¡Ya no las hacen como antes!

Desde la década de 2010, algunos factores han influido en el cine de horror que han modificado su contenido y la manera de asustar a la audiencia.




Todo cambia inevitablemente y la cinematografía también lo ha hecho desde que los hermanos Lumière hicieron sus primeras proyecciones en 1885; por extensión, se puede decir que el cine de horror también ha experimentado cambios en cuanto a contenido, lenguaje visual y técnica, además de la manera en provocar miedo.

Un clásico como "Halloween" (1978) no pasa de moda y sigue influyendo en nuevas generaciones de cineastas y cinéfilos, pero si lo comparamos con "The Conjuring" (2013) apreciaremos las diferencias en su realización, marketing, impacto cultural, entre otros aspectos. Los siguientes puntos son solamente meras observaciones y su intención no es indicar si están bien o mal, solo se señala su influencia en el género.




1) LAS REDES SOCIALES

Su influencia se hace sentir en todo aspecto al ser la nueva masa que consume y sopesa la información; la opinión pública se ha trasladado al dominio digital.

Previo a su auge, los productores y sus filmes sólo quedaban expuestos ante la mirada de la crítica especializada y las audiencias, ahora deben lidiar con la dura carga que es la recepción en redes sociales. Sean positiva o negativa, la reacción del espectador se hace escuchar al viralizarse el consenso general en Twitter o Facebook, el boca en boca de hoy.




Por otro lado, con ellas es más fácil conocer los gustos de la gente; de ahí que se tenga el llamado fan service, que puede complacer a la audiencia al darle todo lo que espera o provocar su disgusto si las expectativas del colectivo no son cumplidas.

Las redes sociales pueden ser una multitud que lance vítores o una turba linchadora.




2) AVANCES TECNOLÓGICOS

"Terminator 2: Judgment Day" (1992) y"Jurassic Park" (1993) revolucionaron al cine combinando efectos prácticos, CGI y animatronics, pero también hay que considerar el desarrollo de las cámaras digitales y la tecnología. Hoy todos poseemos una cámara en nuestro smartphone y cualquiera puede realizar un cortometraje o película, como lo demostró el realizador Steven Sodenbergh al hacer el filme de horror "Unsane" (2018) en un iPhone 7 Plus.




Como ocurrió en los 80s con la llegada del formato VHS, el surgimiento del cine digital abarató costos; una toma puede repetirse múltiples veces o hasta se puede reducir el tiempo de edición empleando un software que esté al alcance de todos, acelerando así el proceso de postproducción.

Todo esto permite que fluya la creatividad, como la mostrada en los llamados fan films, películas hechas simplemente por el amor a una franquicia. Algunas de ellas son verdaderas producciones profesionales que respetan la esencia del personaje original y expanden su universo.




El inconveniente de tanta tecnología es que juega en contra de los efectos prácticos, cuyo uso ahora es más limitado cuando antes eran el alma de las producciones independientes. No hay que menospreciar su poder porque bien ejecutados siguen siendo efectivos.




3) CAMBIO GENERACIONAL

Es quizá el punto más importante por el factor cultural y social que involucra. El cine de horror en los años 30s era para evadir la realidad de la Gran Depresión y los conflictos bélicos; el de los 70s mostró la desilusión de la sociedad y la crisis de creencias, mientras que el de los 80s se convirtió en un espectáculo. En otras palabras, si el género, sus simbolismos y miedos ya no son los de hace 100 años, mucho menos los de hace 20 porque los gustos de la audiencia moderna son diferentes.




Pertenezco (orgullosamente) a la Generación X y obvio que mis gustos son diferentes a los de mis padres y a los de la presente generación, pero eso no impide que disfrute las diferentes épocas del cine de horror. Hay quienes prefieren ver filmes de una cierta época o subgénero con el argumento de que las pertenecientes a otros periodos "no dan miedo" o son muy absurdas, cuando son el fundamento de lo que hay ahora. Sin "King Kong" no habría películas de monstruos, o sin "Psycho" las bases del slasher serían otras.




Pongamos como ejemplo "The Exorcist" de 1973; si se estrenara en 2023, tendría el mismo impacto cultural y social de hace 50 años? Probablemente no, porque el subgénero de posesiones demoníacas ha cambiado radicalmente, ahora tenemos "The Conjuring" y otros títulos con los cuales compararla. En su tiempo "The Exorcist" fue un fenómeno cultural y esos se dan muy de vez en cuando. Mismo caso el de "Halloween" (1978), aunque las reglas del slasher que estableció prácticamente siguen siendo las mismas, el ritmo de este subgénero ahora es más dinámico y se ajusta a la audiencia actual, basta compararla con su entrega de 2018.




4) ORIGINALIDAD

Basta echar un vistazo al cine de otros géneros en los últimos años para darnos cuenta que muchas producciones son secuelas o reboots, mientras que el horror presenta una amplia gama de historias originales.

Las grandes franquicias y personajes del terror siguen adelante, pero a diferencia de cuando sacaban una entrega al año siguiente o cada dos, ahora se dan de manera espaciada.




El abanico de propuestas es más variado gracias a que su libertad creativa no sigue un patrón determinado, como por ejemplo las películas de súper héroes, donde sin importar el personaje su historia de origen es la misma (adquirir habilidades, descubrirlas, momento de duda, surgimiento y redención). El horror, aunque recurre a tropos y clichés, puede tomar un protagonista y colocarlo en una situación extraordinaria que se puede reinventar.

Clip
The Phantom of the Opera (1925)
"El fantasma desenmascarado"






5) USO DEL JUMP SCARE

Tan criticado como alabado, el jump scare es el recurso más usado en el cine de horror. Sus inicios se remontan a la era muda con "El gabinete del doctor Caligari", "Nosferatu" y "The Phantom of the Opera"; claro que son ejemplos muy diferentes a como se les conoce actualmente, pero sin importar la época todos siguen una estructura básica: anticipación, impacto y distensión.

Screamer
"¿Qué hay de malo en esta imagen?"






El jump scare moderno tiene su precursor más inmediato en los llamados screamers, pequeños vídeos virales donde se pedía fijar la atención en un punto para luego mostrar una imagen aterradora acompañada de un grito. Sirvieron como condicionamiento para asustarnos, pero al mismo tiempo llevaron el terror a nuestros móviles; asustarse ya no era exclusivo del cine, y cuando se iba a ver una película de miedo se estaba predispuesto a brincar de la impresión.

Clip
The Nun (2018)
"La pintura"



Para bien o mal, el jump scare es un recurso del cual se usa y se abusa. No todos aterrizan bien, sobre todo el llamado fake jump scare o falso susto, que parece presentará una amenaza y termina siendo por lo general un gato o un acompañante del protagonista. El impacto de la fórmula ha dejado de ser visual para apoyarse en el empleo del sonido.

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