Reseña Watcher: Terror psicológico cocinado a fuego lento


Reparto:

Maika Monroe, Burn Gorman, Kari Glusman, Daniel Nuta, Aida Economu.

Fecha de estreno: 3 de junio de 2022

Director: Chloe Okuno

Guion: Zack Ford, Chloe Okuno

País: Estados Unidos

Sinopsis:
Una joven se muda a un nuevo departamento con su prometido y se ve atormentada por la sensación de ser acosada por un vigilante invisible en un edificio adyacente.


Primero que todo, me tomé la molestia de revisar las puntuaciones sacadas por esta película en diferentes páginas, y noté que, mientras la crítica especializada en general le daba una nota destacada, el público se mantenía indeciso con una nota media. Esto evidenció algo que durante todo el transcurso de la cinta me quedó más que claro, y es que Watcher se apoya muchísimo en elementos técnicos y no narrativos para contar su historia.

La trama, una pareja se muda a Rumanía por cuestiones del trabajo del esposo. Julia, nuestra protagonista, no conoce la lengua local y se ve sola en un nuevo país; y comienza a sentir que alguien la vigila. La historia es extremadamente sencilla, una mujer siendo aparentemente acosada, un material de lujo para un thriller psicológico comercial que no sorprendería a nadie. Pero Watcher va más allá.



Comienza poniendo sobre la mesa varios entrantes de cara a las situaciones que pretende mostrar, por ejemplo, los primeros minutos hacen mucho hincapié en el hecho de que Julia no conoce el lenguaje local y que pretende estudiarlo por su cuenta. Son de esos detalles que el espectador agarra nota mentalmente porque sabe que será importante en un futuro. Además, nos presentan la relación entre la protagonista y su esposo, una relación que comienza feliz, y que todos sabemos que desencadenará discusiones típicas de dramas.

Ahora bien, se trata de una película de suspenso, y sinceramente, consigue plasmarlo increíblemente bien. Julia nota como alguien le mira desde el apartamento de en frente al de ella. Un hecho muy sencillo en teoría pero que es explotado al máximo por el director. Con una cantidad justa y precisa de planos abiertos, logra plasmar toda la atmósfera alrededor del pesar de Julia. Y es que constantemente se muestra un panorama de la escena que te obliga a mirar a todos lados, y esa sensación, termina conectándote con la protagonista y sintiendo lo que siente ella.

Algo muy difícil de lograr, pero lo hace, es no perder el ritmo. Ese ritmo pausado, lento, pero continuo lo mantiene como sello de identidad durante toda la cinta, dotándola de un estilo único, que funciona, y a al que le es fiel. Y es que la película avanza muy lenta asegurándose de que cada escena, cada sonido, cada movimiento cale a la perfección en el suspenso que pretende crear. Es un viaje uniformemente ascendente hasta su gran final. De hecho, uno de los mejores detalles de la cinta, es que no exagera los hechos. Es común en muchas películas que por miedo a aburrir al espectador, o viendo que avanzan los minutos, empiecen a recurrir a momentos caóticos o repentinos que adelanten los acontecimientos hasta donde se busca llevar, cosa que queda muy incómoda visualmente. Pero Watcher no, se mantiene fiel a su misterio y no se apresura, quizás, hasta la escena final. También se agradece enormemente la insistencia en que es Julia, y solo Julia, el centro de la historia; con esto me refiero a que, contrario a lo que esperaba, la relación con su esposo no se sobresatura, ni se amplifica, ni se vuelve en centro de la historia o un detónate muy simplón. En cambio cada interacción se siente natural volviendo la experiencia mucho más realista.



Una de sus mayores virtudes es que juega con el espectador. Todas las escenas en las que Julia se siente perseguida, hacen que empaticemos con el personaje, pero que el sentido lógico nos dicta que no hay peligro. El supuesto acoso que sufre, no lo exageran para generar empatía, sino que lo mantienen natural. De hecho, puede no serlo. Durante gran parte de la película interpreté la relación entre la protagonista y su misterioso acosador como una depresión por sentirse sola; incluso las cinco etapas, negación, negociación, depresión, ira y aceptación, todas son experimentadas por ella, haciéndote dudar si lo que ves es real o mal interpretado.

La actriz Maika Monroe se consagra como una especialista en thrillers psicológicos; misma actriz que ya había interpretado un papel protagónico en el éxito de 2014 “It Follows”, que indagaba en exactamente la misma premisa, la sensación de sentirse perseguido. En esta ocasión, su personaje absorbe toda la tensión de muy buena manera y se mantiene lineal tan y como requiere la historia. Mención especial también para Burn Gorman, que sin hacer mucho, logra transmitir toda la frialdad de su personaje.

Obviamente todo lleva a su final, y muchas veces he destacado que no es necesario un final feliz para que sea un buen final. Al margen de mis opiniones personales, estéticamente está muy bien manejada y realizada, y los planos abiertos son una maravilla en una historia tan cuidadosamente llevada a la pantalla. Es una representación destacable de qué es un thriller; una historia que conecta con la sensación de seguridad del espectador y la maneja a su antojo. Sin dudas una muy buena producción y candidata a las mejores de este año.

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