Septiembre 29, 2021
Misa de Medianoche (originalmente titulada Midnight Mass) es una miniserie estadounidense de terror y drama que se estrenó el 24 de setiembre de 2021 en Netflix.
Dirigida y escrita por Mike Flanagan y protagonizada por Kate Siegel, Zach Gilford, Samantha Sloyan, Rahul Kohli y Hamish Linklater, la serie nos ubica en una isla poco habitada donde eventos extraños e inexplicables comienzan a ocurrir tras la llegada de un nuevo sacerdote.
Como acabo de indicarlo (y como también vimos en la nota informativa sobre esta misma serie que realicé hace un tiempo), esta serie es producto de la mente maestra de Mike Flanagan. Como todo en la vida, él no es del agrado de todos y su trabajo, por ende, tampoco es bien recibido por todo el mundo. Sin embargo, en mi opinión, esta serie puede ser bastante lenta y hasta “chiclosa”, pero es un “slow burn”; es decir, lenta pero excelente al final de cuentas.
A pesar de también tener otros proyectos cinematográficos como Hush (2016), Ouija: Origin of Evil (2016), Gerald’s Game (2017) y Doctor Sleep (2019), me parece que sus mejores aciertos han sido miniseries y, curiosamente, todas son de Netflix: The Haunting of Hill House (2018), The Haunting of Bly Manor (2020) y, ahora, Midnight Mass (2021). Sí, a esta nueva serie desde ya la cuento como uno de sus más grandes aciertos por lo que explicaré a continuación.
Desde su nombre (Midnight Mass o Misa de Medianoche), nos damos cuenta de que la serie tendrá algo que ver con religión. Claramente, así es. De hecho, cada uno sus episodios tienen nombre de libro bíblico: Génesis, Salmos, Proverbios, Lamentaciones, Santo Evangelio, Hechos de los Apóstoles y Revelaciones. Esta decisión, naturalmente, no es para nada a la ligera. Si tenemos un poco de conocimiento de cada una de estas escrituras, podemos discernir más o menos por dónde transita la serie.
El elemento de la religión parece, a primera vista, ser el corazón de la serie, ya que es algo presente en cada uno de los episodios y algo que envuelve a cada uno de los personajes (ya sea a favor o en contra de la misma), pero en verdad se trata solamente de uno de los tantos temas. De hecho, yo diría que la religión queda en tercer plano; es la excusa sobre la cual se dibuja un comentario sumamente profundo y relevante sobre la existencia como tal, pero más específicamente sobre nuestros más grandes miedos: la vida, la muerte y la fe.
Tal vez entenderían que se produzca terror a partir de la muerte, pero, ¿cómo es posible que una serie de terror se enfoque en la vida y en la fe? Bueno, primero me gustaría decir que, aunque fue catalogada como una serie de terror, a mí me parece más un drama con alguno que otro elemento de terror. En segundo lugar, habiendo dicho esto, no se le puede temer a la muerte si no se le teme a la vida porque, al final de cuentas, nos da miedo morir porque dejamos de vivir. Sé que puede sonar un poco extraño e incluso redundante decirlo, pero ahí es donde viene el factor de la fe.
La serie se centra en el catolicismo, pero yo no voy a apuntar directamente a ninguna creencia religiosa (respeto ante todo), sino que más bien me enfoco en la fe en general. Hay una escena específica que ya no recuerdo en qué episodio es (por ahí del tercero o cuarto), donde los personajes de Kate Siegel y Zach Gilford hablan justamente sobre la muerte y el qué hay después. El personaje de él no es católico, pero su forma de ver la muerte también es una cuestión de fe porque nadie sabe a ciencia cierta qué ocurrirá en ese momento de nuestras vidas (dependiendo de cómo se vea, la vida puede venir después de la muerte o la muerte puede ser el episodio final de nuestras vidas).
¿A qué voy con todo esto? Bueno, a que la serie apunta en dos direcciones específicas: la existencia y la fe. La primera la vemos desde el miedo que nos provoca lo desconocido, pero aún más el perder todo lo que ya conocemos. La segunda señala directamente al fanatismo ideológico capaz de cegarnos a tal punto que somos capaces de cavar nuestras propias tumbas (si ven hasta el último episodio entenderán perfectamente a lo que me refiero).
Ahora bien, hablando de temáticas, hay dos específicamente que me parecen de suma importancia, pero que, aunque se discuten, la serie los toca muy breve y superficialmente. Me hubiese parecido realmente interesante que una serie de terror de este calibre le diera el foco de atención a temas como otras creencias religiosas (como con el caso del personaje interpretado por Rahul Kohli), que sí se explora un poco, pero es como un par de momentos en todas las siete horas, y también la diversidad sexual en una comunidad tan ortodoxa y aislada (como con el caso del personaje interpretado por Annabeth Gish), que solamente se trata en una escena casi al principio de la serie.
En cuanto a la dirección, Mike Flanagan casi que nunca me ha decepcionado y en verdad me parece una serie muy pulida (aunque, en mi opinión, está por debajo de The Haunting of Bly Manor y The Haunting of Hill House). La elección de los diálogos está meticulosamente conectada con los arcos dramáticos de inicio a fin y todo está justificado dentro de este universo. La nueva y oscura interpretación de los textos bíblicos me parece increíblemente creativo y, aunque un poco arriesgado, respetuoso.
Por su parte, el elenco me parece muy bien escogido, pero quienes realmente resaltaron en mi opinión fueron Samantha Sloyan, Kate Siegel y Rahul Kohli (en ese orden). Por ejemplo, el personaje de este último actor es bastante secundario (cobrando un poco más de relevancia dramática hacia el final), pero está tan bien escrito que me identifiqué con él. Las otras dos actrices dibujan los dos extremos del espectro: una crea un personaje tan claro y positivo, mientras que la otra todo lo contrario. A una la amé y a la otra la odié, lo cual es una muy buena señal de la calidad de sus interpretaciones.
En conclusión, Midnight Mass o Misa de Medianoche la considero otra de las obras maestras de Mike Flanagan específicamente por tomarse el tiempo (tan importante que es dentro de esta historia) para construir un mensaje de relevancia social trascendental (es decir, no solo para este momento inmediato en la historia) que nos habla sobre el vivir, pero critica aún más concretamente nuestras percepciones individuales y sociales del tiempo (su inicio y su fin) y la fe.
“Ese es el significado de tener fe: que en la oscuridad, en su peor parte, en la ausencia de luz y esperanza, cantamos”.
Padre Paul – Episodio “Libro II: Salmos”
