Reseña: Halloween II 2009 (Sin Spoilers) - Horror Hazard

 Diciembre 3, 2021



“Laurie Strode lucha para afrontar el regreso mortal de su hermano Michael a Haddonfield, Illinois; mientras tanto, Michael se prepara para otra reunión con su hermana.”

Escrita y dirigida por Rob Zombie.

Protagonizada por Scout Taylor-Compton como Laurie Strode y Malcolm McDowell como el Doctor Loomis.

Los sorprenderá saber que mi reseña de Halloween II de 2009 probablemente sea de las más cortas que haya hecho o vaya a hacer, principalmente por su mediocridad extrema que se presta perfectamente para estar jugando con el teléfono celular o teniendo una conversación en la sala de cine con alguna pobre alma desafortunada que también haya desperdiciado dinero en esta cosa que osa referirse a sí misma como parte de la serie. Los momentos que destacan de forma positiva son muchos menos que en la primera entrega de Rob Zombie y en cambio las fallas y tiempo mal-gastado frente a las cámaras se incrementaron en un 150%, si por alguna razón quisieran saber más, me permitiré compartirles algo de mi desprecio por el filme que mató a Michael Myers por un buen tiempo.


Si leyeron mi reseña anterior sabrán que siento que convertir a las víctimas de Michael en seres despreciables o patéticos, como por ejemplo los trabajadores de la morgue que vemos en los primeros minutos de H2 2009, es demasiado similar a la fórmula de Viernes 13 donde Jason es un anti-héroe que mata a quienes se lo merecen o simplemente estorban en pantalla por una u otra razón. Además tengo que preguntar, ¿esto habrá sido un intento de meter reglas místicas en la franquicia como con la trilogía del culto de la espina? Esa brillante idea (sarcasmo por supuesto) del caballo blanco que acompaña a Sheri Moon-Zombie en su papel de la difunta mamá-Myers, en ese estado ambiguo de ser o no ser un fantasma o quizás una alucinación, es la queja más grande que tuvo toda la audiencia en este desastre de peli, y con toda razón porque no solo no tiene sentido, si no que también es descaradamente usada como relleno en la trama y sirve de excusa para pagar un salario a la esposa del director una vez más, un triángulo de las Bermudas cinematográfico que se tragó buena parte de la credibilidad de esta secuela. Al menos la llegada de Mike al hospital donde Laurie está internada es bastante impactante.


Que yo sepa, los hospitales no tienen contenedores de basura destinados exclusivamente a cadáveres o partes del cuerpo, y aún si los tuvieran probablemente no estén al aire libre, pero tal vez me equivoque. Hablando de cosas positivas, me fascina el look tan asqueroso y desgastado que vemos en el Michael Myers de Tyler Mane al inicio de esta entrega; tiene sentido que Michael luciera como un vagabundo ensangrentado y su máscara estuviera casi destruida y me encantaría que utilizaran esa apariencia en una mejor secuela. Volviendo a lo negativo, ¿en serio se atrevieron a hacer lo que hicieron con la secuencia del hospital? No es precisamente algo que no pasó y supongo que técnicamente es un recuerdo reprimido, pero aún así, se siente como un recurso extremadamente barato y estereotípico. Por otra parte, el Doc Loomis de Malcolm McDowell ahora sí encaja perfectamente en este mundo de caricaturas exageradas, que por cierto incluye a las amigas de Laurie en su intento fallido de parecer adolescentes normales. Cerca de los 40 minutos, creo que Rob Zombie pensó lo mismo que yo acerca del look de indigente y lo tomó de forma literal, si bien me sigue gustando la idea definitivamente le resta mucha de su identidad al buen Mikey… en especial cuando entran en ese prototipo de video musical de rock de finales de los años 90s’, y tristemente no es el único dentro de los larguísimos minutos de esta peli; aún así, los prefiero a los berrinches e intentos de drama de Laurie y las secuencias de relleno como la del club de bailarinas, aunque al menos las muertes del club son bastante buenas.


Siguiendo con los rellenos y si tuvieron curiosidad como yo, la banda Gothabilly de la fiesta se llama “Captain Clegg and the Night Creatures” pero no existe fuera del soundtrack de Halloween II. Una pena porque me parecen músicos muy talentosos, y eso no es sarcasmo.

La última media hora tiene la fluidez de la melaza o la velocidad de un glaciar y si bien es cierto que he criticado a la producción por entrometerse en el guion y lo que pudo ser la idea original de Zombie con estas dos cintas, este acto de cierre tiene todas sus firmas y es 100% de su estilo así que lo culpo a él totalmente por tal debacle, cuyo principal pecado entre las decenas de ellos es revelar la cara de Michael e incluso darle una línea de diálogo; lo único rescatable es la conclusión de la saga de esta Laurie, al menos hasta la post-conclusión inmediata que me parece la peor ridiculez que hemos visto en toda la franquicia, y eso ya es decir bastante.

Como pueden ver, no solo dejé de últimas las dos entregas de Rob Zombie por ser su propia continuidad totalmente independiente de todas las demás si no que también estaba evitando tener que volver a obligarme a ver semejantes ofensas al séptimo arte. Es cierto que con esto llegó el momento de despedirme de Freddy y Michael hasta nuevo aviso pero no crean que esta obra maestra será mi última reseña. Es probable que negocie algo con la jefa Eimy para seguir comentando cintas que lo merezcan por excelentes o atroces; hasta entonces.

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