"Cadáver Exquisito": Lo hipotético de un futuro aterrador


“Tenía la mirada humana del animal domesticado.”

Agustina Bazterrica apuesta por una propuesta diferente, una premisa que podría ser una clara, cruda e hiper directa crítica a la industria cárnica, como también podría ser una aproximación fantasiosa pero realista al mismo tiempo sobre una teoría conspirativa científica o simple y sencillamente un genuino relato de terror moderno. 

Cadáver Exquisito es una novela revolucionaria dentro del mundo de la literatura latinoamericana; su género, narración y sobre todo su gran atención y uso del detalle y descripciones, la convierten en una experiencia diferente para el lector. Si bien, este es un libro difícil en muchos aspectos, la escritura de Agustina, torna este relato en una vivencia literaria que podría denominarse “disfrutable”; aunque, incluso para los consumidores más experimentados en este tipo de historias, con el paso de las páginas, el estómago de cualquiera que pueda llamarse humano se retuerce al menos una vez entre las líneas de Bazterrica.


La distopía que presenta esta novela es brutal, considerando principalmente que juega y moldea cuasi plastilina con la moralidad, ideología y valores del lector; siendo tan alegórica como realista, la autora aborda sin censura el nuevo orden de la realidad que construye. Un virus ha atacado a los animales, con esto uno de los principales conflictos es el de la alimentación carnívora de la dieta humana, volviendo este método cosa del pasado, para adaptarse a la situación y considerando la necesidad (injustificada la mayoría de veces) incontrolable de la especie de consumir pulpa animal, los gobiernos alrededor del mundo llegan a la conclusión de que la mejor solución es comenzar a consumir carne humana, por lo que desarrollan toda una metodología para comenzar con lo que llaman en el mundo que nos presenta el libro, “La Transición”, que consiste principalmente en la crianza de personas cuyo único fin será ser digeridos por un igual de especie. 

A través de 250 páginas conoceremos el proceso de la industria cárnica en sus frigoríficos o mataderos pero canjeando a animales como las vacas o cerdos por humanos, personas, gente. El propósito de deshumanizar a estos sujetos o “cabezas especiales” como les llaman a aquellos cuya existencia se ve coartada por jaulas, torturas y marcajes con hierro caliente se logra mediante un proceso de asociación y sobre todo de una manipulación empática, el lector inconscientemente remite estas descripciones procesales para poder mercantilizar el producto cárnico, a los despiadados y usualmente crueles y violentos procedimientos que se llevan a cabo fuera de la ficción en nuestra realidad dentro de la manufactura de alimentos de origen animal, por otro lado, la sustitución de un animal por un igual genera empatía sí o sí y aún más con todo el detalle que nos proporciona la autora argentina. 


Con un protagónico complejo se abordan dos líneas en la novela, la vida personal del personaje y la situación de su entorno que es en realidad otro personaje por todo el peso y lo complejo del ambiente; el desarrollo de ambas líneas argumentativas que se interconectan, guían a un final (en opinión de quien escribe) ESPECTACULAR, dejando al lector con la mandíbula en el piso, sorprendido y satisfecho; una última línea que deja saber a quienes acompañamos a Marcos por el pequeño lapso de odisea que es su vida, que eso es todo y que los giro de tuerca en las últimas oraciones son exquisitos, tal como nos lo dictó el título de la obra.

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