Junio 28, 2021
Reparto:
Jennifer Connelly como Dahlia Williams
Tim Roth como Jeff Platzer
Jhon C. Reilly como Sr. Murray
Ariel Gade como Cecilia “Ceci” Williams
Estreno: 27/6/2005
Realizador: Walter Salles
País: Estados Unidos
Sinopsis:
Dahlia Williams (Jennifer Connelly), una mujer divorciada, decide empezar una nueva vida y se muda con su hija a un viejo y extraño apartamento, en el que pronto comienzan a suceder cosas extrañas: ruidos misteriosos y una mancha de humedad que se extiende por la pared de la casa.
Trailer
Siguiendo con la larga tradición estadounidense de hacer un remake de cada película de terror japonés que alcanza el éxito, llega este remake de la película japonesa Honogurai Mizu No Soko a Kara, que supuestamente significa "En las profundidades del agua oscura".
Para empezar, es una película de terror paranormal, con algunos toques de terror psicológico dependiendo de quien la vea. Y como representante de la temática paranormal, tiene todos los elementos básicos que se necesitan para formarla: Una niña, quien obviamente es la única capaz de ver al espíritu, al menos en un comienzo, una familia disfuncional, una mudanza a un nuevo apartamento, entre otros detalles que seguro identificarás.
La película nos presenta a Dahlia, quien se acaba de divorciar de su marido y se muda junto con su hija Ceci a un nuevo apartamento. Tengo que mencionar un detalle, que no sabría decir si es a favor o en contra, y es que la cinta, o al menos los primeros minutos, se esfuerza en situarte en escena. Te presentan un barrio muy pobre, donde el casero intenta salirse de los problemas mostrando buena cara, donde el conserje no quiere ayudar más de lo que debe, donde hay adolescentes problemáticos, paredes desgastadas, servicios rotos y una calidad de vida pésima. Además de eso, le dan mucho protagonismo al drama generado por el divorcio de Dahlia y en la lucha por ver con quién se siente mejor Ceci.
Luego de pasar una primera parte que probablemente le hubiesen cambiado el género a drama familiar, empezamos a entrar en el desarrollo de la historia. Una vez que Dahlia y Ceci se mudan a su nuevo apartamento, aparece una gotera en el techo. En un principio tanto los personajes como el espectador lo consideramos normal ya que es evidente que nos quieren dejar muy en claro que el apartamento es de muy mala calidad. Las cosas se empiezan a poner raras cuando Dahlia descubre que su hija tiene un amigo imaginario, y empieza a tener cambios de actitud y a contar cosas que no debería saber.
A partir de aquí la película entra en un punto del que se podían haber desarrollado dos posibles caminos. El primero, y el que me hubiera gustado, era jugar con la realidad, que durante un buen tramo lo hicieron. A lo largo de la cinta nos muestran que Dahlia toma medicación para las migrañas, y que aparentemente tuvo una infancia con malos padres. Esto, ligado con el divorcio y la mala situación económica, podía haber provocado que empezase a tener delirios, y esos delirios podía habérselos transmitido a su hija. Esto basado en que durante bastantes minutos, todos los sucesos extraños solamente le ocurría a ellas, sin la presencia de nadie más. Por tanto, el director podía haber optado por jugar con el espectador, y mantenerlo a la expectativa de si lo que ve es real o no.
Pero no, optó por la segunda opción, culpar a un fantasma. Dahlia decide investigar el piso de arriba, que es de donde proviene la gotera. Y tras varios ir y venir, descubre que una familia que vivía allí, se fueron de su hogar de un día para otro. Al entrar a la habitación la encuentra completamente inundada, siendo esto lo que provoca la gotera. Y aunque en un principio explican que hay unos adolescentes que lo hacen a propósito, después descubrimos que no es así.
Luego de mucho más drama familiar, nos enteramos que la familia que vivía justo encima del apartamento de Dahlia, abandonó, en medio de una confusión, a su hija, y que esta cayó por accidente en el tanque de agua del edificio y murió ahogada. A pesar de los increíbles parecidos, ya te aclaro yo la duda, no, no hace ninguna referencia al famosísimo caso de Elisa Lam, ni esta ni la original japonesa. De hecho, la película fue grabada varios años antes. Pero si eres alguien supersticioso, seguro te va a sorprender.
Resulta que la niña fallecida, llamada Natasha, es ahora un espíritu que busca una madre que la proteja, y que la ha encontrado en Dahlia. En un comienzo no parece ser agresiva, y solo busca formar una familia. Pero cuando Dahlia amenaza con mudarse, Natasha intenta matar a Ceci ahogándola, obviamente, y Dahlia, en un acto de heroísmo, le pide que se la lleve a ella. De ese modo, Dahlia muere y se convierte en un espíritu, y vivieron felices para siempre.
Aclaro, la película usa mucha agua, pero que mucha agua. Es como si intentaran dejarte demasiado evidente que alguien va a morir ahogado. No hay casi jumpscares. Sí que es cierto que quizás termina gustándote, pero no por el terror, sino por la empatía que sientes con la situación de Dahlia y la historia de Natasha. Como dije, la película podía haber tomado otro camino, mucho más centrado en el terror psicológico, y que en mi opinión, hubiese quedado mucho mejor. De todos modos, la historia no sorprende a nadie, los personajes secundarios están para apoyar la puesta en escena, y no aportan nada a la historia, ni siquiera el conserje que alguna que otra relación tenía con Natasha, pero que si no hubiese estado, tampoco cambiaba mucho.
El reparto está compuesto de nombres muy conocidos. Esto es habitual cuando hacen un remake de películas extranjeras porque buscan que sea un gran estreno. Pero seamos realistas, Dark Water se ha quedado en el baúl de los recuerdos. Es una película que podía haber llegado a más si hubiese sido manejada por otras manos.
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