"The Fly" (1986): Anatomía de un insecto

La versión de David Cronenberg de "La mosca" es más popular que la estrenada en 1958, pero ambas abordan temas que se rescatan cada vez que se recuerda alguna de ellas.




Se dice que la versión de 1986 de "The Fly" es uno de los mejores remakes producidos en Hollywood y que supera por mucho la película original de 1958. Técnica y argumentalmente es cierto, pero ninguna debería pesar más que otra. Ambas soportan el paso del tiempo porque sus temas son atemporales.




En su primera versión aborda los riesgos de experimentar con fuerzas que apenas se empiezan a entender, y la más contemporánea valora las consecuencias derivadas de haberlas probado, pero manifestadas en una debacle mental, emocional y corporal.
Para hablar sobre las dos historias es necesario revelar algunos aspectos por lo que hablaremos con spoilers, al menos de la versión 1958, la cual tenemos que abordar para entender su relación con el remake.




GESTACIÓN LITERARIA
Ambas están basadas en el relato "The Fly", publicado en 1957 por el escritor y periodista francés George Langelaan. Titulada en Hispanoamérica "La mosca de cabeza blanca", la producción de 1958 es un sólido ejemplo del cine de ciencia ficción del siglo pasado. Fue dirigida por Kurt Neumann y su historia, desarrollada en Canadá, se centra en una familia integrada por André Delambre (Al Hedison), un científico obstinado pero idealista; su devota esposa Hélène (Patricia Owens) y su hijo Philippe (Charles Herbert). Además cuenta con la presencia de Vincent Price como François, el hermano de André, en una de las pocas interpretaciones "normales" que hizo el Príncipe de lo Macabro, quien a pesar de tener buen tiempo en pantalla, su participación es de apoyo.

Tráiler
The Fly (1958)



FAMILIA NUCLEAR
André, Hélène y Philippe representan la llamada "familia atómica" de los años 50s. Viven una era de avances tecnológicos y nuevos descubrimientos, lo cual experimentan en carne propia con la invención de André del teletransportador (llamado burdamente desintegrador-integrador). Sin embargo su tono de explorar los avances científicos semeja al concepto de la amenaza nuclear, común de su tiempo, como un poder que no se sabe dominar: André prueba la máquina y se convierte en un monstruo con cabeza y la pata de una mosca en su brazo cuando uno de estos insectos interfiere en la prueba.




La desconfianza en la ciencia y tecnología fue terreno fértil para la ciencia ficción y estudios de cine en los 50s. En ese sentido "The Fly" es entretenida, bien hecha, con un ritmo pausado pero no lento al centrarse en el desarrollo de personajes en vez de impactar a la audiencia.
Patricia Owen sobresale como Hélène, una mujer que aguanta todas las impresiones que se lleva; además no se puede evitar sentir lástima por el pequeño Philippe, quien debe lidiar con la pérdida de su padre y posiblemente la de su madre por su presunta locura




BAJO EL MICROSCOPIO
Seamos justos y no comparemos los efectos especiales o de maquillaje, así que es mejor apreciarlos de acuerdo a su época. Los de "The Fly" 1958 no son espectaculares pero sí muy ad hoc para la época. La idea de la teletransportación y el aspecto insectoide de André está muy bien logrado. La máscara fue creada por el artista Ben Nye, y Al Hedison hace lo suyo al expresarse nada más con su cuerpo y un brazo.




Tomemos en cuenta que no habla y sólo puede comunicarse golpeando objetos, medio escribiendo en una máquina de escribir, en una pizarra y sacando su frustración con rabietas, pero también es capaz de transmitir amor hacia su esposa con su lenguaje corporal, como lo hacen los personajes que deben luchar contra una bestia interna que busca tomar el control.

Clip
"The Fly" (1958)
Hombre mosca



Los decorados de set son clásicos de la ciencia ficción: computadoras enormes, luces intermitentes y ruidos extraños.
Luego de un clímax delirante y con un poquito de humor involuntario por la voz de André en el cuerpo de la mosca, la resolución es radicalmente diferente al del relato original, donde Hélène no puede soportar lo que ha vivido y se quita la vida. La película cierra con un tono amargo pero esperanzador; a veces un final positivo es refrescante y ese es el caso de esta versión




ADELANTE, MAESTRO CRONENBERG
La versión de 1986 tiene como realizador a David Cronenberg, el máximo exponente del body horror; la escribió basándose en el guion de la película de 1958 por Charles Pogue y a quien dio crédito en pantalla. Cronenberg ya era conocido por inquietantes títulos: "The Brood" (1979), "Scanners" (1981) y "Videodrome" (1983), y para el papel estelar eligió a Jeff Goldblum, quien da vida al excéntrico pero carismático científico Seth Brundle. Geena Davis es Verónica "Ronnie" Quaife, reportera de una revista de ciencia, mientras que John Getz es su jefe y ex amante, Stathis Borans. Cronenberg tiene un cameo como un doctor, apareciendo en la secuencia donde Ronnie sueña que da a luz una larva, producto de su relación con Seth.




