La ciencia del miedo

Ciencia ficción y horror son dos géneros tan similares que al juntarse ofrecen la mezcla perfecta para complacer a los fanáticos del cine de terror. 


La ciencia ficción nos promete aventura, esperanza y un mundo mejor, pero cuando se combina con el terror y el miedo, imaginar un escenario escalofriante es lo mínimo que podemos esperar. 

Desde que nuestros antepasados imaginaron lugares y seres de pesadilla al ver por primera vez la luna, hasta el pánico que H.G. Wells infundió a sus personajes para contar la devastación de Londres causada por la tecnología marciana en "La guerra de los mundos", parece que mezclar ficción con horror es una de las maneras más efectivas de entretener al público y cuestionar, si la trama lo amerita, los límites de la ciencia y sus consecuencias. 


Clip "¡Está vivo, está vivo!"


EXPERIMENTOS TERRORÍFICOS 

Con la publicación de "Frankenstein" en 1818, Mary Shelley nos advirtió del peligro de jugar a ser Dios; cuando en 1931 las pantallas de cine mostraron a Boris Karloff como el monstruo creado por el desdichado doctor, también marcó el momento en que una película juntó el terror con la ciencia.

Tráiler "The Brain That Wouldn't Die" (1962)


A mediados del Siglo XX, el temor a una guerra nuclear y a las entonces llamadas nuevas tecnologías fueron aprovechados por cineastas y guionistas para contar historias donde sus héroes enfrentaban robots, extraterrestres, mutantes y todo tipo de criaturas. En "The Brain That Wouldn't Die" (1962), un doctor conserva la cabeza de su prometida para otorgarle un nuevo cuerpo, aunque esta comienza a desarrollar dotes telépatas. Otro clásico es "The Fly" (1958), la conocida historia donde un científico, mientras realiza pruebas de teletransportación, cambia su información genética a causa de una inoportuna mosca que se metió en sus experimentos; por su parte, "Panic! In The Year Zero" (1958) mostró las secuelas de un ataque nuclear en territorio estadounidense, aunque es más una cinta de sobrevivencia que una alegoría científica. 


I LOVE SCI-FI 

Por extensión, un aficionado al cine de terror también puede considerarse seguidor de la ciencia ficción. Varias cintas de este género entran en la categoría de thriller psicológico, la acción o hasta la comedia, pero el que más le viene como anillo al dedo es el horror. 

La ciencia ficción y el horror pueden mirarse a los ojos y decirse "Tú me complementas", ya que poseen varios elementos en común, entre ellos jump scares, efectos visuales de alta (o baja) calidad, así como una atmósfera opresiva u oscura. 

Tráiler "Alien" (1979)


Dicen es más difícil hacer reír que llorar, pero en estos días es más complicado austar porque la audiencia ya no se cree las cosas a la primera y busca nuevas maneras de asustarse, sin que eso implique sustos fáciles o falsos efectos prácticos que hasta harían reír a un niño. 

"Alien", "The Terminator", "Predator"... nunca terminaríamos de citar la cantidad de cintas que salieron durante los 80 que supieron mezclar terror y ciencia ficción, pero gran parte de su éxito se debe a lo realista de sus efectos visuales.


EL TERROR REAL

Como elemento básico en el cine de horror, el miedo a lo desconocido está presente en la exploración de nuevos y extraños mundos, y sin embargo no todas las historias de sci-fi horror ocurren en el espacio exterior. Muchas suceden en nuestro planeta, ya sea enfrentado una amenaza cósmica, que un científico experimente con un suero de su invención o una criatura ande merodeando. 

Clip "Humano mutante"


"The Thing", dirigida por John Carpenter y estrenada en 1982, probablemente sea la cinta más representativa del sci-fi horror. La historia de una expedición en la Antártida que encuentra una criatura extraterrestre con la habilidad de tomar la forma de cualquier ser vivo se ha convertido en la más apreciada del subgénero gracias a sus logros técnicos y valores de producción, pero principalmente por su trama donde sus personajes desbordan tensión, desconfianza, miedo. Desestimada por la crítica de su época, fue eclipsada ese mismo año por "E.T. The Extraterrestrial" de Steven Spielberg, que con su esperanzador mensaje fue el antídoto eficiente contra el pesimismo de "The Thing".


El sci-fi horror no solo es uno de los subgéneros más completos, también despierta nuestro deseo de conocimiento y exploración haciendo que vayamos rumbo a lo desconocido en busca de nuestros propios miedos.

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