Frankenstein: Monstruo, hombre, mito

La versión de "Frankenstein" de 1931 cumplió recientemente 91 años; el filme metió la imagen del Monstruo en la cultura popular y sus temas no pierden vigencia.


FICHA TÉCNICA
"Frankenstein" (Estados Unidos, 1931).
- Dirigida por James Whale.
- Escrita por Garrett Fort y Francis Edward Faragoh, además de Robert Florey y John Russell, ambos no acreditados.
- Fecha de estreno: 21 de noviembre de 1931.
- Protagonistas: Boris Karloff como el Monstruo, Colin Clive, Mae Clarke, John Boles, Dwight Frye.

Tráiler original (1931)

SINOPSIS
El doctor Henry Frankenstein (Colin Clive) osa jugar con la esencia de la vida y la muerte creando un monstruo (Boris Karloff) a partir de trozos de cadáveres robados. La Criatura, a quien implantaron el cerebro de un criminal, sufre maltratos que exacerban sus sentimientos de odio y asesinato. Ahora las vidas de Henry, su prometida Elizabeth (Mae Clarke) y su amigo Víctor (John Boles) corren peligro.


Mary Shelley (1797-1851) tenía 18 años cuando comenzó a escribir una novela sobre un científico y su descarriada creación para ganar un concurso propuesto por el poeta Lord Byron que incluía a ellos, al filósofo y autor Percy Shelley, esposo de ella, y unos amigos. Nunca imaginó que su obra rebasaría las barreras del tiempo y la literatura para convertirse en un ícono cultural, emblema de un arte que nunca conoció llamado cinematografía y de algo denominado cine de horror.


La joven británica vio publicada su obra dos años después, en enero de 1821. En ella plasmó dilemas éticos y morales sobre la ciencia, la condición humana, la mortalidad, entre otros temas, pero también le infundió elementos de romanticismo (que como movimiento literario surgió hasta 1848), narrativa gótica y ciencia ficción, término desconocido para su época, pero en nuestros días se considera a su historia como uno de los primeros ejemplos del género.

Cortometraje
"Frankenstein" (Estudios Edison, 1913)

GESTACIÓN DE LA CRIATURA
"Frankenstein" comenzó su andar por el cine en 1910 con un cortometraje de 16 minutos en su duración original que se creyó perdido hasta 1963, cuando fue redescubierto; como fue producido por los estudios Edison, también es conocido como el "Frankenstein de Edison".
Veintisiete años después, a inicios de 1930, los Estudios Universal registraban pérdidas de más de 2 millones de dólares, situación que cambió con el exitoso estreno de "Dracula" en 1931; la lógica dictaba hacer más películas de terror, cosa que el jefe de producción de los estudios, Carl Laemme Jr. ordenó de inmediato. El joven ejecutivo compró los derechos de "Frankenstein", la adaptación británica para teatro, y así comenzó la preproducción de la cinta.


El director Robert Florey fue la primera opción para realizar el filme, pero su visión del Monstruo era una simple máquina de matar al estilo Jason Voorhees, carente de la profundidad mostrada en la novela. Tal perspectiva terminó por desagradar al entonces protagonista elegido, Bela Lugosi, quien entre quejas de que nadie lo reconocería por el maquillaje, fue despedido junto con Florey; así James Whale, director que solo había dirigido el drama bélico "Waterloo Bridge" (1931), tomó las riendas del proyecto.

Clip
Frankenstein (1931)
"El Monstruo se presenta"

CÓMO CREAR A UN MONSTRUO
Whale convenció al británico William Henry Pratt, mejor conocido por su nombre artístico Boris Karloff, de ser el Monstruo. Karloff, de 45 años y con 80 películas filmadas, la mayoría como extra o en roles menores, se enfrentó a un papel físicamente demandante desde el maquillaje que llevaba hasta por el vestuario (¡cada zapato pesaba 5 kilos!).


