9/11/2020
Reparto:
Gillian Jacobs como Sarah
John Gallagher Jr. como Marty
Azhy Robertson como Oliver
Winslow Fegley como Bryon
Estreno: 30/10/2020
Director:
Jacob Chase
País: EEUU
Sinopsis:
Un niño problemático y su familia se convierten en el objetivo de un monstruo que se materializa a través de objetos electrónicos, tales como teléfonos móviles y tabletas.
Este 2020 sigue brindándonos material de nuevos directores cuyas visiones tratan de brindar algún tipo de frescura al género. El turno le toca a Jacob Chase, el cual ya ha dirigido varios cortos anteriormente. Uno en particular es la base de este filme, el cual se titulaba simplemente, Larry. Hay una nota personal en cuanto a este filme se refiere, ya que uno de los personajes padece de autismo, algo en lo cual la esposa del director trabaja de manera profesional. Esto le brindó una conexión fuerte con el personaje principal y, por ende, el filme. Veamos que nos trae esta producción.
El filme es bien corto, tan solo sobrepasa los 90 minutos, pero esto deja clara evidencia de que el filme mismo está basado en un corto. Se puede notar el mismo por la falta de historia de muchos de los personajes y porque los arcos de la historia no son tan desarrollados como deberían serlo. Es por eso por lo que el filme a veces se siente lento, a pesar de ser corto en duración. Las actuaciones son aceptables, en especial el de Robertson, el cual plasma perfectamente la condición de su personaje. Los efectos especiales son decentes y cumplen a cabalidad con lo que se requiere de ellos. La música es típica de estos filmes por lo que no aporta nada a la atmósfera del filme. El final admito que es inesperado y se sale un poco de la tonalidad del filme. La dirección es adecuada, pero nada sobresaliente que agregar.
Come Play es una historia que trata de ser oscura pero que no asusta. Pareciese un cuento salido de “Scary Stories to tell in the Dark” pero con un enfoque muy asociado con la condición del personaje. Hay momentos que te dejan claro que este filme, al ser PG-13, no va a tener mucho susto y así lo es. No hay casi nada de gore y la verdad, la tasa de mortalidad es bien baja. De igual manera, hay momentos donde la suspensión de la incredulidad es difícil de mantener debido a que la historia toma demasiadas libertades extremas con la plausibilidad de sus hechos. Inclusive, hay tomas que hasta parecen risibles al tratar de darnos otra perspectiva y el uso de ciertos clichés dentro del género, pueden hacerla un poco trillada.
Si quieres ver una historia similar, pero con mayor impacto visceral, la excelente The Babadook, es una recomendación apropiada. Come Play se ve con comodidad y de manera rápida, pero se puede sentir como una cinta introductoria para neófitos del género, los cuales desean introducirse en la oscuridad, pero con la seguridad de que el interruptor de la luz siempre esté a mano. Una propuesta algo inofensiva e inocente, aunque aceptable en algunos aspectos. Sin pena ni gloria.
