Estrenada en 1932, "Freaks" es una película que incomodó a las audiencias de su tiempo, pero esta es más que una historia de horror: es un reflejo de la maldad que vive en el ser humano.
FICHA TÉCNICA
- "Freaks" (Fenómenos, 1932; también conocida como "The Monster Story", "Forbidden Love", "Nature's Mistakes" y "La parada de los monstruos".
- Dirigida por Tod Browning.
- Escrita por Willis Goldbeck y Leon Gordon.
- Basada en el cuento " Spurs" de Tod Robbins.
- Protagonistas: Harry Earles, Olga Baclanova, Daisy Earles, Henry Victor, Wallace Ford, Leila Hyams.
El cine de horror tiene esa cualidad de incomodar hasta al más valiente, de ser políticamente incorrecto y trasgredir la moral de una sociedad que prefiere voltear para otro lado en vez de encarar los actos y sentimientos más viles del ser humano. Ejemplos hay muchos, por citar solo tres: "Irreversible" (Gaspar Noé, 2002), "Last House On The Left" (Wes Craven, 1978) y "La edad de oro" (Luis Buñuel, 1930); sobre todo esta última, estrenada en una época donde los cineastas enfrentaban constantes limitaciones artísticas y de expresión. La película del realizador español resultó ofensiva para la Iglesia Católica y sus feligreses al ser una sátira que presenta a Jesucristo como una figura siniestra y que al revelarlo usa textos del Marqués de Sade.
"Freaks" es una de esas cintas que se encargaron de sacudiir la conciencia y el buen gusto de todo aquel que la viera. Realizada por Tod Browning, quien en 1931 inmortalizó a Bela Lugosi al dirigirlo como Dracula, la cinta no solo tuvo que soportar el repudio del público, también sufrió una fuerte censura al ser considerada inmoral, asquerosa y demás epítetos semejantes que le costaron recortar su duración original (sin el consentimiento de Tod Browning) de 90 a 64 minutos,y eso que se le agregaron escenas para incrementar su tiempo.
¿Qué hace de este "Frankenstein" de película una obra que a 90 años de haberse estrenado sigue dando de qué hablar y es considerada de culto? Los elementos de horror son los que le dan esa sensación perturbadora, pero lo más importante es que habla sobre la condición humana.
Clip "El Torso Humano y Schlitze"
LAS APARIENCIAS ENGAÑAN
Harry Earles interpreta a Hans, una persona pequeña (vamos a cuidarnos de los progresistas) que trabaja en un espectáculo ambulante donde se presentan individuos con capacidades físicas diferentes; para descontento de su compañera y enamorada, Frieda (Daisy Earles, hermana de Harry en la vida real), a él le gusta Cleopatra (Olga Baclanova), una trapecista sin escrúpulos que se entera de la herencia que Harry ha recibido y por ambición se casa con él, acción por la que pagará duras consecuencias.
De entrada es impactante ver cómo se las arreglaban estas personas para hacer su vida diaria con sus discapacidades y deformaciones, ya que no eran actores ni su aspecto fruto del maquillaje: era gente real contratada para participar en la película y que por su aspecto sufrió discriminación mientras duró la filmación. Pero más allá de sus escenas que a momentos se sienten llenas de explotación y morbo, vemos cómo el verdadero monstruo es la gente "normal" que abusa, denigra y humilla a quienes considera "diferentes"; no es que me agarre del discurso social contra la discriminación, es que esta se encuentra implícita en la trama. No se puede evitar sentir empatía por Hans, Frieda o cualquiera de sus compañeros, "Freaks" muestra que detrás de una buena cara y una sonrisa pueden existir malas intenciones o manipulación ¿Y acaso no es ese uno de los tropos en los que se apoya el cine de horror? Conspirar contra alguien para quitarle la vida, un bien... O hasta la cordura.
Clip "¡Una de nosotros!"
EL LEGADO Y SU CONEXIÓN CON DEL TORO
Fue hasta 1962 en el Festival de Cine de Venecia cuando la película recibió el respeto que se le negó 30 años atrás, en un momento donde el movimiento contracultural se hacía presente. Claro que "Freaks" también puede verse como una analogía de la lucha de clases o del individuo contra el orden establecido, pero en un sentido cinematográfico se convierte en una historia de venganza, cuyas miradas de sus protagonistas en la espeluznante secuencia final representan a una minoría que no está dispuesta a ser ofendida ni pisoteada por nadie.
No está de sobra recordar que ver "Freaks" por primera vez es toda una experiencia. La impresión causada por sus actores, insisto, es inevitable, pero lo que prevalece son sus temas, tanto que descubrirlos se convierte en un deleite. Su legado no solo queda en la pantalla con sus escenas, lo trasciende al ser referida en canciones, cómics y en otras cintas; ahí tenemos a "Edward Scissorhands" de Tim Burton o "Nightbreed" de Clive Barker (ambas de 1990), o pensemos un momento en la reciente "Nightmare Alley" de Guillermo del Toro: su trama ocurre en una feria, hay personajes con valores cuestionables que se valen del timo, la mentira y el engaño para beneficiarse y su final nos remite a la última toma de "Freaks" antes del epílogo. Compararlas (con ojo analítico y no crítico) se convierte en un ejercicio de ver cómo una película a la que le faltan 10 años para que cumpla el centenario ha superado la prueba del tiempo y sigue vigente.
Quizá el tema más universal de "Freaks" es que todos somos raros, únicos y por eso merecemos respeto. ¿Cuántos no fueron etiquetados por su apariencia o porque les gusta cierto tipo de música? Ya ven lo que se dice de quienes hicieron fila y gastaron lo que no tienen para adquirir un boleto del concierto de Bad Bunny en el Estadio Azteca de la Ciudad de México (y aclaro: no me gusta el reggaeton ¡Larga vida al rock n' roll!). Todos somos freaks, a quienes amamos el horror nos llaman así... ¡Hasta solitos nos decimos así, caray!
Ser raro quizá sea la verdadera esencia del ser humano y no el considerarse "normal". Tod Browning se retiró del cine por las críticas que su filme recibió y murió solo en la miseria, pero con "Freaks" no solo legó una cinta rica en temas y personajes complejos, también realizó una de las mejores películas de horror en la historia del cine.
