Análisis: The Walking Dead 9x05 "What Comes After"


Por fin llegó el episodio más esperado desde aquel famoso 7x1. Toda la expectativa alrededor de la salida de Rick Grimes de la serie, se acabó. Si bien, gracias a los spoilers ya se sabía el desenlace del episodio, los que aguantaron la tentación, disfrutaron mucho este 9x05. A pesar de varias teorías que rondaban entre seguidores, lo cierto es que Rick nos deja, pero sigue vivo y eso es lo que importa. El episodio de ayer fue, sin duda, un éxito. Aquellos que ya habían perdido la fe en la serie, espero vuelvan sobre sus pasos porque lo mejor está por venir. 

Hablemos del episodio. Cargado de tensión, emotividad, nostalgia y un hilo argumental muy bien logrado, la producción de The Walking Dead nos ofreció 45 minutos como hace tiempo no vivíamos. Como era de suponerse, el episodio gira en torno a la travesía que emprende Rick, sobreponiéndose a una grave herida, con el único propósito de poner a salvo la vida de los suyos aunque hacerlo le costara la propia. 


Olvidémonos de comparaciones con la vida real, que con tanta pérdida de sangre duró mucho, que se desmayaba y volvía etc., Rick Grimes no es cualquier hombre. Rick Grimes es un hombre que ha perdido tanto como cualquiera, pero su rol de líder hace que cada muerte, ya sea familia o amigo, tenga un peso mayor, ya que eran en cierto modo, su responsabilidad.

Perseguido por una horda de walkers, Rick trata de ponerse a salvo mientras los guía hacia el puente, recordemos que Eugene le había informado que la estructura tenía ciertas fallas que, con el peso, podrían hacerle caer. Qué éxito y que bien logrado la inclusión de personajes de antaño que le guían en su camino y no lo dejan caer. Shane (para delirio de muchas), Hershel y Sasha reaparecen en forma de alucinación, de manera nostálgica para dar fuerzas a Rick, objetivo que logran al mantenerlo consciente la mayor parte del tiempo.


Mientras todo esto sucede, muchos seguidores nos llevamos un golpe emocional cuando vemos en lo que se ha convertido Negan, un despojo de hombre, distante de aquel que nos hacía temblar con su silbido y sus frases como “Little pig, Little pig” o “Hot diggity dog”. Verlo suplicar para que Maggie acabara con su vida, gimotear, arrodillarse, pfff, demasiado para los fans del dueño de Lucille. Consciente de esto, Maggie deja de lado su intensión de venganza y considera suficiente la vida que lleva Negan ahora. Yo en algún momento pensé que Negan podría atacar a Maggie o a Michonne en su momento, pero debí recordar que lleva mucho tiempo encerrado, mal alimentado y esto probablemente genera un detrimento en su cuerpo.

De vuelta a Rick. No imagino la desilusión que pudo sentir cuando vio que el puente no caía, de eso dependía el salvar los suyos. Ya en el estado que se encontraba, no crei que pudiese soportar esa situación, pero no se puede subestimar a alguien que lo da todo por su familia. Supongo que, en sus inminentes últimos momentos, pensó que era mejor destruir el puente y que volvieran a levantarlo, que dejarlo en pie y la horda acabara con los suyos. Tiro certero a la dinamita y ¡pum!


Imposible no remojar los ojos cuando, alucinando de nuevo, se despide de Michonne, cuando ve por fin a su familia (hace rato no los veíamos como tal), cuando vemos a Daryl llorar, cuando vemos hasta dónde puede llegar alguien con tal de salvar la vida de propios y extraños.

Hasta aquí la tristeza. Una complicada mujer (por sus cambios de rol) como Jadis, emerge como la salvadora de Rick, que a estas alturas no sé si lo intercambió o de verdad quiso salvarlo, pero de todas formas logra arrebatar de la muerte al personaje más querido de la serie, dejando abierta la posibilidad de poder verlo más adelante.


El episodio termina con una dosis de emoción cuando nos adelantamos unos años y vemos la aparición de nuevos personajes y una Judith luciendo el sombrero de su hermano y con el aplomo de su padre (de crianza), para dejarnos con un sabor de boca como hacía rato no experimentábamos.

Todo el episodio es un vaivén de emociones. Los guionistas se pulieron para involucrarnos en cada situación, en cada escena, y ojo, aunque el factor sorpresa no existía, nos hicieron sostener la respiración por 45 minutos. Quiero más episodios así.

Ya veremos cómo termina esta mitad de temprada. Mientras tanto, adiós vaquero. Adiós Rick.


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