Mayo del 2017, Menlo Park, California, en el Laboratorio Nacional de Aceleración SLAC, en un experimento que se llevaba a cabo, varios científicos disparan un láser de rayos X más potente del mundo a una molécula, con el fin de averiguar qué sucedería si toman un átomo con muchos electrones, golpeándolo con rayos X de alta energía, y producir algo con muy pocos electrones. Mientras el experimento marchaba según lo planeado, sorpresivamente en una cuatrillonésima de segundo, una fuerza poderosa succiona los electrones a un vacío, luciendo como si fuera un agujero negro.
Los agujeros negros son una región del espacio que posee un campo gravitacional tan fuerte a su alrededor, que ni siquiera la luz puede escapar de él. Pero... si los agujeros negros solo pueden existir en el espacio exterior, ¿cómo es posible que puedan simularse en un laboratorio en la Tierra?
Según la teoría de Einstein no solo la gravedad, sino que cualquier forma de energía electromagnética, o pulsos de alta energía en un laboratorio se podría convertir en un agujero negro, y podrían estar en cualquier lugar. Si esto fuera cierto tal vez ayudaría a explicar los numerosos reportes de fenómenos extraños de personas que experimentan tiempo perdido o que saltan grandes distancias a mucha mayor velocidad de la que les habría tomado en algún medio de transporte.
Un hecho insólito ocurrió el 17 de febrero de 2016 con el "Hitomi", un satélite astronómico de rayos X que fue lanzado desde la base espacial Tanegashima, Japón, pero poco menos de un mes el satélite comienza a girar incontrolablemente, y en un periodo de horas se rompe en fragmentos y es observado al salirse de su órbita. En la investigación llegan a la conclusión de que el sistema de rastreo estelar del satélite diseñado para mantenerlo orientado, experimentó fallas cada vez que pasaba a través de un campo de alta radiación conocido como la anomalía del Atlántico Sur, abarcando el área de la magnetósfera sobre gran parte de Suramérica y del Océano Atlántico. La anomalía del Atlántico Sur ha causado problemas con las naves espaciales, y es por esta razón que la Estación Espacial Internacional requiere de blindaje extra al pasar por esta área, y aunque los científicos entiendan la naturaleza de la anomalía del Atlántico Sur, un creciente número de personas creen que podría crear vórtices capaces de alterar el tiempo y el espacio.
En Brasil existe una antigua formación rocosa conocida como La Piedra Inga, una formación que está cubierta de símbolos tallados de origen y significado desconocido. Con un tamaño de 46 mts de largo y 5 mts de alto, esta piedra está sumamente detallada, y algunas de sus figuras se relacionan con constelaciones, la vía láctea, la constelación de Orión, y algunos interpretan que las espirales talladas se relacionan a vórtices de energía, y, curiosamente La Piedra Inga está ubicada en la misma área geográfica exacta que la anomalía del Atlántico Sur. ¿Podría esta anomalía ser una de las muchas otras que existen en la Tierra?
Según una teoría del biólogo y criptozoólogo escocés Iván T Sanderson, existen doce ubicaciones principales en donde poseen extraños patrones de energía, los llamó "Los vórtices viles". Sanderson ideó un patrón geométrico en donde ciertos puntos de la tierra eran anómalos. El Triángulo de las Bermudas, la Isla de Pascua, el Mar del Diablo, el Valle del Indo, son solo algunas de las doce zonas triangulares conocidas por desapariciones, alta energía, y otros fenómenos inexplicables.
Es posible que los vórtices viles y la anomalía del atlántico sur pudiesen explicar las misteriosas desapariciones y que den origen para la creación de agujeros negros o portales en la Tierra, uno de ellos por ejemplo es un lugar en donde por décadas ha sido el epicentro de más desapariciones misteriosas como lo es El Triángulo de las Bermudas.
