Después de casi 5 años, regresa a los cines la saga iniciada por James Wan, pero esta vez de la mano de uno de sus protagonistas: Patrick Wilson y con guión de Scott Teems.
En la quinta entrega, estrenada el 7 de julio en Estados Unidos, tenemos el regreso de gran parte del reparto de las primeras películas: el ya nombrado Patrick Wilson, Ty Simpkins, Rose Byrne, entre otros. En el film veremos que la familia Lambert se enfrentará nuevamente a su tormentoso pasado, para tratar de seguir con sus vidas y reconstruir sus lazos familiares.
Desde la propuesta inicial tenemos una clara dependencia de esta cinta con las primeras dos entregas de Wan, pues habrá hechos del pasado y el presente que conectarán entre sí durante el desarrollo de la historia y paralelismos que guiarán las acciones de nuestros protagonistas. Esto lleva a que el espectador tenga necesariamente un buen conocimiento de los films anteriores para entender claramente lo que nos cuenta esta secuela.
Lo que sí diferencia a esta película de las otras, es que trata de avanzar con mayor lentitud en su desarrollo, como también busca centrarse en los problemas internos de sus dos personajes principales: Josh Lambert y su hijo Dalton. Por lo menos así lo intenta en la primera mitad del film, para después dar rienda suelta a los sustos clásicos de la franquicia, en su segunda mitad. Esto tal vez la hace algo lenta al principio, pero es interesante que busquen desarrollar estos aspectos.
En cuanto a los personajes, podríamos decir que los secundarios no aportan nada a la trama y casi que están de adorno, incluso dando algunos momentos raros e innecesarios a la película. Los Lambert son los que llevan adelante la historia y los demás aportan realmente poco. Exceptuando los cameos de algunos viejos conocidos de la saga, que brindan un toque de nostalgia a esta entrega.
Algunos de los momentos terroríficos del film están bien logrados y tratan de armar un ambiente de tensión antes del susto. Especialmente en una escena con John Lambert en un consultorio médico, en la que se juega un poco con la claustrofobia. Por lo que, a pesar de que no tiene tantas escenas de horror como en otros episodios, sí cumple en ese apartado.
Tal vez lo más flojo a remarcar sean los antes nombrados secundarios y el ritmo algo pausado de su comienzo. Pero se valora que pongan atención en los conflictos internos de los personajes: como el complicado vínculo que tiene John con Dalton y el resto de la familia. Además de buenas dosis de suspenso y terror que no aportan nada nuevo, pero cumplen. Lo que la hace una buena opción para los fanáticos de “Insidious” y su lúgubre universo.