Reseña Project Wolf Hunting: "Viaje en un mar de sangre y gore"


País: Corea del Sur

Dirección: Kim Hong-sun

Guion: Kim Hong-sun

Duración: 122 minutos

Fecha de estreno: 21 de septiembre de 2022

Reparto: Seo In-guk, Sung Dong-il, Choi Gwi-hwa, Jung So-min, Jang Dong-yoon, Park Jeong-hwan

Calificación: 3 estrellas y media

Sinopsis:
Septiembre de 2021. Un grupo de peligrosos delincuentes coreanos tiene que ser trasladado en un buque de carga de Manila a Busán. Los acompañan a bordo el capitán de la policía coreana Suk-woo y otros 22 detectives experimentados, cada uno con al menos 10 años de experiencia investigando crímenes violentos. Pronto, la prisión flotante abandona el puerto y comienza su camino hacia Corea. Los prisioneros están fuertemente custodiados y todo está tranquilo a bordo hasta que los criminales inician un motín.


“Project Wolf Hunting” es una película surcoreana de ciencia y ficción mezclada con acción y unas cantidades industriales de sangre, que perfectamente puede competir con cintas como “Terrifier 2”, para el premio a la más sangrienta del 2022. Dirigida por Kim Hong-sun cuyo trabajo más destacado hasta el momento había sido participar en la versión coreana de “La Casa de Papel”, esta cinta se llevó el Premio Especial del Jurado en el Festival de Stiges de 2022, y mejores efectos especiales y premio del público en el Festival de Toronto del mismo año.

La historia trata de un grupo de criminales de alto riesgo que tienen que ser trasladados en un barco de vuelta a su tierra natal (Corea del Sur). En medio de la travesía inicia un motín que enfrentaría a delincuentes contra policías, y que termina involucrando a un tercer adversario mucho más peligroso y brutal.


Dicho con todas las de la ley, la película es un festival de sangre y gore a borbotones. Se apoya puramente dentro del género gore o splatter y los límites de la imaginación, como arrancar un brazo a mordidas; y brinda al espectador un frenesí de escenas cada una más brutal que la anterior. Y una de sus mayores virtudes es que todo esto es logrado con efectos prácticos, nada de CGI. Y al puro estilo asiático, es decir, el mínimo corte es razón suficiente para formar una fuente de sangre en forma de chorro. Tampoco busca el camino del absurdo, la película realmente quiere que te lo creas. De no ser asi veríamos personajes siendo desmembrados en su totalidad de un solo golpe. Sin embargo, busca ir despacio, primero un brazo, luego una pierna; intentan dentro de lo grotesco, mantenerlo lo más real posible; aunque evidentemente se les va la olla.

Agarrándose al hecho de ser una película de “acción”, los personajes son puros clichés y estereotipos tanto del lado de los buenos como del lado de los malos. El principal problema con estos es que, incluso con dos horas de duración, no alcanza para crear un desarrollo de personaje lo suficientemente bien logrado, porque son demasiados en escena. Esto nos dice que el objetivo no es empatizar con ellos necesariamente, o creerte sus historias, sino agarrar tu merienda favorita y ver como uno a uno van cayendo y disfrutar del espectáculo.


Es una cinta hecha para los fanáticos (me incluyo) del género gore. No tiene más. Es una película llena de sangre y es justo eso lo que brinda. Tiene originalidad en algunas muertes, incluso sorpresas; personajes que se presentan con cierto peso sobre los demás mueren en un abrir y cerrar de ojos, así de fácil.

Para potenciar todo esto incluyen un elemento que, no era necesario, pero encaja bien. La ciencia ficción se hace presente en una máquina de matar humana cual Jason Voorhees en su máximo esplendor, se despierta y empieza a acabar a mano limpia con todo el que se le cruce por delante. Algo así como una combinación del monstruo de Frankenstein y Wolverine. Esto cambia el rumbo de la cinta de “un motín de asesinos” a “todos huyan de la bestia”, y una subtrama de experimentos humanos que ya para cuando ocurre estas demasiado concentrado en seguir viendo la masacre que no le haces ni caso.

Las representaciones del héroe y el villano llegan demasiado tarde como para poder funcionar sobre el público. Antes incluso de que te des cuenta te ves a ti mismo viendo una versión coreana de Friday The 13th Part Vlll Jason Take Manhattan, pero en medio de un juego de policías contra ladrones. Da curiosidad pensar que hubiera pasado si hubiese tratado de un slasher, pero manteniendo los niveles de brutalidad. Probablemente tendríamos el rival asiático de Art The Clown.

En resumen, es una película que tiene su público específico y está hecha para ser disfrutada por ese público en específico. Fuera de ese mundo, y del disfrute que el cine gore pueda proporcionar, la cinta se tambalea enormemente y hasta se cae por su propia carga argumental tan espesa. Pero supo funcionar en su zona de confort y seguramente estemos hablando de una de las películas más sangrientas y “splatteras” del 2022.






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