Genios del Horror: Alma Reville ►Horror Hazard◄

 24/8/2020



David Thompson, escritor británico y crítico de cine, dedica en su obra “The Big Screen”, poco más de 50 páginas a la obra de Alfred Hitchcock, sin embargo, las referencias a su esposa no superan 20 palabras.

Afortunadamente, el cine es un medio para expresar al mundo la existencia de figuras que de otra manera seguirían siendo invisibles para todos. Para los que somos amantes de la historia del cine de Hitchcock, un gran misterio siempre ha sido Alma Reville, su esposa, cuya influencia en la filmografía del maestro, se exterioriza a través de una cinta de ficción, llamada simplemente “Hitchcock”, del año 2012, donde se adentra en la relación entre el director británico (interpretado por Anthony Hopkins) y su esposa en la sombra, que el director Sacha Gervasi sacó a la luz, gracias a la espléndida interpretación de Helen Mirren.
 
Esa película explora, bajo la excusa del proceso de rodaje de Psicosis, lo importante que fue Alma, no solo en el desarrollo de la película que agitó el género del suspense, sino en toda su obra. 


Su hija Patricia, autora de unas memorias llamadas precisamente “Alma Hitchcock: the woman behind the man”, habla de ella como un ser feliz, a la que no le importó que todos los méritos se los llevara su marido, aunque ella colaborara en casi todas sus películas y tomara decisiones clave.

Alma Lucy Reville, nació en Nottingham el 14 de agosto de 1899, solo un día después de su futuro esposo, Alfred Hitchcock.  Cuando ella aún era una bebé, la familia se mudó al sur de Londres y luego a Twickenham, donde su padre Matthew encontró empleo en el departamento de vestuario de los Twickenham Film Studios.

Alma siendo adolescente, también comenzó a trabajar en Twickenham Film Studios como cortadora de películas. Durante este período actuó ocasionalmente en pequeños papeles, incluida la interpretación de Megan Lloyd George en La historia de la vida de David Lloyd George (1918) de Maurice Elvey.

Para la década de 1920, inició su trabajo en los recién abiertos Islington Studios, poco antes de que Alfred Hitchcock se uniera a tiempo parcial. Ahí se conocieron, cuando ella ya tenía forjada una sólida carrera en el séptimo arte, pues se dedicaba a la escritura de guiones, a la edición, doblaje de voces, continuidad de las historias y decorados. 

Una noche, dice una leyenda urbana, que Hichcock le llamó para decirle que había sido contratado como ayudante de dirección de una nueva película y le ofreció un puesto como montajista en ella.  El noviazgo de Hitchcock y Alma comenzó al poco tiempo de ese llamado. Pasaron varios meses hasta que Hitchcock le pidió matrimonio. El lo cuenta en estos términos: "…El día que me declaré a Alma ella estaba tendida en la litera superior del camarote de un barco. El barco se agitaba de modo desesperado, igual estaba Alma, tremendamente mareada. Cuando terminé, ella dejó escapar un gruñido, asintió con la cabeza y eructó. Fue una de mis mejores escenas, tal vez con poca fuerza en su diálogo, pero magníficamente representada, sin exageraciones…"


Su pasión por el cine la llevó a escalar rápidamente, pero su avance comenzó a detenerse cuando se casó con el cineasta en 1926, pues él comenzó a gozar de mayor éxito y ella quedó relegada a un segundo plano. A pesar de ello, gracias a su carácter, Alma fue siempre la del trabajo duro, era mucho más enérgica que su marido, y también la crítica más severa que él tuvo a lo largo de su carrera. Si no le gustaba el corte final de una película, se cambiaba. Si no le gustaba una historia, no se filmaba.

Después de trabajar juntos en varias películas, se casaron en diciembre de 1926. Su única hija, Patricia, nació 2 años después.

Se mudaron a California en 1939 y ella siguió desempeñando un papel de trasfondo, pero aún muy influyente, en la carrera cinematográfica estadounidense de su esposo, y su último crédito formal en la pantalla, apareció como escritora en Stage Fright (1950). Se convirtió en ciudadana estadounidense en agosto de 1950.

La salud de Alma comenzó a deteriorarse en la década de 1970 y una serie de accidentes cerebrovasculares redujeron su movilidad.


Algunas de las notas y curiosidades de Alma Reville son:

Ella fue la única que durante el montaje de Psicosis vio que Janet Leigh tragaba cuando supuestamente ya estaba muerta en la ducha, por lo que hubo que cortar ese fotograma. 

Fue Alma quien insistió en añadir la música de violines chirriantes en Psicosis, dado que la escena de la bañera estaba montada de otra forma y sin música, así que el sonido aportó una imborrable huella en nuestra memoria y se lo debemos a ella.

Redefinía todos los guiones de su marido, revisaba el montaje, daba el visto bueno en la audición, aunque rara vez apareciera en los rodajes. 

Es uno de los escasos matrimonios felices de Hollywood, duró más de 59 años. Y siempre trabajaron juntos.

Hitchcock siempre manifestó que después de cada toma, miraba a Alma y le preguntaba: ¿va bien? ¿funciona?
 

• Alma era una de las pocas personas a las que el director de Vértigo escuchaba y hacía caso.

• Cuando Alma Reville fue diagnosticada con cáncer, antes del estreno de Vértigo (1958), Hitchcock aseguró que se suicidaría tirándose de una ventana, pero el tratamiento sirvió y el matrimonio duró dos décadas más.

• George Bernard Shaw, escritor inglés y cercano a la pareja, en una cena en la casa de ellos, Hitchcock aprovechó para pedirle que le autografiara todos sus libros. El autor de Pigmalión aceptó, y escribió la misma frase en cada uno de los ejemplares: "Para Alma, que se casó con Alfred Hitchcock".

• Alfred Hitchcock falleció la mañana del 29 de abril de 1980. Alma Reville, el 6 de julio de 1982. Estuvieron casi sesenta años juntos.

• En el obituario de Alma, El New York Times le rindió homenaje afirmando que de alguna manera nunca fue eclipsada por su esposo; la suya fue una asociación igualitaria, a veces más vigorizante que relajante, de la cual surgió una cantidad inigualable de películas extraordinarias. 


• Si Hitchcock estaba interesado en una historia para un posible proyecto cinematográfico, se la presentaba a Alma antes que a nadie. Sus colaboradores afirman que cuando a Alma se le presentaba un guion, el mayor cumplido que le haría Hitchcock era decir "A Alma le encantó". Por el contrario, si ella no pensaba que sería una buena película, instantáneamente se rechazaba.

• Su importancia fue tal que el crítico de cine Charles Chaplin escribió un artículo en Los Angeles Times titulado Alma Reville Hitchcock - The Unsung Partner: “…El toque de Hitchcock tiene cuatro manos y dos de ellas son de Alma…”

Quisiera terminar esta reseña con el agradecimiento que, en 1979, Alfred Hitchcock pronunció, cuando recibió un reconocimiento a su trayectoria del American Film Institute: “…Me doy la oportunidad de nombrar solo a cuatro personas que me han dado el mayor aprecio, ánimo, y constante colaboración: la primera es una editora, la segunda es una guionista, la tercera es la madre de mi hija Pat y la cuarta, una cocinera que ha hecho milagros. Y sus nombres son Alma Reville. Si la hermosa señora Reville no hubiese aceptado un contrato vital como la señora de Alfred Hitchcock hace 53 años, el señor Hitchcock quizá estaría en este salón… Pero no estaría en esta mesa, sería uno de los camareros, de los lentos. Comparto este premio con ella, como he hecho mi vida…”


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