La producción de Cronenberg es un paseo emocional. El cineasta canadiense reinventó el núcleo de la historia para hacer una versión propia y alejada del material original.
Geena Davis destaca como una mujer empeñada en hacer su trabajo (como Seth), que después se enamora de él y su amor le ayuda mantenerse a su lado hasta llegar a su límite, es decir, su papel demanda mucha emoción.




Jeff Goldblum, además de derrochar carisma, hace movimientos y tics que evocan insectos, además de los radicales cambios de personalidad en Seth.
Hacer que su personaje hablara fue un acierto, ya que uno de los aspectos que no agradaron a Charles Pogue de su historia original fue que André Delambre no lo hiciera y quedara como un protagonista pasivo.




Otra diferencia entre los personajes es que Delambre se porta optimista y es un padre de familia responsable; todo lo contrario a Seth, adicto al trabajo, solitario, recluido y ensimismado. Ambas son historias de amor, pero la de André y Hélène es más ideal, mientras que la de Seth y Ronnie es realista, mas ambas parejas están condenadas a la tragedia.




INMUNE AL TIEMPO
"The Fly" 1986 se enfoca en los cambios físicos y mentales que sufre su protagonista, por lo que se apoya en el maquillaje y efectos especiales prácticos para dar vida a su criatura. Diseñada por Chris Walas, muestra la decadencia de Seth, cuya apariencia y marionetas fueron reconocidas con el Óscar en su categoría. El trabajo está tan bien realizado que todavía soporta la prueba del tiempo en esta época con efectos CGI.

Clip
The Fly (1986)
""Brundlemosca"



Cronenberg se consolidó como el mejor exponente del horror corporal empleando momentos grotescos y gore usados con justificación, nada gratuitos.
Bien pueden revolver el estómago pero sirven para realzar la historia y su realismo, contrastando con la transformación "instantánea" de André. De igual manera, cambiar la estructura del filme de un flashback a una narrativa lineal permite atestiguar el calvario por el que atraviesan Seth y Ronnie, mientras que la historia original es un misterio que se revela hasta cambiar su tono a una película de ciencia ficción y horror.




TODOS "MUTAMOS"
Mientras que la versión 1958 deja como moraleja los peligros de jugar con la ciencia, su modernización obliga a tocar temas más contemporáneos y enfocarse en el terror psicológico. Algunos la vieron como una metáfora sobre el SIDA, enfermedad que cobró muchas vidas a mediados de los 80s, pero Cronenberg estableció que lo era pero sobre el envejecimiento y cómo la vida de un ser querido se apaga frente a uno.
Ambas películas son recomendables. Con Vincent Price no se puede perder aunque no sea el estelar, y es una gran pieza de ciencia ficción producida en los años 50s. La versión Cronenberg es fuerte y hasta descorazonadora, pero sus temas y reflexiones siguen cautivando.

LOS HIJOS DE "THE FLY"

"La mosca" es uno de los títulos más conocidos en el cine de horror, y quizá para muchos sea sorpresa que a su alrededor exista una pequeña franquicia, con dos secuelas para la película de 1958 (filmadas en blanco y negro por sus bajos presupuestos) y otra para la de 1986.




Return of the Fly (1959)
Dirigida por Edward Bernds

Tráiler



Quince años después de los eventos de "The Fly" ha fallecido Hélène, la viuda del fatídico científico André Delambre. Su hijo Philippe decide limpiar el nombre de su padre y retoma sus investigaciones ante la oposición de su tío Françoise (Vincent Price), quien después acepta apoyarlo. Pero Philippe se verá rodeado de personas que sólo buscan robar su trabajo y acabar con él, mientras la transformación que atormentó a sus padres se cierne sobre sus hombros.




Que haya regresado Vincent Price es un plus para la película. No es mala, sólo que se ve despojada del tono de peligro por jugar con la ciencia; en su lugar parece más un thriller de espionaje industrial y crimen que historia de terror.
La transformación se siente un poco forzada e innecesaria, además esta "mosca" es más cabezona que su predecesora y hasta resulta gracioso ver cómo se mueve torpemente con traje y corbata.




