Víctimas de su propia ciencia

Parece regla pero en el cine de terror un doctor está condenado a morir por sus descubrimientos o creaciones. 


Segunda parte 

Como bien marca la pauta establecida por Mary Shelley en su "Frankenstein", las creaciones de los científicos (traducidas en acciones diarias para los que no somos hombres de ciencia) traen consecuencias que deben enfrentar, algunos de manera trágica al ser víctimas de eso que tanto buscaban descubrir. 

Tráiler "The Fly" (1986)


La historia de "The Fly" (Kurt Neumann, 1958) es ejemplo del sabio afectado por su propia invención; por su puesto la versión de David Cronenberg de 1986 marcó un hito con su (asqueroso para algunos) horror corporal, maquillaje y alucinantes efectos, pero el vuelo de esa mosquita inició en 1957 con el relato de George Langelaan y su adaptación al cine un año después, donde aparece Vincent Price en un papel secundario, alejado de sus típicos personajes macabros pero no por eso menos importante.

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"The Fly" (1958)

El rostro de la mosca


Ambas versiones muestran a un científico con futuro prometedor que ha construido dos módulos de teletransportación, que irónicamente son el instrumento de su ruina cuando una (en apariencia) insignificante mosca interviene en la prueba definitiva.

Clip "The Fly" (1986)

"Ten miedo, ten mucho miedo"


Narrativamente la versión de 1958 es más atractiva al convertirse en una recapitulación de eventos y seguir la estructura del material original, mientras que la de Cronenberg es más directa, brutal, no solo por sus efectos prácticos y de maquillaje, sino por mostrar la degradación física, emocional y mental de su personaje central Seth Brundle (Jeff Goldblum), convirtiéndo la cinta en una trágica historia de amor con la inclusión de Verónica, interpretada por de Geena Davis.


UN DOCTOR OLVIDADO EN SU ISLA

Volviendo a echar mano de la literatura, una historia que se mantiene vigente aunque no con la popularidad de "Frankenstein" es "La isla del doctor Moreau" de H. G. Wells. Publicada en 1896, cuenta la historia de un náufrago que llega a una isla donde un científico ha creado híbridos humano-animales.

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"The Island Of Doctor Moreau" (1977)

"No más ley"


Su primera adaptación fílmica de renombre fue "Island of Lost Souls" (Erle C. Kenton, 1932), donde Bela Lugosi es un humanoide semejante a un lobo encargado de recordar a sus semejantes las leyes que rigen la isla. En 1977 Burt Lancaster interpretó al doctor Moreau y Marlon Brando hizo lo propio en 1996, pero ninguna logra reflejar la filosofía y temas de la novela como el dolor, la responsabilidad ética, moral y el interferir con la naturaleza. Al final, Moreau cae a manos de una de sus creaciones.

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"The Island Of Doctor Moreau" (1996)

"El juicio de Lo Mai"


Además a la versión setentera, anunciada en su momento con bombo y platillo, no le han caído bien los años y su maquillaje se ve poco realista, mientras que la cinta de 1996 es más recordada por su problemática producción con un Brando deprimido por el suicido de su hija, tanto que rehusó aprenderse sus líneas; la otra estrella, Val Kilmer, vio amargada su experiencia al recibir en el set la demanda de divorcio, y el director John Frankenheimer quien llegó a la semana de filmación para suplir al realizador original, adoptó una actitud tiránica con el reparto y equipo. 


LOCOS PERO DE RISA

El perfil de un científico loco se presta para mostrar su demencia de una manera más relajada y cómica. Una vez más tenía ser Frankenstein quien dio la pauta para crear una parodia de sí mismo en la hilarante "Young Frankenstein" (Mel Brooks, 1974). Gene Wilder es Frederick Frankenstein (pronunciado "Frankensteen") nieto del infame doctor, quien tiene que viajar a Transilvania a reclamar el castillo que su pariente le ha dejado como herencia.

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"Young Frankenstein"

"Frankensteen, Eegor"


Ahí, "Frankensteen" prosigue con los experimentos para crear la versión más peculiar y divertida de la Criatura. Es un homenaje a las cintas de horror clásicas, poseedora de un humor fino y gags efectivos, por lo que es considerada una de las mejores comedias que se han filmado. 


Un año después surgió un verdadero clásico de culto del cine musical y de terror: la adaptación fílmica de la obra de teatro "The Rocky Horror Picture Show".

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"The Rocky Horror Picture Show".

"Sweet Transvestite"


Tim Curry (el Pennywise de la miniserie "It" de 1990), Susan Sarandon (ganadora del Oscar en 1996), el rockero Meat Loaf (RIP), el actor Barry Bostwick y un extraordinario reparto juegan con los clichés del horror para contar la historia del excéntrico doctor Frank-N-Furter (¡Sí! Otra vez la influencia de Frankenstein) y su peculiar creación Rocky Horror.

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"The Rocky Horror Picture Show"

"The Time Warp"


Los musicales no son muy populares pero si alguien dice ser fan del terror tiene que apreciar este; solo así se alcanza a imaginar por qué sus proyecciones causaron sensación convirtiéndola en parte de la cultura popular, no obstante su temática cien por ciento para adultos. 

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"Kiss Meets the Phantom of the Park" 

"Súper Kiss vs. los robots"


Otros hombres de ciencia relacionados con el cine musical son la pareja de científicos que persigue al baterista de Los Beatles, Ringo Starr, para quitarle un anillo mítico en "Help!" (Richard Ledger, 1965); Abner Devereaux, creador de malvados animatronics en la delirante cinta para TV "Kiss Meets the Phantom of the Park" (1978), tan mala que dicen la banda tiene prohibido la mencionen en su presencia, y... ¿Por qué no? podemos nombrar también al estrafalario "Doc" Emmet Brown de la trilogía "Volver al futuro", quien no está loco pero su personaje tiene toda la pinta.

Tráiler 

"Overlord"


Sin embargo cintas recientes como "Overlord" (Julius Avery, 2018), "A Cure for Wellness" (Gore Verbinski, 2016) o la eternamente controversial "Men Behind The Sun" (T. F. Mou, 1988) nos recuerdan que los hombres se encargan de corromper las bondades de la ciencia.


Jeff Goldblum no pudo plantearlo mejor en la contundente réplica que dice en "Jurassic Park" (1993) de Steven Spielberg: "Tus científicos estaban tan preocupados si podrían hacerlo (clonar dinosaurios) que no se detuvieron a pensar si deberían hacerlo".

Como especie, el hombre puede alcanzar niveles de obsesión y perder sus principios y valores, pero quizá más importante, su propia alma.



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