El 5 de diciembre de 1945, cinco aviones Avengers de la marina conocidos colectivamente como "El vuelo 19" despegan en una misión de entrenamiento sobre El Triángulo de las Bermudas, pero misteriosamente los cinco aviones experimentan fallas en los sistemas de navegación y en las brújulas, desapareciendo del radar de la torre de control causando mucha confusión. Inmediatamente la marina lanzó dos hidroaviones para buscar los cinco aviones perdidos, pero 20 minutos después estos también desaparecieron. Según la teoría del físico John Brandenburg un fenómeno electromagnético asociado a las tormentas eléctricas podría abrir portales en un espacio tiempo, al parecer las nubes de tormenta, los relámpagos y las corrientes oceánicas ubicadas en El Triángulo de las Bermudas puede tener alguna relación con los efectos inesperados y fuera de este mundo.
El 4 de diciembre de 1970 el piloto Bruce Gernon realiza un vuelo de rutina que va desde las Islas Andros hasta las Islas Bimini sobre el área del Triángulo de las Bermudas, cuando misteriosamente una nube extraña se formó frente a él. Mientras avanzaba la nube se expandía y cuando se dio cuenta estaba dentro y logró observar como los relámpagos se intensificaban, pero cuando salió de la nube descubrió que la situación era más increíble de lo que hubiera pensado, Bruce estaba rodeado por todos lados de una gran tormenta, luego notó que una especie de túnel se formaba a lo lejos y no dudo adentrarse en él. Ya dentro del túnel, Bruce describe una serie de nubes que formaban un torbellino y que rotaba lentamente al contrario del reloj, de algún modo estaban flotando y avanzando en gravedad cero. Cuando por fin logró salir escuchó al controlador aéreo hablar por el radio comunicador avisándole que se acercaba a la pista de aterrizaje en Miami Beach, Bruce miró su reloj y aún faltaban cerca de 30 minutos para llegar, pero cuando miró hacia abajo efectivamente estaba volando sobre Miami Beach, increíblemente Bruce viajo 160 kms en solo 3 minutos, inexplicablemente el avión de Bruce tendría que haber viajado a 3.200kph para cubrir esa distancia en tan poco tiempo. ¿Es posible que el túnel por el que Bruce atravesó fuera algún tipo de vórtice electromagnético que al igual que un agujero negro puede alterar el tiempo y el espacio?
El 18 de febrero de 1978 en Holland, Michigan Steven Kubacki un estudiante universitario de 23 años le dice a sus compañeros de habitación que va a salir a esquiar, pero cuando Steven no regresa al anochecer sus compañeros se preocupan y le informan a la policía. Se inicia una operación de búsqueda y rescate y dos días después hallaron sus pertenencias. Los esquíes en el lago de Michigan, al examinar el área, notaron que en la nieve había huellas que avanzaban sobre el hielo hacia el lago, pero lo extraño del caso, fue que las huellas terminaban en medio del lago y no había ningún agujero que hubiera indicado un posible hundimiento, simplemente había desaparecido por completo, pero 14 meses después Steven despierta en un campo en Pittsfield, Massachusetts a unos 1.120 kms de donde desapareció. Tiempo después de una extensa investigación no encontraron evidencia creíble de que Steven hubiese fingido su desaparición, entonces, ¿cómo fue que un esquiador de 23 años de pronto desapareció sin dejar rastro solo para regresar 14 meses después sin recordar dónde había ido ni por cuánto tiempo?
El ex detective policial e investigador de personas desaparecidas David Paulides está convencido de que hay ciertos lugares de la tierra donde ocurren desapariciones inexplicables que concuerdan con ciertos perfiles, por ejemplo cuando llevan a los perros de búsqueda estos no pueden captar olores, los equipos de rastreos profesionales no pueden rastrear de un punto a otro, afirma de que muchas veces hay un evento climático relacionado con la desaparición y otras veces la persona es hallada en un punto en donde anteriormente pasaron más de una docena de veces. A lo largo de su trabajo como detective David asegura que en estos casos es muy difícil hallar a alguien con vida, pero cuando sucede la víctima no recuerda lo que ocurrió, no saben cómo se perdieron, a donde fueron, ni donde estuvieron.
Puede ser que la existencia de agujeros negros en la tierra ayude a revelar los grandes misterios que envuelven a la historia de la humanidad, o estaremos al borde de un futuro emocionante en donde viajar por el tiempo y el espacio ya no sea simplemente ciencia ficción, sino una realidad.
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