Reseña - "Beau is Afraid": La odisea de un paranoico

La nueva película del director de "Hereditary" representa una pesadilla llena de ansiedad y terror surrealista. Joaquin Phoenix actúa impecable como un hombre inundado de problemas emocionales.



FICHA TÉCNICA
Beau is Afraid ("Beau tiene miedo", Estados Unidos, 2023).
- Escrita y dirigida por Ari Aster.
- Duración: 179 minutos.
- Fecha de estreno: 1 de abril de 2023 en el Alamo Drafthouse Cinema; 14 de abril en cines de Estados Unidos.
- Protagonistas: Joaquin Phoenix, Patti LuPone, Nathan Lane, Amy Ryan, Stephen McKinley Henderson, Parker Posey.

Calificación: ★★★1/2

Tráiler


SINOPSIS
Beau Wasserman (Joaquin Phoenix) está dispuesto a dejar la seguridad del departamento donde vive para visitar a su madre, pero cancela el viaje cuando le roban las llaves de su hogar.
La inesperada muerte de su madre embarca a Beau en otro tipo de viaje: uno alucinante donde la ansiedad y sus miedos lo acechan a cada instante, encontrando en su recorrido personajes que lo llevan al límite de su sanidad.




La nueva producción de Ari Aster, director de "Hereditary" (2018) y "Midsommar" (2019), está inspirada en el cortometraje "Beau", realizado por él mismo en 2011; lástima que no esté en YouTube, pero puede hallarse online. Su trama se expandió (¡y cómo lo hizo!) a un filme que resulta ser un ambicioso viaje metafórico-existencial hacia la ansiedad kafkiana más pura, adornado con el terror que provoca el perturbador "sentido del humor" de la vida.




Apunta más al cine experimental porque sí genera horror, pero olvídense de cualquier convencionalismo que lo cause (fantasmas, gore, psicópatas, etc.), así que esperen algo muy diferente al cine comercial o incluso los anteriores filmes de Aster. También sugiero tomar poca (o de preferencia nada) de agua porque dura tres horas.

Featurette



NO ES EL VIAJE, SINO EL DESTINO
Internet Movie Database la cataloga de "comedia drama horror". ¡Qué tiernos! Ojalá fuera tan fácil etiquetar películas. Para quien considere este tipo de clasificaciones, los géneros citados podrian resultar contradictorios con lo visto en pantalla porque los tiene, claro, pero no en un sentido estricto.




El espectador puede reírse, conmoverse u horrorizarse, mas el verdadero valor de "Beau is Afraid" radica en su impacto, porque es de esas películas donde más que preguntar "¿de qué trata?" se debe cuestionar "¿qué sentiste al verla?". Su narrativa no sigue una estructura lineal; desde que inicia es un recorrido frenético que desemboca en un pasado pero asombroso clímax con la criatura más rara, ridícula e inverosímil que se haya visto en mucho tiempo, con simbolismos y alegorías que bombardean al espectador durante 179 minutos.

Clip
"El nuevo cuarto de Beau"



TRILOGÍA DEL LAMENTO
Si se ha visto alguno de los dos anteriores títulos de Aster, de inmediato se detecta que "Beau..." tiene los elementos básicos de su estilo: es un drama de relaciones familiares, donde sus personajes cargan culpas y llevan una relación problemática con la madre. Los tres filmes forman una trilogía con personajes abrumados y rotos que intentan recuperarse de un trauma emocional o pérdida. Para quienes practiquen o estudien psicología "Beau is Afraid" es un festín porque incluye aspectos freudianos como la vergüenza, las culpas y el sexo, pero sobre todo una madre déspota y castradora, mientras que Beau, sin importar cuánto envejezca, sigue siendo un inmaduro niño reprimido.




En general muestra lo que es padecer ansiedad extrema, sus efectos en quien la sufre y sus allegados. Hay películas que presentan lo mismo pero de una manera más "amigable", por ejemplo "Jacob's Ladder" (Adrian Lyne, 1992), donde bajo la perspectiva de tercera persona (a él), el espectador ve sufrir al protagonista los efectos de su servicio en la guerra de Vietnam.




