Algunos filmes simplemente salen mal, pero otros que tratan colgarse de la fama del título original en un intento por rascarle a la taquilla.
En Horror Hazard somos más de recomendar películas que hablar mal sobre ellas, y esto sólo lo hacemos cuando no tienen remedio; el presente recuento es una de esas ocasiones. Es impresionante la cantidad de remakes y reboots que se han hecho. Muy pocos resultan estar a la altura del material original de donde parten y se quedan lejos de ser, como mínimo, buenas producciones.
Como siempre la mejor opinión la tienen ustedes, y si les apetece ver alguna de estas películas, no duden en hacerlo para que saquen sus propias conclusiones.
La intención no es hacer leña del árbol caído, sino resaltar la idea de que un remake debe proponer algo nuevo a su premisa, revivirla para que el público se divierta con su actualización e invitarlo a descubrir la obra en que está basada. Nada es perfecto, pero mínimo hay que esforzarse por honrar verdaderamente al filme que la inspiró.
MENCIONES HONORÍFICAS
Seytan (1974)
Esta versión turca de "The Exorcist" es tan sui géneris que resulta de todo, menos aterradora. Es una descarada copia del clásico de William Friedkin (RIP), pero resulta hilarante ver las escenas que ya conocemos con efectos y maquillaje baratos y actuaciones exageradas. Capaz de matar a Pazuzu a carcajadas.
Pulse (2006)
Toma la premisa de "Kairo" (2001), uno de los grandes títulos del terror japonés, para volverla un teen horror genérico, con cuestionable cinematografía y sin la depresiva atmósfera original. El guión de Wes Craven pasó por muchos cambios, pero quizá ni respetándolo se hubiera salvado.
A Nightmare on Elm Street (2010)
Tiene ideas interesantes, pero quiso innovar humanizando a Freddy Krueger y sólo logró quitarle su mística. Wes Craven no fue consultado y prefirió distanciarse del proyecto; Robert Englund también protestó ante los cambios sufridos por el personaje.
The Mummy (2017)
Tom Cruise vivió un punto bajo en su carrera al hacer este intento por revivir los monstruos clásicos de Universal. Parece "Mission: Impossible" pero con un terror que no espanta, efectos CGI horrendos, y eso de ver a Cruise huyendo cuando tiene fama de héroe de acción, que se lo crea su familia. Su fracaso obligó a cancelar la franquicia anunciada como Universo Oscuro.
Children of the Corn (2023)
De lo peor que ha salido este año. Todo mal en esta enésima entrega de una saga cuyas películas siempre han estado entre lo mediocre, lo malo y lo lamentable. La criatura da risa, la trama está llena de sin sentidos y de las actuaciones, ni hablar. Volveremos a hablar sobre ella en el recuento de lo peor del año, ¡cuenten con ello!
1) "Psicosis" (1998) y "Cuarentena" (2008)
Directores: Gus Van Sant y John Erick Dowdle
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Psycho (1998)
¿Cuál es el propósito de hacer el remake de una película toma por toma? La respuesta: Para hacer dinero, ya que la idea carece de sentido al no aportar algo innovador técnica o argumentalmente a su material original. "Psycho" y "Quarantine" son buenos ejemplos de ello.
Todo cinéfilo está de acuerdo que "Psycho" es uno de los filmes más influyentes en la historia y muchos expertos lo consideran la obra maestra de Alfred Hitchcock. Por eso el anuncio de su remake intrigó a propios y extraños; hasta los ejecutivos de Paramount se preguntaron porqué deberían hacerlo, pero su director Gus Van Sant les convenció que podrían tener un éxito económico en sus manos.
Las tomas del "Psycho" de Van Sant son prácticamente idénticas a las de Hitchcock pero presentan pequeñas diferencias, entre ellas mostrar más sangre en la escena de la ducha y la de Norman Bates espiando a Marion Crane es más explícita. Los personajes también sufren sutiles cambios en su personalidad; reinterpretar los personajes de Anthony Perkins y Janet Leigh fue un reto para Vince Vaughn y Anne Heche (RIP), pero los expertos no recibieron bien sus interpretaciones, haciendo que el experimento de Van Sant fracasara en todo sentido.
Por su parte, "Quarantine" quiso aprovecharse el éxito de "Rec" y que le llevó a revitalizar el cine español de terror. Pero al igual que "Psycho" se trató de una copia que termina por sentirse una imitación de algo que fue ejecutado de mejor manera. Quiso diferenciarse modificando ligeramente diálogos, personajes y la explicación del origen del virus, pero ante los ojos del espectador es lo mismo que el filme hispano. Si éste no existiera "Quarantine" sería muy original, pero junto con "Psycho" 1998 es una muestra de cómo Hollywood busca explotar filmes consolidados.
