Agosto 2, 2021
"Blood Red Sky" (Alemania/Reino Unido, 2021), dirigida por Peter Thorwarth.
QUISIERON PONERLE: "Vampiros vs. Terroristas".
PERO ACABARON PONIÉNDOLE: "Cielo Rojo".
PROTAGONISTAS: Carl Anton Koch, Peri Baumeister, Kais Setti, Alexander Scheer, Kai Ivo Baulitz,
Dominic Purcell, Graham McTavish
CALIFICACIÓN: 8 (⭐⭐⭐)
La figura del vampiro ha sido puesta en muchos escenarios, desde Drácula en su castillo en Transilvania hasta los suburbios estadounidenses en "Twilight" (a ver si no se me caen los dedos por mencionarla). Parecía que ya no había manera que los chupa sangre nos sorprendieran hasta ahora, que Netflix ha estrenado "Blood Red Sky".
Seamos francos: la película tiene cero elementos de horror y se inclina por la acción así como la primera de la franquicia "Underworld" (Len Wiseman, 2003) y al igual que ésta lo hace de una manera entretenida si no es que más, aunque tarda un poquito en alzar el vuelo. La trama se centra en Elias (Carl Anton Koch) y su madre Nadja (Peri Baumeister) quienes toman el vuelo nocturno a Nueva York, donde ella se someterá a un tratamiento sanguíneo. Pero unos terroristas secuestran el avión obligando a que Nadja saque su lado salvaje para proteger la vida de su hijo y la de los pasajeros.
El maestro Alfred Hitchcock dijo la famosa frase "Nunca trabajes con niños ni con animales" pero tal vez cambiaría de parecer si hubiera conocido a Carl Anton Koch, quien con 12 años da una actuación de alto calibre. Su personaje de Elias no es el niño que siempre hay que estar salvando o se queda paralizado de miedo; es atrevido, arriesgado y, cosa muy importante, se lo creemos. El afecto por su madre le lleva a desafiar todo peligro y su relación es fuerte, es un lazo que trasciende el amor madre e hijo porque cuando ella reniega del monstruo en que se ha convertido Elias siempre tiene una palabra cariñosa, y aunque se sienta intimidado puede más su amor. De hecho la actuación del pequeño es más de protagonista principal porque Nadja sirve como el hilo conductor de la trama, ya anticipamos sus acciones, mientras que Elias sorprende por sus decisiones y determinación. Aplausos también para el teutón Alexander Scheer, quien da vida al terrorista psicópata EightBall. El actor ha hecho gran parte de su filmografía en Alemania y su única incursión en un blockbuster hollywoodense es en la quinta entrega de Piratas del Caribe "Dead Men Tell No Tales" (Espen Sandberg, 2017); luego de su gran actuación, que no nos extrañe verlo más seguido.
La cinta rompe con el molde de ver a los vampiros aterrorizando un pueblo o combatiendo a sus cazadores; ese es su gran acierto: ponerlo en una situación claustrofobica y original, si Drácula sembró el terror en un barco ¿por qué Nadja no puede hacerlo en un avión? Desde luego, se siente la influencia de "Snakes On A Plane" (David R. Ellis, 2006) y hasta un dejo de la serie producida por Guillermo del Toro "The Strain" (2014-2017) pero la remezcla termina siendo efectiva y con un clímax que recompensa a la trama porque a mitad del segundo acto cae en un bache sin humor y tensión repetitiva, convirtiéndola en un lento juego del gato y el ratón. Pero para bien de la historia da un subidón que no para hasta que termina la película.
"Blood Red Sky" nos lleva por un viaje trepidante con buenas actuaciones y una trama novedosa; es un viaje sin escalas rumbo a la distracción que al terminar no lamentarán haber tomado.
Si llegaron hasta aquí, gracias por leer.
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