En "Beau..." ocurre lo contrario. Por ejemplo: hay una escena donde un personaje enfrenta a un policía, quien en circunstancias normales buscaría hallar una solución pacífica. Pero todo sucede de manera frenética: gritos, amenazas, el arma desenfundada, pánico, porque así lo vive quien lo experimenta.
El filme recuerda innumerables títulos: "Eraserhead" (David Lynch, 1977) y "The Truman Show" (Peter Weir, 1998), por citar sólo dos, pero sobre todo tiene mucho de "Mother!" (Darren Aronofsky, 2017) y su perturbadora atmósfera de confusión.

Entrevista
Ari Aster, Joaquin Phoenix y Parker Posey



EL SEÑOR DE LA ANSIEDAD
Son tres horas exhaustivas que presentan una versión exagerada de la realidad, con situaciones absurdas y por lo mismo hiperrealistas. No tiene jumpscares, pero ver a su protagonista desquiciado y viviendo una pesadilla constante remueve emociones. Por su duración y todas las peripecias en las que Beau se ve envuelto, la mejor manera para explicar su desarrollo (porque recuerden que no tiene trama lineal) es compararla con, ya que sacamos el término trilogía y la hemos llamado viaje, "The Lord of the Rings" (2001-2003).




Beau es Frodo; su madre, el Anillo Único y su departamento, la Comarca. Su estadía con un matrimonio (Nathan Lane y Amy Smart) equivale a la de Frodo en Rivendell; la casa materna es Mordor, y el ático donde encuentra su destino, su Mount Doom.
En resumen, Beau se embarca en un viaje que en vez de ser heroico encuentra miedos y terrores que reflejan su manera de percibir el mundo.




DERROCHE DE TÉCNICAS
Su pesadillezco caos tiene momentos visualmente asombrosos, destacando las secuencias animadas por los chilenos Cristóbal León y Joaquín Cociña, directores de la joya "La casa lobo" (2018). El trabajo de maquillaje y prostéticos también es excelente. Joaquin Phoenix confirma que es el mejor actor del momento. Hace escenas físicas y de riesgo, ¡pero cómo maneja las emociones! ¡Cómo pasa del delirio a la tristeza! Es gracioso, provoca horror, pánico, confusión y una pasividad desesperante, porque Beau se deja llevar por los sucesos como una hoja en el viento.
La música aparece a momentos, desaparece en otros; el ritmo acelera, después disminuye, su cinematografía es impecable y el diseño de sonido inunda los oídos. Técnicamente es casi perfecta.




DELIRANTE, SÍ; PRETENCIOSA...
Ari Aster hizo dos películas que lo pusieron como uno de los nuevos realizadores a seguir en el cine de horror, pero no significa que todo lo que haga debe ser un hit arrasador. En "Beau is Afraid" maneja un terror identificable, al exponer su protagonista a algo que todos hemos sentido en mayor o menor grado como la neurosis y ansiedad, no combate fuerzas sobrenaturales o cultos paganos. Ese es un acierto que corre riesgo de perderse por la duración.




A menos que sea "It" (2017), su secuela de 2019 o "Spider-Man: No Way Home" (2021) muy pocos estarán dispuestos a invertir alegremente tres horas para ver una película tan rara y absurda que llega a caer en situaciones redundantes. Nada tiene que ver con que "no se pueda entender" o su trama parezca sin sentido, porque finalmente es una experiencia y cada quien la interpreta a su modo. Más bien, cae en la trampa de que el cine de arte es psicodélico y surrealista.




Lo absurdo de "White Noise" (Noah Baumbach, 2022) no cayó bien a muchos, mientras que "Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades" (Alejandro G. Iñárritu, 2022) raya en la presunción; "Beau is Afraid" tiene el estilo de esos filmes, se siente sobrecargada visual y narrativa y argumentalmente, con detalles fastuosos que evitan explorar más la relación de Beau con su madre y la culpa que él siente, no dejarlo todo para su final.




EN RESUMEN...
"Beau is Afraid" es el perturbador y transtornado viaje de un hombre que se derrumba mentalmente, pero resulta fascinante y provocador; ¡hasta terapéutico!, porque provoca ese placer culpable de ver a alguien más jodido de sus emociones que uno. Su humor y comedia negra son efectivas porque le dan toques de ironía y farsa.

Por su duración, estructura y temas no es para cualquiera, motivo por el cual no le doy una nota más alta, algunos la encuentran caótica, pretenciosa y hasta decepcionante (¿acaso esperaban otro culto?). "Beau is Afraid" no es un maratón de jumpscares, pero provoca alucinantes emociones que cuestionan la cordura y dejan satisfecho al espectador.




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