Agosto 30, 2021
Reparto:
Jensen Ackles es Tom Hanniger.
Jaime King es Sarah Palmer.
Kerr Smith es Axel Palmer.
Estreno: 8/1/2009
Realizador: Patrick Lussier
País: Estados Unidos / Canadá
Sinopsis:
Tom (Jensen Ackles) regresa a su pueblo natal en el 10mo aniversario de la masacre de San Valentín, un día de sangre y terror que se cobró la vida de 22 personas.
Iniciando con un poco de contexto, esta película es un remake de otra cinta del mismo nombre estrenada en 1981, justo en medio del auge del cine de terror de los años ochenta, principalmente del género slasher.
La película nos presenta el poblado de Harmony, donde el día se San Valentín, Harry Walden, un minero de la localidad que despierta del coma después de haber sufrido un accidente, asesina a 22 personas en una noche. Para empezar, tenemos al típico villano ochentero, con un arma cortante (un pico), su máscara, y su falta de empatía a la hora de asesinar a cuantas personas le sean posibles. Y también su habilidad de ser despiadado en algunos momentos, e increíblemente torpe en otros; o de moverse increíblemente rápido fuera de cámaras de un punto a otro. Pero lejos de una crítica, lo considero un sello de identidad del género slasher.
Por si el título de no te lo ha dejado claro, esta cinta se estrenó en formato 3D. Personalmente no tengo nada importante que reprocharle al 3D, pero me incomoda lo forzadas que se vuelven muchas escenas con la intención de crear dicho efecto. Por otro lado, es su mayor virtud. La película, que no podría ser de otra forma, está plagada de escenas gore, mucha sangre, y si se puede arrancar una parte del cuerpo y lanzarla hacia la cámara, mejor. Y es que precisamente esos son los elementos que más atraen en este tipo de cintas; ver a nuestro grupo de protagonistas siendo asesinados de formas brutales por un asesino despiadado.
Siguiendo con sus toques tradicionales, la historia mantiene el suspenso de la identidad del asesino hasta el desenlace final. Aunque lo forzado que se siente el intento de confundir al espectador puede que no lo vuelva una sorpresa. Jensen Ackles, actor que le da vida a Tom, es un actor que personalmente me agrada bastante, pero no desempeña su mejor papel ni mucho menos, podía haberse exigido más.
Ahora sí, entrando en el desarrollo de la película, hay una falta de ritmo importante. Son muchos los testimonios de espectadores que se han aburrido a los pocos minutos. Y es que intentan dotar la historia de un suspenso que no funciona. En ciertos momentos luce más como un policíaco que como una cinta de terror. Un asesino como Harry Walden necesita más explosividad y más adrenalina para poder impactar en la pantalla. El desarrollo de los personajes entre sí, se vuelve lento y tedioso; al punto de que Harry es el más disfrutable de la película, incluso sin hablar.
Hay muchas escenas que no tienen ninguna intención particular, más que “llamar al público joven”; ese público que el siglo pasado consumía y disfrutaba muchísimo de este tipo de películas, pero que hoy, la nueva generación, buscan otras cosas. Confieso que “desnudos + sangre”, es una formula muy repetida y que funciona muchas veces; pero en esta película es un elemento que no hacia ninguna falta. También, la lucha entre el héroe (Tom) y el villano (Axel) por la chica (Sarah), en teoría, parece salido de Disney, aunque si que es cierto que tiene truco.
En resumen, no logró superar a la original. Su mayor punto a favor fue todo el gore utilizado y los asesinatos, pero, teniendo en cuenta que en 1981 no existía la misma tecnología, no puede considerarse como un gran mérito. Soy de los que cree que los éxitos de aquella época dorada no deben tocarse. Secuelas sí, pero remakes no. Obviamente existen excepciones pero son pocas en comparación con las que fracasan en repetir el nivel de popularidad. My Bloody Valentine 3D puede llegar a ser entretenida porque para gustos los colores, pero vuelve a fallar en el intento de agradar al público con la moda actual.
