Horror en los 90s (2): Éxito y resurección

Los triunfos de "The Silence Of The Lambs" y "Misery" en los Oscars hicieron que muchos voltearan hacia el cine de horror, mientras que "Scream" encabezó el resurgimiento del slasher.


Aunque se trate de un medio diferente, durante los 90 la televisión aportó su granito de arena al horror. Stephen King encontró otro nicho donde difundir sus historias en formato de miniserie; "It" (1990), "The Stand" (1994) y su adaptación de "The Shining" (1997) consolidaron su imagen como generador de material tanto para cine y TV, aunque "Golden Years" (1991) y "The Langoliers" (1995) desperdiciaron sus premisas con tramas lentas y efectos visuales cuestionables.


Los niños y adolescentes fueron un segmento que no se descuidó, dando paso a "Are You Afraid Of The Dark?" (1990-1996), "Eerie, Indiana" (1991-1992), "Goosebumps" (1995-1998) y la película para TV "Halloweentown" (1998).

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Buffy The Vampire Slayer (1997-2003)
Presentación Temporada 1

Las grandes cadenas de televisión colaboraron a que el terror y misterio se popularizaran con series como la producción canadiense "Forever Knight" (1992-1996), los clásicos "The X-Files", "Buffy The Vampire Slayer", "Charmed" y hasta "Baywatch Nights" un spin off de la popular serie de rescatistas playeros donde su líder, David Hasselhoff era salvavidas de día y en la noche resolvía casos sobrenaturales.


La primera mitad de la década de 1990 trajo lo que parecía ser los últimos intentos por mantener a flote las historias de asesinos seriales persiguiendo adolescentes. En 1988, "Child's Play" presentó a Chucky, el muñeco diabólico, que con el lanzamiento de sus secuelas en 1990 y 1991 mantuvo vigente el subgénero.


En busca de renovar sus franquicias y quizá para darle al público un respiro, New Line Cinema mandó a descansar sus dos íconos del horror, Freddy Krueger y Jason Voorhees, prometiendo un enfrentamiento entre ellos en la última toma de "Jason Goes To Hell: The Final Friday" (1993), pero el proyecto no se concretó hasta 10 años después.

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Misery (Rob Reiner, 1990)
"¡Mataste a mi Misery!"

Y EL OSCAR ES PARA...
El concepto de que el terror era un género poco atractivo, de nulo valor artístico, barato y que se limitaba a mostrar jóvenes perseguidos por psicópatas cambió en 1991 cuando Kathy Bates se llevó el Oscar a Mejor Actriz por su desempeño en "Misery" (1990), adaptación de la novela de Stephen King dirigida por Rob Reiner. Así, todos voltearon al cine de horror y más cuando en febrero de 1991, "The Silence Of The Lambs" se convirtió en un fenómeno de taquilla y éxito de crítica, además de la hipnotizante actuación de Anthony Hopkins como el desquiciado psiquiatra Hannibal Lecter.

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The Silence Of The Lambs (1991)
"Quid pro quo"

Basada en la novela de Thomas Harris publicada en 1988, marcó el inicio del que puede considerarse "thriller de prestigio" y causó sensación por su mezcla de terror, suspenso, canibalismo y procedimientos policíacos, convirtiéndose en la quinta película con mejor recaudación a nivel mundial con 272.7 millones de dólares.


Compitió en el Festival de Cine de Berlín, donde su director, Jonathan Demme, se llevó el Oso de Oro al mejor en su categoría. La cinta se consolidó como un clásico al llevarse en 1992 los Oscars a Mejor Película, Director (Demme), Actor (Anthony Hopkins), Actriz (Jodie Foster) y Guión Adaptado, convirtiéndose en la tercera cinta en ganar dichos premios y la primera - y hasta ahora única - cinta de terror en ser nombrada Mejor Película.


REVIVEN LOS CLÁSICOS
Así, el horror dejaba de ser el patito feo de la industria cinematográfica para empezar a codearse con los grandes artistas y cineastas. "Bram Stocker's Dracula" (1992), "Mary Shelley's Frankenstein" y "Wolf" (ambas de 1994) no solo acercaron tres del los monstruos clásicos a las nuevas generaciones, fueron realizadas respectivamente por Francis Ford Coppola, Kenneth Branagh y Mike Nichols, cineastas "serios" que eligieron a Gary Oldman, Robert De Niro y Jack Nicholson en sus correspondientes papeles principales.