2) "Terror en Amityville" (2005)
Dirigida por Andrew Douglas
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Haciendo a un lado toda controversia, la historia de la familia Lutz, que en 1975 clamó ser acosada por fuerzas sobrenaturales en la casa donde un año antes se había cometido un múltiple homicidio, es efectiva como relato de terror. Así lo demuestra la película de 1979, con momentos clásicos como la escena de la voz demoníaca que dice "¡Get out!", o los espeluznantes ojos rojos de "Jodie" flotando en la oscuridad. Incluso su secuela, "Amityville II: The Possession" (1982), es más efectiva e incómoda; de ahí para adelante la franquicia ha ido cayendo en el ridículo con todos los títulos que cada año nombran a la comunidad neoyorquina.
Esta versión de "The Amityville Horror" es un desfile de jumpscares. La original se apega a la historia contada en el libro que da nombre a la película, mientras que su versión 2005 se desvía por completo de ella para presentar secuencias absurdas, como esa donde Chloë Grace Moretz (debutando en el cine a los 7 años) se pasea por el tejado. Además, el continuo sarcasmo de Ryan Reynolds durante la primera mitad rompe el tono espeluznante.
Posteriormente Reynolds se convierte en una especie de Jack Torrance al tratar de eliminar a su familia. Es decir, se pierde el elemento sobrenatural mostrado en el filme original y se vuelve una historia de posesión, pero sin fantasmas o demonios.
Además el papel del sacerdote, interpretado excepcionalmente por Rod Steiger en 1979, apenas si aparece. Posee también una estética de videoclip, quizá porque uno de sus productores fue Michael Bay y ya sabemos cómo hizo "Armageddon" (1998), que es una obra maestra comparada con este "horror".
3) "Terror en la niebla" y "Halloween" (2005 y 2007)
Directores: Rupert Wainwright y Rob Zombie
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The Fog (2005)
John Carpenter es uno de los directores más influyentes en el cine de horror, pero parece que quienes le siguieron no aprendieron bien sus lecciones. Después de marcar la pauta del subgénero slasher con "Halloween" (1978), Carpenter hizo una historia sobrenatural donde los espíritus de unos marineros buscan venganza contra quienes los llevaron a su muerte y robaron su oro.
Estrenada en 1980, "The Fog" se convirtió en un clásico de culto que cuenta con las actuaciones de Jamie Lee Curtis, Tom Atkins y Adrienne Barbeau; se apoya en su atmósfera oscura, tensión y sus momentos de horror siguen siendo efectivos.
Todo lo contrario resultó ser el remake de 2005, que carece de suspenso y originalidad, la tensión que hizo destacar a su antecesora desaparece, y el ambiente tétrico se convierte en una fría paleta de colores. Su reparto integrado por Tom Welling, el Superman de la serie "Smallville", Maggie Grace de "Lost" y Selma Blair, quien antes había salido en "Hellboy", parece salido de un teen horror. Ni la participación de John Carpenter y Debra Hill pudieron llevar la producción a buen puerto, que sin embargo tuvo un éxito modesto a costa de arruinar el legado de Carpenter.
Lo mismo sucedió en 2007 con "Halloween". Carpenter dio su bendición al músico y director Rob Zombie para hacer su versión. El rockero profundizó en la "historia de origen" de Michael Myers, colocándolo en un ambiente de pobreza y violencia intrafamiliar cuando la esencia de su terror es haber surgido de una familia ordinaria de clase media, situación que sugiere la locura puede surgir en cualquier estrato social.
Zombie también prefirió la brutalidad y violencia en vez de construir una atmósfera, pero a fin de cuentas tuvo éxito y ya entrado hasta rehizo la segunda parte. La suerte de las malas...
4) "Noche de graduación sangrienta" (2008)
Dirigida por Nelson McCormick
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Durante los 80s, Canadá ofreció varios slashers que adquirieron estatus de culto: "Terror Train" (1980), "Happy Birthday to Me" (1981) y en 1974 "Black Christmas" había sentado las bases para el subgénero. "Prom Night" se sumó a la lista incluyendo a Jamie Lee Curtis, quien consolidó su fama como Scream Queen. Contaba la historia de unos adolescentes que en la noche de su graduación eran eliminados por un psicópata que buscaba venganza por una tragedia ocurrida años atrás. El filme guarda giros inesperados y secuencias llenas de suspenso, y hasta podemos ver a Jamie Lee Curtis dar sus mejores pasos de música disco.
En medio del furor propiciado por los remakes durante la primera década del 2000, llegó esta libre adaptación donde lo único común que tiene con la original es el título. Aquí, una joven es perseguida en la noche más importante de su vida estudiantil por un maestro obsesionado con ella. Comienza de manera brutal e interesante, pero una vez ranscurridos los primeros 20 minutos se puede adivinar lo que está por venir.