Price aceptó participar gustoso, pero a pesar de que los cambios en el guion le hicieron perder el ánimo, cumplió como un profesional. La relación entre su personaje y Philippe es paternal y sólida, de hecho se llega a apoyar al joven científico, quien muestra señales de trauma. Hay mutaciones "monstruosas" pero creativas, una historia de amor con poco desarrollo, villanos de cuello blanco más o menos bien desarrollados y un final apresurado, pero en general es muy disfrutable.

Curse of the Fly (1965)
Dirigida por Don Sharp




Tráiler



Luego de escapar del hospital psiquiátrico, Patricia (Carole Gray) conoce a Martin Delambre, quien con su padre Henri y hermano Albert han seguido con los experimentos en el teletransportador, pero sólo han triunfado parcialmente al provocar quemaduras en los teletransportados y engendros que alguna vez fueron humanos durante las pruebas. Así, Patricia va descubriendo los horribles secretos de Henri.
Aunque es una producción estadounidense, fue hecha en Inglaterra y fue poco conocida hasta 2007, cuando se lanzó en vídeo casero.




La trama tiene poca relación con las anteriores, no sale Vincent Price y ni siquiera hay una "mosca"; la única que se ve es en una foto de la segunda película, que quién sabe cómo la tomaron si en la escena no había personajes que pudieran tomarla. Además el linaje de los Delambre no queda muy claro al implicar que el patriarca Henri podría ser el hijo de Philippe o hasta éste mismo pero con otro nombre. Una situación bastante confusa, como también lo es la aparición del detective Charas, personaje que sale en las tres películas, pero si se calcula su edad tendría más de 100 años.




Aunque todo se siente como una secuela espiritual en un universo alterno se deja ver; la situación de Patricia es interesante porque a su estado mental se le agrega el juego de engaños y mentiras al que su esposo Martin la somete.
No es una película que dé lástima, sólo está alejada de su mitología y sin ser excelente tiene su encanto.




The Fly II (1989)
Dirigida por Chris Walas

Tráiler



Martin Brundle (Eric Stoltz), el hijo de Seth y Ronnie, queda al cuidado del dueño de los laboratorios para los que trabajaba su padre. Ignorando su turbio origen, Martin sólo cree padecer una rara enfermedad genética que provoca su crecimiento acelerado, pero al descubrir su pasado emprende una carrera contra el tiempo buscando una cura para no tener el fatídico destino de su padre.




Chris Walas dirigió esta última entrega de la franquicia, que no fue bien recibida por la crítica y eso afectó su desempeño en taquilla. Si decíamos que "Curse of the Fly" es como una secuela espiritual de la versión de 1958, "The Fly II" tomaría el mismo título al no ser continuación directa de la de 1986, sino que juega con elementos y personajes de la primera entrega. Stathis Borans (John Getz) fue el único que repitió su personaje, Jeff Goldblum aparece en material de archivo y Geena Davis declinó participar, por lo que su personaje de Ronnie sólo sale en una escena y desempeñada por otra actriz.




Martin debe tratar con la ausencia de sus padres, la "enfermedad" que le dicen tiene y el aislamiento, una parte esencial del filme. La parte del villano fue otorgada a Lee Richardson, quien hace bien su parte como una figura paterna siniestra, aunque el papel carezca de profundidad, mientras que Daphne Zúñiga es Beth, el interés amoroso de Martin.




Sus efectos especiales no son como los de la primera película, pero los efectos prácticos son bien ejecutados. La criatura tiene rostro expresivo, movimientos naturales y se aleja del aspecto de Brundle-mosca, una acertada decisión para evitar comparaciones, además muestra una humanidad de la que carece Seth.
La producción no alcanza los niveles técnicos y artísticos de "The Fly", pero se disfruta por sus méritos propios. En los últimos años ha sido revalorada porque no "ofende" la versión de Cronenberg.




LA SECUELA QUE NO VIMOS

Con los años se ha hablado de un reboot con la participación de Jeff Goldblum, pero nada se ha concretado. Si se quiere tener una idea de lo que pudo ser una tercera entrega de "La mosca", en 2015 se publicó "The Fly: Outbreak", un cómic de cinco números que inicia justo donde terminó "The Fly II".
En ella, Martin Brundle sigue trabajando en los laboratorios Bartok (es extraño que siga ahí siendo que fueron quienes quisieron explotar su condición). Uno de sus experimentos escapa con riesgo de esparcir la ahora llamada Enfermedad de Brundle por el mundo.



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