Enero 15, 2022
Fecha de estreno inicial: 11 de octubre de 2021
Director: David Casademunt
Productora: Rodar y Rodar; Netflix
Montaje: Alberto de Toro
Reparto:
Inma Cuesta
Roberto Álamo
Alejandra Howard
Asier Flores
Esta es la historia de una familia que vive aislada del resto de la sociedad y cuya tranquilidad se ve perturbada por la presencia de una criatura aterradora que pondrá a prueba los lazos que les unen.
¿Qué pasa cuando nos vemos frente a frente con la soledad y la desolación?
El páramo empieza con una base sólida, mostrándonos como una familia vive al borde de la desolación, en un, como su propio nombre lo muestra, páramo, apartado de todo, y de todos, pero acá es donde entra una de las preguntas iniciales de la esperada cinta de Netflix, ¿Por qué se encuentra esta familia aislada de todo?, es una pregunta que poco a poco se nos responde a lo largo de la cinta, de cierta manera.
Es imposible no ver el parecido, o, de hecho, sentir que estamos viendo una versión hispano hablada de la exitosa “The Witch” del renombrado Robert Eggers, el sentimiento de abandono, la cinematografía y incluso algunas escenas dan esa vibra de terror gótico que Eggers nos dio en la anteriormente mencionada cinta, pero a pesar de esto, el páramo logra poder mantenerse sola, aun con una trama un poco confusa en ciertos momentos.
Cassademunt tenía una buena idea, plasmada en papel, al poco tiempo de que la cinta inicia vemos que la pareja formada por Inma Cuesta y Roberto Álamo son lejos de ser una pareja perfecta, ya que desde el momento uno de la cinta, vemos que difieren mucho al momento de hablar de la crianza de su hijo, el pequeño Asier Flores, que fue, por mucho, mi elemento favorito de toda la película.
Al poco tiempo de que se nos da a conocer a los personajes, y, en cierto modo, la manera en la que viven, vemos que el pequeño Diego ve el cadáver de un hombre flotando por el riachuelo que queda cerca a su casa, el hombre, bañado enteramente en sangre, nos hace entender que más allá de los límites de su casa, está sucediendo algo, y en este momento es donde toda la cinta va en picada.
Salvador, interpretado por Roberto Álamo logra curar las heridas del hombre y decide llevarlo a casa, para intentar conseguir a su familia, dejando a su esposa y a su pequeño hijo a la suerte de la soledad.
Poco a poco empezamos a ver el declive psicológico de Lucia, la madre de Diego, que a raíz de que su marido no vuelve tras unos días, empieza a ver a un “monstruo” a lo lejos de su casa, haciendo así que pierda total razón y cordura de todo lo demás que está pasando a su alrededor, y es acá donde entra a relucir el papel del pequeño Diego.
El papel de Diego, interpretado por un pequeño desconocido llamado Asier Flores es por mucho lo mejor de toda la cinta, el solo debe descubrir qué es lo que está sucediendo en su casa, con su madre, e intentar enfrentar a la criatura a la que su madre tanto le teme, de lejos se veía que era un papel extremadamente complicado y difícil, en especial para un pequeño de la edad de Asier, pero este pequeño logro sacarla del estadio con su actuación, logrando dar desde ansiedad, hasta pequeños momentos de risa.
El páramo es una buena cinta, que peca de creerse más de lo que es, durante la duración de la película uno queda completamente amarrado a saber qué es lo que está sucediendo, ¿Acaso Lucia está loca, o el monstruo que la acecha es de hecho, real? ¿Podrá Diego salvar a todos sus conejos? Son preguntas que se nos responden más pronto que tarde, pero, tristemente, con un final decepcionante.
Toda la película esperamos una explicación de qué está sucediendo, o al menos una señal que nos haga comprender que es todo este caos, o que hay más allá del límite de la casa, pero cuando empiezan a rodar los créditos, es una sensación de decepción lo que queda, ya que nada de esto se nos es respondido, y el final queda impresionantemente abierto.
La cinta tiene algunas cosas que se pueden salvar, tiene una cinematografía y un juego de colores más que espectacular, la banda sonora está muy bien lograda, y de nuevo, le doy una ovación al pequeño Diego, que es por mucho lo más resaltante de la cinta.
Es triste, ya que personalmente era una de las cintas que más esperaba el año pasado, no es una mala película, y de hecho se puede llegar a disfrutar, pero llega a ser muy decepcionante al momento de llegar al final, quedas esperando más, y nunca llega.