"Prom Night" es muy genérica, nada creativa en sus escenas de muerte y si se llega al final es para ver cómo acaba el descafeinado lío en el que está metida su protagonista. El clímax carece de resolución y al empezar los créditos finales no se puede evitar pensar que la pobre final girl seguramente necesitará años de terapia para olvidar los traumas vividos. Cuando se habla de malos remakes este es digno de destacar, aunque es tan olvidable que quién sabe si entre en la conversación.
5) "Alucinaciones del pasado 2"
Dirigida por David M. Rosenthal
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En 1990, el director británico Adrian Lyne llevó a la pantalla el guion de Bruce Joel Rubin sobre un veterano de la guerra de Vietnam llamado Jacob Singer, quien comienza a experimentar extrañas visiones y alucinaciones aún más raras todavía. Llevado al borde del colapso emocional, Jacob trata de descubrir porqué las padece.
Llena de imágenes inquietantes pero con un gran simbolismo literario, religioso y hasta humanista, el filme es una experiencia que todo amante del cine debe vivir al menos una vez. Lleva al espectador por una montaña rusa de emociones, es depresiva, triste, poderosa, y posee momentos sacados de una pesadilla. En el fondo es un drama, un estudio de carácter y hasta película de arte, pero funciona más como de terror, hasta inspiró la creación del videojuego "Silent Hill".
Lamentablemente su versión de 2019 no tiene nada de lo que hizo a la original un filme de culto. Se reduce a ser un pseudo thriller psicológico que tiene los personajes y elementos de la película de 1990, pero carece de alma y emoción; a lo mucho lo único que puede llegar a sentir el espectador es sueño y pena ajena por sus actores y realizadores. Si no sirve como secuela espiritual, mucho menos es continuación directa como la vende su título en español. Podría considerarse la definición por excelencia del término "remake innecesario" porque no tiene vida ni personalidad, no llega a ningún lado y carece de sentido.
6) "Negra Navidad" (2019)
Dirigida por Sophia Takal
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Como apuntamos en "Prom Night", "Black Christmas" reunió los elementos mostrados en otros protoslashers que John Carpenter retomó para "Halloween", dando así origen al subgénero que dominó la década de los 80s. Bob Clark fue el encargado de orquestar un filme que presenta a Billy, uno de los villanos más memorables del terror y a quien irónicamente nunca se le ve el rostro, el final es maravillosamente ambiguo y contiene una de las revelaciones más impactantes del género que con el tiempo se volvió un tropo del mismo.
En 2006 se hizo un tibio remake que comparado con el que nos atañe, es una obra maestra. La versión 2019 fue hecha para "audiencias modernas", pero la intención aquí no es poner en tela de juicio su ángulo feminista, sino lo cuestionable es su ejecución. De entrada se le da más importancia a sus temas al grado de exponerlos por encima del horror, el cual no se siente hasta muy entrada la segunda parte, y cuando lo hace no funciona como sátira o parodia del género. A la historia se le da un tono sobrenatural injustificable, inventado de la nada, que carece de suspenso, tensión dramática y a momentos se ve incompetente.
Citando a Tom Hanks en "Forrest Gump" (1994): "Y eso es todo lo que diré al respecto" porque esto sí da coraje, vaya forma de arruinar un clásico de culto.
7) "Cazafantasmas" (2016)
Dirigida por Paul Feig
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El año de 1984 dejó gran cantidad de películas entrañables que sería inútil nombrarlas a todas, pero basta con decir "Ghostbusters" para darnos una idea de lo glorioso que fue. Ayudada por un reestreno en 1985, se convirtió en el filme que más dinero recaudó en su año de producción y es uno de los más queridos por el público, tanto por quienes lo vieron en pantalla grande como las nuevas generaciones que lo han descubierto.
La película de 2016 dedica su primer tercio y gran parte del segundo en establecerse como una comedia para "audiencias modernas", con chistes sin gracia que rayan en lo escatológico y vulgar. Hasta se hacen menciones comerciales a tiendas de conveniencia y productos, ignorando el tono sobrenatural que se supone debe prevalecer en una película de fantasmas. El personaje interpretado por Chris Hemsworth es absurdo, denigrante, y el villano es un humano cuyos motivos no se justifican mucho que digamos. Dan Aykroyd, Ernie Hudson y Bill Murray, quienes interpretaron a los Ghostbusters originales, tienen participación limitada con cameos fugaces; incluso se las arreglan para homenajear al fallecido Harold Ramis, pero al menos les hubieran dado a todos un poco de peso en la historia.
Los espectros brillan por su ausencia y para cuando aparecen ya es demasiado tarde porque transcurre el último tercio de película, que es entretenido y hasta llega a ser gracioso. Hay química entre su equipo protagonista, mas su simpatía no llega a la mostrada por el de 1984.
El resultado llega a sentirse como la "Godzilla" de 1998, que se siente una mancha en la historia fílmica del monstruo radiactivo al tomar su nombre para una historia que, con otro título, hubiera pasado desapercibida.