Reseña sin spoilers "Veneciafrenia": La ambición de un slasher moderno


Reparto:

Ingrid García Jonsson, Silvia Alonso, Goize Blanco, Alberto Bang, Cosimo Fusco

Fecha de estreno: 9 de octubre de 2021

Realizador: Alex de la Iglesia

País: España

Sinopsis: 
En la naturaleza existe vínculo indisoluble entre la belleza y la muerte. El ser humano, deudor de su entorno, imita lo que observa. Como mosquitos atraídos por el fango más brillante, los turistas están apagando la luz de la ciudad más hermosa del planeta. La agonía de las últimas décadas ha desatado la ira entre los venecianos. Para frenar la invasión, algunos se han organizados, dando rienda suelta a su instinto de supervivencia. Nuestros protagonistas, un sencillo grupo de turistas españoles, viajan a Venecia con la intención de divertirse, ajenos a los problemas que les rodean. Allí se verán obligados a luchar por salvar sus propias vidas.


Siempre agradeceremos a los directores que se atreven a experimentar con los distintos géneros cinematográficos existentes; y sobre todo con el terror, que bien podríamos llamar la “oveja negra” del cine, tan infravalorado y dejado de lado. Siendo un género tan moldeable, es sorprendente la cantidad de oportunidades que es capaz de brindar solo limitadas por la imaginación. Veneciafrenia, es una de esas películas que sorprende por su estilo tan propio, un slasher moderno que se la juega con una nueva idea, y les funciona de maravilla.

Veneciafrenia plantea una realidad en la que la ciudad de Venecia es visitada por miles de turistas cada día. Esta invasión ha provocado que la cultura de este lugar se haya ido diluyendo con el paso de los años, convirtiéndose en una “guardería” donde adultos irresponsables van a pasar sus vacaciones sin mostrar respeto alguno. Nuestros protagonistas, cinco amigos dispuestos a disfrutar y divertirse a cualquier costo, se ven inmersos en el caos que poco a poco iba creciendo por esas calles de agua.



Para empezar, se trata de un slasher, y uno muy original, pero con sus características identificadoras. Es casi imposible no acordarse de Hostel, una película que causó furor en su momento por el nivel de violencia gráfica que presentaba, pero cuya esencia residía en un grupo de amigos que niegan de una terrible realidad, que para otros es más que común. En esta ocasión ocurre algo similar. Al menos en los primeros minutos, cada asesinato es tomado por el resto de personas del lugar como una actuación, como si de una obra callejera se tratara. Nada nuevo en realidad, pero usado inteligentemente para mostrar la falta de moral creada en la ciudad.

Después de una introducción maravillosa que logra acomodarte en la silla y colocarte el cinturón de seguridad, entramos en una representación cultural exquisita, con una música envolvente, uno de los principales puntos fuertes de esta cinta. Pasan los minutos y los detalles propios de la cultura de Venecia se suceden uno tras otro, llevando al espectador a escena con éxito. Visualmente es muy llamativo todo el trabajo escenográfico, de vestuario, y la antes mencionada música, un diseño original del artista Roque Baños, llevándose una nota de oro en este aspecto.

Lo novedoso de esta cinta es la mezcla entre el terror y la temática política. Todo se desarrolla a raíz de una situación ajena al género, pero que deriva en él. Y más aun, la aparición de un personaje como el bufón, llamado a sí mismo “Rigoletto”, que actúa como intermediario para combinar ambos estilos. El nombre elegido para este villano no es acto del azar; Rigoletto es una ópera de tres actos, un drama de pasión, engaño, amor filial y venganza, donde el personaje en cuestión, un bufón jorobado, se dedica a sacudir y abusar de cualquier mujer que le plazca sin importar más que su satisfacción lujuriosa. No es coincidencia que se haya elegido ese nombre para el personaje de la película, es uno de los muchos símbolos usados en la cinta.



Hablando de símbolos, excepto dos muertes, usadas únicamente a modo de presentación del estilo slasher, todas las demás tienen un motivo más allá que simplemente asustar. A pesar de tratarse de escenas violentas, están cuidadosamente conectadas con la trama; algo muy raro de conseguir en este género donde reina el caos y la sangre como única fuente de entretenimiento.

Tiene referencias muy marcadas. Por citar alguna, en los primeros momentos del filme, utilizan el mismo recurso usado en “Texas Chainsaw Masacre” de 1974, cuando al grupo de amigos se le suma un extraño sujeto de apariencia desagradable y comienza a incomodarlos hasta volverse agresivo. Pero es que la película no depende de estas referencias, sino que se apoya en ellas para alimentar su propio estilo; un estilo que, estaba claro, era difícil mantenerlo durante todo el trascurso de la cinta.

Muy a mi pesar, ha llegado el momento de mencionar los defectos. Para empezar, una de sus virtudes más destacables, la música, se olvida de su esencia tan personal; y no solo ella, la película, a más avanza hacia su final, deja de lado todos esos detalles culturales tan atractivos para usar herramientas más convencionales y más comunes. En otras palabras, deja de proponer su idea, quizás, pienso yo, por miedo a que no funcionara. Porque si, escenas de acción requieren música de acción, escenas de suspenso requieren música de suspenso, pero me pregunto que hubiera sido de esas escenas mencionadas con el estilo musical veneciano que, hasta esos momentos, presentaba la película. El acto desarrollado en el teatro abandonado intenta rescatar todo esto y volver al punto inicial, pero ya el daño estaba hecho.


Como he comentado con anterioridad, se trata de un terror mezclado con otros elementos narrativos; es decir, el terror es un elemento que apoya la narración, y no a la inversa. Dentro de estas ya mencionadas “pérdidas de identidad”, la película se acerca a su final de manera apresurada. El terror pasa a un segundo plano, y entramos en un conflicto político-ideológico que logra que, como espectador, olvides todo lo antes sucedido. Sin darte cuenta vas cambiando de un género a otro, todos bien manejados, si, pero distanciados. Da la impresión que Rigoletto representa el terror dentro de una historia que, narrativamente no le necesita, volviéndose su única herramienta para enlazar el terror dentro del conflicto que se nos presenta.

En resumen, Veneciafrenia es una película ambiciosa, valiente, y muy bien preparada. Sin llevar el género de terror como bandera, logra desarrollarlo a la par que lo combina con muchos elementos visuales y narrativos que la vuelven una opción más que entretenida. Sorprendente es, dentro del género slasher, encontrar una cinta tan atrevida y que apueste por una nueva forma de hacer terror. En mi opinión, su único pecado es el “miedo al éxito”, el no derrochar más ambición en la pantalla. 

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