Agosto 30, 2021
"Somos lo que hay" (México, 2010) dirigida por Jorge Michel Grau.
QUISIERON PONERLE: "¡Qué bonita familia!".
PROTAGONISTAS: Alan Chávez, Francisco Barreiro, Paulina Gaitán, Carmen Beato.
CALIFICACIÓN: 7.5 (⭐⭐1/2)
El título "Somos lo que hay" transmite resignación pero su historia desborda furia. Sus personajes se encuentran en constante conflicto, producto del caos, el desorden y la confusión provocados cuando se ven desamparados. La cinta es la ópera prima de Jorge Michel Grau, quien también escribió el guión donde nos cuenta cómo la vida de Patricia (Carmen Beato) y sus hijos Alfredo (Francisco Barreiro), Julián (Alan Chávez, RIP) y Sabina (Paulina Gaitán) es sacudida cuando muere su esposo; ahora todos se encuentran desamparados y están obligados a cumplir con "El Ritual", con el que preparan sus alimentos porque son una familia de caníbales.
De entrada podríamos imaginar que veremos una cinta Gore o asfixiante al estilo de la original "The Texas Chainsaw Massacre" (1979), pero quien piense eso no conoce bien el cine mexicano, el cual ante todo es sórdido y cruel. Parece que ese es el sello (¿estigma?) con el que nuestro cine carga desde el estreno de "Los olvidados" de Luis Buñuel, donde se muestra un poderoso retrato de la juventud marginal de la Ciudad de México a mediados del siglo pasado, viviendo entre el crimen y la pobreza. Tomando esto en cuenta, puede decirse que "Somos lo que hay" es una mezcla de cine de denuncia con tintes de drama familiar enmarcado en una especie de thriller, más que cinta de horror.
El gran acierto son las actuaciones de Francisco Barreiro, Alan Chávez y Paulina Gaitán, los hijos de este clan caníbal; ellos son "lo que hay" porque son jóvenes y no tienen idea de cómo sobrevivirán, pero al verse obligados por las circunstancias deben hacerlo aunque sus métodos son torpes y descuidados. Primero deberán lidiar con sus personalidades que los llevan a chocar constantemente: mientras que Alfredo es iracundo y violento, Julián reniega de su destino como el nuevo líder de la familia; por su parte Sabina es arriesgada y decidida, y Patricia es una neurótica que no confía en sus hijos, tres jóvenes que apenas dejaron de ser cachorros y de la noche a la mañana tienen que convertirse en fieros depredadores. Sirva este espacio para reconocer a Alan Chávez, quien poco antes de estrenarse la película falleció en trágicas circunstancias, curiosamente muy parecidas a las que vive su personaje de Julián. Era un joven con un futuro prometedor, que pudo estar a la par de Tenoch Huerta o Diego Luna pero la vida se le interpuso. Que descanse en paz.
El principal enemigo de esta familia, además de ellos mismos, es la desesperación que les lleva a tomar decisiones apresuradas que pueden exponerlos. También hay dos policías que buscan fama y fortuna más que hacer justicia. Y aquí es donde entramos a ese contexto de cine de denuncia con la indiferencia e ineficiencia de las autoridades, además de la homofobia, la deshumanización y el "aquí no pasa nada" que si hace 11 años estaba en boga con las desapariciones de mujeres en Ciudad Juárez, hoy es más vigente ante el nivel de violencia que hay en el país.
Todos estos temas se abordan sin profundizar en ellos, sólo son un simple contexto para contar la historia; y quizá esté bien porque como dice la máxima: "Menos es más" y entre menos explícito sea algo, más dejamos una situación a nuestra interpretación. Donde sí se pudo haber mostrado más fue en el origen de esta familia ¿Cómo se iniciaron en el canibalismo? ¿"El Ritual" era solo la forma de preparar el cuerpo de su víctima o implicaba algo más? ¿Qué sucedía si no hacían "El Ritual"? Esas fueron dos vetas que no fueron explotadas y que de haberlo hecho pudieron dar pie a una verdadera cinta de horror; muchos se sentirán engañados al esperar una película mexicana sobre canibalismo pero que termina ofreciendo un poco de sangre y mucho contenido social.
A manera de trivia, destacan los cameos de Daniel Giménez Cacho y Juan Carlos Colombo, quienes retoman sus respectivos personajes de Tito el embalsamador y el director de la funeraria, cruzando brevemente esta trama con el universo de la cinta de Guillermo del Toro, "Cronos".
"Somos lo que hay" merece verse, de hecho dio lugar a un remake estadounidense "We Are What We Are", una decente reinterpretación de la historia de Michel Grau. Pero hay que verla con precaución y olvidarse un poco de películas como "Ravenous" (Antonia Bird, 1999) o "Raw" (Julia Ducournau, 2016), de lo contrario la película se les hará un platillo indigesto en vez de quedarse con un aceptable buen sabor.
Si llegaron hasta aquí, gracias por leer.
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