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Scream (Wes Craven, 1996)

EL SLASHER VUELVE A GRITAR
Wes Craven fue el único cineasta de horror que inició fuerte los 90 gracias a "The People Under The Stairs" (1991) y en "Wes Craven's New Nightmare" (1994) revivió a Freddy Krueger con una historia donde la cinta y sus personajes están conscientes de sí mismos; Craven empleó la metaficción, la cual referencia otras ficciones y reflexiona sobre su condición, para abrir la brecha a lo que dos años después se convirtió en "Scream" (1996), la película que reconfiguró el cine de horror.


No puede hablarse de cine de terror noventero sin mencionar "Scream", escrita por Kevin Williamson, un aspirante a actor que en 1994 hizo el guion de "Scary Movie", cuyos personajes habían visto demasiadas películas clásicas de terror y sabían todos los clichés y reglas del género. El libreto fue adquirido por Miramax Films, la dirección fue dada a Craven y como dicen, el resto es historia al convertirse en un éxito que generó una popular franquicia.

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I Know What You Did Last Summer
(Jim Gillespie, 1997)
"Fiesta y tragedia"

TEEN TERROR: EL HORROR SE PONE GUAPO
Casi de inmediato todas las productoras y estudios quisieron tener su propio "Scream", dando paso al resurgimiento del subgénero slasher. Pero a diferencia de su contra parte de los 80, donde sus protagonistas eran jóvenes desconocidos, en estas cintas aparecían actores que aparecían en televisión: Neve Campbell y Jennifer Love Hewitt de "Party Of Five", Sarah Michelle Gellar de "Buffy The Vampire Slayer", Joshua Jackson de "Dawson's Creek", entre muchos otros. Así surgió el llamado Teen Terror (terror adolescente) que se extinguió en los primeros años del 2000.

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Armageddon (Michael Bay, 1998)
"¡Saddam Hussein nos bombardea!"

DESASTRES, DIABLOS Y OTROS ENEMIGOS
La segunda mitad de la década de los 90 también se vio marcada por un breve resurgimiento de subgéneros como el cine de desastre, combinando historias de tragedia y sobrevivencia con acción y aventura.

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"Independence Day" (Roland Emmerich, 1996)

Dean Devlin y Roland Emmerich pusieron un alto estándar con espectaculares efectos visuales en la invasión alienígena de "Independence Day" (1996), mientras que Michael Bay dirigió la absurda pero entretenida "Armageddon" (1998). En 1996 la naturaleza fue la antagonista en "Twister", y un año después lo fueron las erupciones volcánicas de "Volcano" y "Dante's Peak".


La tecnología también sirvió para realizar thrillers que levantaron miedos y sospechas ("The Net", 1995; "Enemy Of The State", 1998) y el fin de siglo trajo en 1999 "Stigmata" y "End Of Days", que encabezaron una pequeña oleada de horror sobrenatural/religioso que llegó a los primeros años del 2000.

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Ringu (Hideo Nakata, 1998)
Sadako

LA INVASIÓN DEL J-HORROR
A finales de los 90 las salas occidentales se vieron invadidas por películas de horror procedentes de Asia, el terror japonés o J-Horror asustaba a todo aquel que se atrevía a ver alguna de sus cintas.

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Audition (Takashi Miike, 1999)

La tendencia inició con el largometraje de animación "Perfect Blue" (Satoshi Kon, 1997) donde una cantante que quiere ser actriz va perdiendo su cordura. Le siguió la más conocida del movimiento, "Ringu" (Hideo Nakata, 1998) y su famosa premisa del vídeo maldito que condena a morir en siete días a quien lo vea. Además estuvo la impactante "Audition" (Takashi Miike, 1999), donde como su título indica, un viudo hace una audición para encontrar pareja, aunque su elegida, mas que esconder un secreto, oculta un lado siniestro.


LEGADO PARA UN NUEVO SIGLO
A diferencia de otras décadas, durante los 90 el cine de horror careció de una dirección definida ni se inclinó hacia un subgénero en particular, propiciando que no volviera a estancarse en uno solo como ocurrió en los 80 con el slasher. Esa misma variedad arrojó producciones buenas, malas, pésimas y decepciones; algunas cintas no alcanzaron el reconocimiento hasta años después, por lo que pocas alcanzaron el título de clásicos instantáneos.

La década de los 90 fue una época polifacética del género, extraña para unos, poco atractiva para otros, pero definitivamente importante para el rumbo que tomó al inicio del entonces nuevo milenio.

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