaciones diferentes. El papá es la figura autoritaria, quien impone los castigos y toma las decisiones importantes. La mamá representa cariño, refugio, una autoridad con la que se puede negociar. Claro, los tiempos cambian y ahora las cosas son un poco diferentes, pero este modelo familiar imperó durante el Siglo XX.


PELIGRO EN CASA

Cuando "Psycho" (Alfred Hitchcock, 1960) llegó a las salas de cine causó conmoción por la escena de la ducha y su giro final, pero principalmente por la manera en que el guion de Joseph Stefano, basado en la novela de Robert Bloch, mostró la influencia de Norma Bates en el comportamiento de su inquietante hijo Norman (Anthony Perkins). Era meterse con la figura familiar más sagrada, pervertirla y retorcerla. Una madre podría no ser perfecta, ¿pero verla manipular a su hijo? Era algo que no se veía todos los días.

"Psycho" trasladó el terror a la familia. Los monstruos y extraterrestres de los años 50s dejaron de ser los villanos por excelencia, ahora el mal vivía en casa.


PARANOIA MATERNA

Ocho años después fue el turno de "Rosemary's Baby" (Roman Polanski, 1968), adaptación del libro de Ira Levin donde la maternidad se aborda bajo otra perspectiva, en este caso el horror psicológico. Rosemary (Mia Farrow) va a tener su primer hijo con su esposo Guy (John Cassavetes), pero conforme se desarrolla el embarazo empieza a sospechar que un aquelarre está tras ella y su bebé.

Rosemary pasa de ser una mujer alegre, hermosa y sobre todo ilusionada con ser madre, a sentir paranoia y miedo luciendo un aspecto demacrado. En otro final memorable para la historia del cine, Rosemary logra sobreponerse al horror de ver el aspecto diabólico de su vástago, y el instinto maternal aflora para aceptar su destino como la madre del hijo de Satanás.


LA SIGUIENTE GENERACIÓN

"Psycho" y "Rosemary's Baby" son de las películas de terror más asociadas con la maternidad y se convirtieron en clásicos indiscutibles dentro del género, sin embargo la dinámica de la sociedad ha cambiado y por lo tanto también el rol de la madre. Vivimos en el Siglo XXI, mamás e hijos siguen haciendo sus cosas propias (básicamente el ciclo "aconsejar-portarse-mal-regañar-pedir-perdón"), pero en el cine de terror ha cambiado la manera como las matriarcas generan miedo.


De "The Babadook" (Jennifer Kent, 2014) y "Hereditary" (Ari Aster, 2018) se ha hablado hasta el cansancio sobre cómo dieron al horror la etiqueta de "elevado", pero también representan el cambio sufrido en el género, donde la figura materna deja de provocar miedo por sus acciones, decisiones e influencia, a la manera como desempeñan su papel. En otras palabras, la madre ha pasado de ser un personaje de donde se origina el terror a ejercer su maternidad de manera perturbadora.


ABRUMADAS Y HERIDAS

Amelia (Essie Davis) es una viuda que ama a su hijo Samuel (Noah Wiseman) pero debe reprimir sus verdaderas emociones hacia él, porque la noche en que le dio a luz sufrió un accidente donde perdió la vida su esposo. Amelia manifesta su resentimiento y enojo hacia Samuel, su presencia la asfixia, no quiere tocarlo ni que la toque, por lo que se distancia física y emocionalmente. Amelia realiza esas y otras acciones cuestionables porque su maternidad significa dolor, la pérdida del ser amado y Samuel se lo recuerda a diario. El panorama hace que ella sea poseída por una criatura llamada Babadook que le hace aflorar sus emociones.


En "Hereditary" se combinan elementos de hechicería y demonios con un drama familiar. Annie (Toni Collette) es madre de Peter y Charlie; cuando ésta fallece trágicamente, no puede evitar alejarse de él y le culpa abiertamente en la ya clásica escena de la cena familiar. Annie queda atrapada (recluida) en su casa, se aleja de las tareas caseras y del trabajo.