El maquillista Jack Pierce creó el aspecto del Monstruo, que aunado a la impresionante actuación de Karloff y la realización de Whale consumaron una obra maestra que hizo del actor británico uno de los rostros más populares de los años 30 dentro del género de terror y lo volvieron actor fetiche de la Universal. El reparto lo completaron Colin Clive como el doctor Henry Frankenstein, Mae Clarke como Elizabeth, John Boles como Víctor, el mejor amigo de Henry, y Dwight Frye como Fritz, el inhumano asistente jorobado del científico.

Clip
"Ladrones de tumbas"

ARTE + HORROR = PERFECCIÓN
La película echó mano de elementos pertenecientes al expresionismo alemán vistos en cintas como "El gabinete del doctor Caligari" (1920) y consolidó la figura del científico loco mostrada en "Metrópolis" (1927) de Fritz Lang; además presentó la del ayudante jorobado, que se volvió un tropo del género. Al mismo tiempo, su tono científico sirvió para introducir a la sociedad de su época en una era de ciencia y descubrimientos tecnológicos, que desde finales de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) comenzaban a asombrar (y horrorizar) a todos.


El gran acierto de la cinta es que conserva la esencia de la novela y aunque tiene muchas diferencias respecto al material original, estas enriquecen la experiencia del personaje. Su diseño de producción es memorable, la fotografía alcanza niveles artísticos, como esa toma donde el Monstruo alza los brazos bajo la luz del sol, y además levantó controversia con la línea "¡Al fin sé lo que se siente ser Dios!", dicha por el doctor Frankenstein poco después de dar vida a su creación.

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"¡Está vivo, está vivo!"

Semejante blasfemia fue eliminada -censurada- en su momento para no escandalizar las conciencias de muchos, pero fue restaurada para darle a la escena su verdadero realce y dramatismo: el de un creador que finalmente ve alcanzado el propósito de su vida. Otra escena que sufrió cortes es cuando el Monstruo arroja a la pequeña María a su triste destino, aunque también fue restaurada.


HUMANIDAD OCULTA
Para la audiencia de su tiempo el Monstruo pudo ser una criatura abominable, antinatural, que provocaba miedo con sus gruñidos y aspecto intimidante, a fin de cuentas era una cinta de horror y el propósito era asustarse. Pero como en la novela de Mary Shelley, la Criatura estaba dotada de una humanidad que Boris Karloff hizo palpable.


Stan Lee, el escritor y editor de cómics, llegó a decir: "Nunca me convencerás que el monstruo era el malo", una frase que viene al caso citar porque de inicio el doctor Frankenstein no se hizo responsable por su Criatura, Fritz lo torturaba y nadie trató de entenderlo. Además se vio obligado a matar en defensa propia y sus intentos por relacionarse con el anciano ciego y la pequeña María fracasaron trágicamente, por todo ello la Criatura es un paria, tal vez uno de los primeros que se vieron en el cine.

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"El Monstruo dominado"

De igual modo es una historia que advierte sobre las consecuencias de la ambición humana y querer rebasar los límites de lo que se debe o no lograr en nombre de la ciencia, un tema presente en cintas modernas como "Jurassic Park" (Steven Spielberg, 1993).


NUESTRO LADO MONSTRUOSO

Mary Shelley creó una quimera que representa nuestras acciones, comportamiento y moral; Boris Karloff se encargó de darle vida con una actuación que invita a reflexionar sobre la aceptación, palabra que ahora suena como un requisito más que una condición humana.
"Frankenstein" muestra esa parte de nuestro interior que quiere sentir compañía, amor, ¿no es eso lo que todos buscamos? Pero también nos recuerda que somos responsables de nuestros actos, los buenos y los malos, porque todos generan consecuencias.


Hay que estar conscientes de nuestros Frankensteins personales, sin olvidar que somos criaturas buscando una mano amiga, una sonrisa, un amor.

Como Henry Frankenstein, todos somos Prometeos que en algún momento desafiamos la autoridad, ¿estamos dispuestos aceptar las consecuencias de nuestras acciones?



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