Por Mi Culpa, Por Mi Culpa, Por Mi Gran Culpa: Reseña sin spoilers - "The Exorcism of God"


The Exorcism of God (El Exorcismo de Dios) es una película de terror sobrenatural que se produjo en una colaboración entre Estados Unidos, Venezuela y México y que se estrena en salas de cines costarricenses el jueves 17 de marzo de 2022. Dirigida por Alejandro Hidalgo y protagonizada por Will Beinbrink, Joseph Marcell y María Gabriela de Faría, la película se centra en un sacerdote al que se le pide que ayude a una joven poseída ya que tuvo un famoso encuentro triunfal contra el demonio en el pasado, pero ese primer contacto no fue tan victorioso como todos piensan.

Si tuviese que decir a qué se asemeja esta película diría que es una combinación de The Exorcist con The Walking Dead. Cuando la vean se darán cuenta, pero no solo hay personas poseídas, sino que hay demonios que toman cuerpos humanos para extrañamente comportarse como zombies. No digo nada de esto en un mal sentido, de hecho, les adelanto que la película me gustó en general, pero sí les comento que es algo muy distinto a cualquier película de exorcismos que hayamos visto anteriormente.


Los primeros dos actos de la película (es decir, la introducción del conflicto y el desarrollo del mismo) me parecen excelentes. El presupuesto de la película fue alrededor de millón y medio de dólares, por lo que esa baja cantidad de dinero sí se siente (especialmente en los efectos especiales), pero en general sí establece muy bien el argumento y lo desarrolla espeluznantemente. No obstante, la principal oportunidad de mejora aparece con el desarrollo del tercer acto, el cual toma un tinte más de fantasía que le quita lo que pudo haberse sentido “real” en la película.

Aparte de los efectos especiales y alguna que otra inconsistencia o detalle sin sentido, el tercer acto es acompañado de dos errores (o debería decir horrores) garrafales. Tal vez sean detalles muy pequeños, pero para mí le agregan al poco cuidado que tuvo el equipo de producción al elaborar la película. 

En primer lugar, la actriz María Gabriela de Faría (a quien no veía desde inicios de siglo en series infantiles y adolescentes de Nickelodeon) interpreta a una joven mexicana poseída. En toda la película solamente tiene alrededor de dos o tres líneas en español hacia el final y no puedo creer que no la obligaran a hacer un acento mexicano en vez de venezolano. 


En segundo lugar, en una de las últimas escenas un sacerdote (voy a evitar nombres para no revelar si alguien sobrevive o no) incorpora a su sermón 1 Corintios 6:9-10, que lee: 
“¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.”

Tuve la suerte de, durante la función, tener al lado a la teóloga Karol Jiménez, quien me comentaba que está mal la inclusión de la palabra “homosexuales” dentro de estos versículos porque es una mala traducción. El texto original no lo dice de esa manera y el hecho de que la producción de la película optara por mantenerlo así da mucho que decir. De hecho, una rápida búsqueda por Google nos deja ver que la palabra “homosexual” comenzó a utilizarse hace aproximadamente 150 años.


Ahora bien, considero que los puntos más fuertes de la película son el argumento, ya que, como bien lo mencionaba antes, está bien establecido, explorado y profundizado (además de ser muy interesante y oscuro) y las actuaciones. Según encontré en Internet, debido al poco presupuesto, se optó por contratar actores no tan reconocidos, pero el trabajo de Will Beinbrink me parece digno de destaque. No obstante, considero que el mejor aporte actoral viene de Joseph Marcell (a quien conocemos, por supuesto, de El Príncipe de Bel-Air), quien trae un excelente balance de drama y comedia negra a la mesa y nos hace simpatizar con su personaje fácilmente.

En general, considero que The Exorcism of God es una muy buena película de terror por su atmósfera y argumento, pero necesitaría una mayor claridad y profundización en su tercer acto para terminar de ser una bomba de terror. Es una película que desafía la concepción que ya tenemos establecida de los términos bien y mal y que nos presenta una historia bastante innovadora y diferente del resto de películas demoníacas, además de muy buenos sustos, así que prepárense para brincar en sus asientos en más de una ocasión.


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