PECADOS DE MAMÁ

Ambas historias muestran cómo Amelia y Annie desempeñan el papel de madre, algo completamente alejado del esquema que "Psycho" y "Rosemary's Baby" presentaron en su momento. Hay más ejemplos de cómo ha cambiado el cine de horror maternal: Chris MacNeil (Ellen Burnstyn) de "The Exorcist" (William Friedkin, 1973) representó en su momento a la madre soltera que por concentrarse en el trabajo descuida a su hija Regan, hecho que queda más claro en la novela de William Peter Blatty.


En contraparte, Eva (Tilda Swinton) es la mujer moderna que nunca estuvo segura de ser madre y al serlo no supo establecer un nexo con su hijo en "We Need to Talk About Kevin" (Lynne Ramsay, 2011). También podríamos citar la relación entre la francesa "À l'intérieur" (Julien Maury y Alexandre Bustillo, 2007) y la mexicana "Huesera" (Michelle Garza Cervera, 2022), que coinciden en algunos aspectos temáticos, estéticos y técnicos.


Ser mamá implica muchas emociones que han sido enfocadas por el cine de horror para abordar sus problemáticas. "Psycho" y "Rosemary's Baby" abrieron el camino para que "The Babadook" y "Hereditary" mostraran los miedos modernos de la maternidad, ¿cuáles serán éstos dentro de 20 años? Quizás sea algo que el terror actual aún no nos ha mostrado.

Para mamá. Sea 10 de mayo o 15 de agosto, todos los días te pertenecen.
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LAS MAMÁS DEL TERROR

La figura materna es nuestro primer nexo con el mundo. Significa seguridad, refugio, sustento y cariño; cuando ese lazo se ve afectado, surgen conflictos emocionales que provocan consecuencias en la psicología del individuo. En la cinematografía como en la vida, la madre es la causa de las acciones de los personajes, y el cine de horror se podrían distinguir varias "categorías".


LA VILLANA

La primera es mala por excelencia, controladora, manipuladora y capaz de persuadir a sus vástagos a tener comportamientos criminales. Obviamente aquí entra Norma Bates, la madre de Norman en el clásico por excelencia "Psycho". Aunque no se ve en toda la trama, su injerencia sobre su atormentado hijo queda manifestada, sin mencionar que forma parte de uno de los mejores e inesperados giros finales en la historia del cine.


LA DEMENTE

La madre desquiciada es locura pura. Su origen se remonta hasta la tragedia griega de Medea, quien cegada por la rabia y los celos ante el compromiso de Jasón, su ex pareja, mata a la futura esposa de éste y a sus dos hijos. La locura de Medea puede reinterpretarse en Pamela Voorhees; detrás de la masacre de "Friday The 13th" (Sean S. Cunningham, 1980) se esconde la desgracia de una madre que no puede superar la muerte de su hijo (curiosamente llamado Jason) causada por la negligencia de los libidinosos monitores del Campamento Crystal Lake.


LA HEROÍNA

La mamá protectora está dispuesta a ofrecer el máximo sacrificio de dar la vida por sus hijos. Ella no provoca dolor a su descendencia, lo soporta estoicamente y llega a niveles impensables para salvarlos. En "Aliens" (James Cameron, 1986), Ellen Ripley, la única sobreviviente de la primera película, desarrolla su instinto materno cuidando de Newt (Carrie Henn). Luego de estar a la deriva en el espacio por 57 años, Ripley es rescatada, regresa a la Tierra y se entera que su hija única ha fallecido, por eso transfiere su amor y cuidado a la pequeña huérfana que halla entre las ruinas de una colonia atacada por xenomorfos.

Más recientemente, Emily Blunt encarnó a Evelyn Abbott en "A Quiet Place" (John Krasinski, 2018), quien soporta en silencio los dolores del parto para que su bebé no sea víctima de alienígenas que se guían por el sonido.


LA AUSENTE

En el cine slasher predominan las madres que ignoran a sus hijos. Marge Thompson, interpretada por Ronee Blakley en "A Nightmare on Elm Street" (Wes Craven, 1984), prefiere la botella y desentenderse de su hija Nancy (Heather Langenkamp), quien inútilmente le clama que alguien la persigue en sus sueños. La ausencia de la madre también pesa cuando ésta ha fallecido, las acciones de Maureen Prescott generan consecuencias que años después afectan a su hija Sidney (Neve Campbell) y detonan la trama de "Scream" (Wes Craven, 1996).

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