Shirley es una película estadounidense de drama, misterio y suspenso psicológico que se estrenó el 5 de junio de 2020, aunque llegó a las salas de cine costarricenses hasta el 2 de junio de 2022. La película, dirigida por Josephine Decker y protagonizada por Elisabeth Moss, Odessa Young, Michael Stuhlbarg y Logan Lerman, sigue a una famosa escritora de terror que lucha por encontrar inspiración para su novela hasta que su esposo decide dejar a una joven pareja quedarse con ellos por un tiempo.
No me quedó totalmente claro si los acontecimientos de la película son basados en la vida real, pero lo que sí es cierto es que el personaje principal fue una persona en la vida real: Shirley Jackson. Esta escritora estadounidense nació en 1916 y falleció en 1965 y se dedicó a escribir principalmente dentro del género de terror. Escribió bastantes novelas y muchos cuentos, pero tal vez sus escritos más famosos son su novela gótica Hangsaman (1951), su tenebroso cuento The Lottery (1948) y la famosa novela (también gótica) The Haunting of Hill House, la cual inspiró las adaptaciones cinematográficas ambas tituladas The Haunting, de 1963 y 1999; además, también ha sido adaptada al teatro, a la radio y, finalmente, se convirtió en una serie de Netflix en 2018.
Déjenme decirles que esta película me gustó muchísimo. El género de terror me encanta (por supuesto), pero me es más interesante cuando nos reta intelectualmente y cuando nos incomoda a partir de sus tintes psicológicos. Esta película tiene todo esto y más.
Primeramente, no es novedad que Elisabeth Moss es una actriz increíblemente dotada. En el 2020 la vimos en El Hombre Invisible, otra película excelente y que también, aunque con un tono distinto, nos puso a reflexionar sobre temáticas sociales. Sin embargo, considero que Moss está mucho más terrorífica en esta película: sus miradas, su energía, su corporalidad, hasta su respiración. La actriz trae una rareza bastante interesante al personaje y lo convierte en un personaje querido en unas partes y odiado en otras, pero en el buen sentido debido a la excelente construcción de la constelación de personajes.
No voy a venir fingiendo que soy fanático de Shirley Jackson porque la verdad es que no he leído mucho sobre ella. Conozco la novela The Haunting of Hill House por sus adaptaciones, pero nunca la he leído completa; de hecho, si tienen la oportunidad, vean The Haunting de 1963, es excelente. En mi carrera, he tenido que leer varias veces (y hasta elaborar ensayos al respecto) The Lottery. Si la mayor parte de su escritura es como este cuento, se trata en verdad de una persona con una mente muy macabra. No les voy a contar el cuento porque lo pueden encontrar muy fácilmente en Internet; solamente tiene alrededor de 15 páginas, pero sí me parece un excelente referente para comprender un poco más la mente de esta escritora.
Ahora bien, ¿de qué nos habla esta película? Shirley es una historia, más allá de la escritora, sobre el patriarcado. En realidad, vemos dos perspectivas femeninas muy contrarias dentro del espectro machista: a Shirley Jackson y a Rose Nemser, interpretada por Odessa Young. Una es ultra conservadora, mientras que la otra parece ser mucho más liberal; no obstante, solo una de las dos logra romper su círculo vicioso y salir del esquema de la mujer y esposa perfecta.
A pesar de que esto es ya bastante interesante por sí solo, lo que más me llamó la atención fue la inclusión de la temática de la sororidad. En las películas normalmente nos muestran una crítica sobre el statu quo y ya, como señalando a quienes “no avanzan”, pero aquí se hace una crítica y se promueve el apoyo entre las mujeres, independientemente de si hubiesen podido romper sus patrones opresores o no.
En términos más técnicos, la película está muy bien hecha. Destaco principalmente tres aspectos: la banda sonora, el diseño de producción y la fotografía. El diseño de producción realmente nos transporta a mitades del siglo pasado, mientras que la música y la cámara trabajan como un solo ente. Las tomas son realizadas desde ángulos ingeniados para incomodar la visión y la perspectiva del público, mientras que la música apoya esto al brindarnos armonías capaces de erizarnos la piel.
En general, Shirley me parece una muy buena película que toma a un cerebro brillante dentro del género de terror para, a su vez, contarnos una historia de perspectiva femenina sobre la ruptura de la tradición opresora patriarcal y la sororidad como herramienta para progresar y no para señalar y culpabilizar a otras mujeres.
“El miedo es la renuncia a la lógica, la renuncia voluntaria a patrones razonables. Nos rendimos o luchamos, pero no podemos enfrentarlo a medias.”
Shirley Jackson
